A río revuelto, ganancia de pescadores. ¿Cómo serán las próximas oposiciones? (2)

A río revuelto, ganancia de pescadores. ¿Cómo serán las próximas oposiciones? (2)

En la entada anterior sobre las futuras oposiciones, explicábamos la idea de que las oposiciones de 2014 iban a ser más exigentes. Esto es verdad y tiene relación con dos ideas: el cambio del modelo de acceso con comentario y fases eliminatorias y, sobre todo, la restricción en el número de plazas. Una oposición es, al fin y al cabo, una cuestión matemática: cuántas plazas hay y cuánta gente se presenta.

Pero ahora, después de aclarar cuál va a ser el escenario de combate, toca ver el lado positivo. Porque en las peores circunstancias, siempre hay elementos positivos y el futuro es de quien sabe aprovechar las oportunidades. En este sentido, una cosa que tengo clara es que las oposiciones próximas pondrán de manifiesto el siguiente refrán: a río revuelto, ganancia de pescadores. Los que se mojen, los que pisen la profundidad del río revuelto tendrán su premio.

¿Por qué digo esto? Pues porque en las próximas oposiciones, y esto vale sobre todo para Andalucía, no va a estudiar nadie. Pensemos un poco sobre este aspecto.  La resaca de 2012: muchísimas personas frustradas tras unos meses de ilusión y esfuerzo. Cuando ya veíamos las más de trescientas plazas como una realidad tangible, se paraliza el proceso. Eso supone un golpe brutal. ¿Quién va a confiar en la próxima convocatoria de la Junta? Hasta que la gente no la vea encima de la mesa firmada, no se pondrá a estudiar. Eso quiere decir que hasta febrero-marzo de 2014, muchos opositores no habrán movido ficha. Por otro lado, la crisis, los presupuestos, la conciencia de que habrá pocas plazas es otra losa brutal sobre la gente… Muchos pensarán… Y habiendo tan pocas plazas, ¿cómo va a ser una para mí?

Veamos ahora los tres sectores que concurrirán a las oposiciones de 2014.

Por un lado, hay que pensar en los que ya son interinos. El año que viene la lista ha de correr, pongamos doscientos o trescientos puestos (las jubilaciones, vaya) y esa gente se verá con trabajo y pensará que su vida está casi resuelta. ¿Por qué? Pues porque dirá: “mientras las listas estén blindadas y yo no pierda mi posición en ellas, ya estoy dentro otra vez…” y no se preocupará de matarse a estudiar. Estudiará, sí, un poquito, al tran tran.  

Por otro lado, los novatos. Gente que todavía no se ha presentado a unas oposiciones y que no tiene ni idea de hacer un comentario. Un porcentaje de esa gente va a estudiar. Irá a las academias y se preparará lo mejor que pueda. Pero no serán muchos. La resaca de 2012 y la conciencia de que las plazas serán pocas serán ya una barrera disuasoria para muchos. Solo los que tengan un buen expediente se lo plantearán algo más en serio. Pero en mi experiencia de los noventa, esta gente tiene varios hándicaps. El primero, que no están desesperados por estabilizar su vida. Es gente de entre 25 a 30 años que cree que todavía tiene mucho tiempo  por delante y que se concentra básicamente en estabilizar su vida afectiva buscando pareja. Y muchas veces, es demsiado tiempo el dedicado a salir por la noche. Y eso es incompatible con la oposición. Simplemente.

 ¿Quién queda? Los desesperados. La gente que sobrepasa los 30 años y que ya sabe lo que son las oposiciones. Esta gente no va a estudiar tampoco porque creerá que sus opciones son muy escasas. Tienen además la experiencia traumática de la decepción de 2010 (en la que no obtuvieron plaza) y la de 2012 (que ya fue tremenda). Están en una edad además donde la falta de trabajo supone una angustia cotidiana que les va a forzar a abrazar las alternativas laborales que la vida les ofrezca desviándoles de las oposiciones. Conclusión: hasta que no vean la convocatoria sobre la mesa, no piensan hacer nada porque estarán concentrados en otras cosas.

Al final, el escenario es que muy poca gente va a estudiar. La gente se pondrá a estudiar en marzo de 2014 y de entonces a junio, teniendo que preparar comentario, temas y programación, bastante harán llevando unos quince temas, mirando dos o tres comentarios y ensayando un par de veces la programación. Quince temas (a cuatro bolas de un temario de 72 temas) supone  una probabilidad del 60%. Es decir en el tema o en el comentario tendrán solo el 60% de los opositores podrá contestar, lo que divide sus probabilidades exactamente a la mitad; es decir al 30%. Eso quiere decir que el día de las oposiciones, el 70% de esas personas irá al matadero. Directamente. Serán como si el día D, ese glorioso 6 de junio de 1944, el ejército aliado hubiese aparecido en Normandía desarmado y desentrenado para enfrentarse a la artillería y los nidos de ametralladoras del Muro del Atlántico nazi. El Muro del Atlántico serán las oposiciones.

Y las plazas seguirán estando, las 80 o 90 plazas, pero de los 3000 o 4000 de los que se presenten, ni siquiera 100 irán preparados. Esa es la realidad que ya explicaré porque la viví en los años 90. Porque ir preparado en esta ocasión supone hacer muchos comentarios y ademas llevar muchos temas estudiados. Yo he preparado dos planes de estudio básico: uno el Método Opolengua, diseñado para llevar 60 temas (estudiando dos temas a la semana) y el Método Adama, diseñado para llevar menos temas (sobre unos 30) pero estudiados concienzudamente. Puedes elegir entre ellos.

Porque ese día D, también sobre las playas, habrá otro cuerpo expedicionario, pequeño, pero sólido, rocoso, que se enfrentará, sabiendo qué es lo que hace para darlo todo y conseguir su objetivo. Serán los que han tenido fe y se han preparado con ilusión y constancia. Ese día D espero que formes parte de ese cuerpo.

2 comentarios
  • ¡Eres magnífico, Eduardo!
    Siempre haciendo tus cálculos, estadísticas y conjeturas matemáticas que al final ocurrían. Por eso, siempre serás «el calculín».
    Siempre dando en la tecla y animando al opositor con decisión e ilusión.
    Ese último párrafo que has escrito es genial y es una gran inyección de esperanza y fe para todos los opositores. Yo creí firmemente en ti y ya llevo cinco años trabajando.
    Lo que he leído me recuerda mucho a tus primeros o últimos minutos de clase en los que nos introducías en ese «escenario de combate».
    Siempre te estaré agradecida. Sin ti no estaría donde estoy ahora.
    Si los opositores/as creen en ti y te siguen ganarán la batalla.
    Un gran abrazo.

  • Hola, Jessica: Encantado de tenerte por aquí y muy emocionado y agradecido por tus palabras. Es un honor que alguien considere que otra persona ha sido decisiva en su vida. Tú fuiste una combatiente disciplinadísima y por eso obtuviste el triunfo. Siempre me acordaré de tu imagen con tu cronómetro colgado al cuello. Como te digo, muchas gracias por tus palabras y un abrazo.