¿Qué leer?

¿Qué leer?

Libros

En entradas anteriores, hemos comentado la necesidad de leer obras de literatura para preparar adecuadamente nuestras oposiciones. Es obvio. Las lecturas nos van a permitir por un lado, preparar el ejercicio práctico: cuántas más obras almacenemos en nuestra memoria más fácil será que reconozcamos las obras de autores de los textos del examen y seamos capaces de relacionarlas con sus fuentes e influencias dentro de la historia. Cuantas más obras almacenemos más sencillo nos resultará comprender la historia de la literatura y por ello los temas que tratan la misma.

Ahora bien, ¿qué obras leer? Es una pregunta que nos podemos hacer y que de forma general, trataré de contestar en esta entrada como forma de orientar inicialmente a todo el mundo. Luego, si alguien quiere ver la forma de aplicar de manera concreta esto a su caso, siempre tiene los comentarios y el correo.

En primer lugar creo que tenemos que hablar de lo que yo llamo “las capas de la cebolla”. Hay diferentes niveles y un plan de lectura serio debe partir de lo más básico y general para llegar a la profundización. Habría en este sentido tres niveles.

Nivel básico: Se trata de dominar las obras que son citadas explícitamente en el temario. El Poema de Mio Cid, La Celestina, El Quijote, El Lazarillo de Tormes, etc. Es imposible hacer un buen tema de estas obras sin haberlas leído y tener un dominio de las mismas. Resulta también muy conveniente releer fragmentos de las mismas mientras estudiamos el tema, prestando atención a los elementos que el temario nos indica (estructura, estilo, etc.). Esto hará que el tema se memorice mucho mejor. Si además sacamos ejemplos propios… estamos caminando con firmeza hacia la nota más alta.

Nivel intermedio: Se trata de leer las obras fundamentales de cada tema aunque no aparezcan en los títulos de los temas. Fuenteovejuna, La vida es sueño, La Regenta. Siguiendo el ejemplo de la picaresca, aquí entraría el Buscón. A esta lista hay que añadir en mi opinión las lecturas que han sido obligatorias para selectividad desde los años ochenta. ¿Por qué razón? Pues porque son las obras que seguramente dominará el tribunal. Este nivel se trata de un campamento base desde el que lanzarse a las cumbres. Esta es la fase más dura y más amplia pues en ella seguro que tendremos lagunas. Pero es  muy importante solventarlas porque de hacerlo estaremos en igualdad de condiciones con los miembros del tribunal. Al fin y al cabo se trata del corpus de obras sobre el que ellos llevan trabajando a diario en clase desde hace años, en algunos casos décadas. Sin tener este dominio, y habiendo pocas plazas, será difícil conseguir la nuestra. En otros tiempos era posible, hoy no.

Nivel avanzado: Se trata de conocer obras menos conocidas, las que nos permitirán brillar, destacar dentro de un tribunal. Dentro de este nivel, creo que es mejor leer eligiendo un tema e ir profundizando. Por ejemplo, tras leer el Buscón, leer el Guzmán de Alfarache y así sucesivamente hasta leer La desordenada codicia de los bienes ajenos.

Por hoy creo que está bien. Dejaremos para otro día la forma de organizar concretamente el plan de lecturas y cómo realizar las mismas.

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