Ejercicios prácticos Andalucía 2014

Ejercicios prácticos Andalucía 2014

Ya llegó el día. Ya ha pasado lo peor para los opositores de Andalucía. A unos les sonrieron las bolas, a otros no. Los ejercicios prácticos eran cuatro:

Los textos eran los siguientes: 
1.Un fragmento de artículo de opinión de Juan Goytisolo «La fuerza del hambre¨ en el que había que analizar nivel fonético, nivel morfológico, nivel sintáctico y nivel semántico. 

Las víctimas del bochornoso espectáculo que contemplamos a diario en el perímetro aislante (¡oh, cuán higiénico!) de Ceuta y Melilla ignoran las leyes inicuas que rigen el mundo desde la caída de los regímenes seudocomunistas y del desmantelamiento paulatino del modelo socialdemócrata del Estado providencia: la desregulación caótica de los mercados financieros del casino global y el desequilibrio comercial que favorece a los países de tecnología avanzada a expensas de los que no pueden exportar más que materias primas y mano de obra barata. Huyen de la miseria, de los tiranuelos heredados del antiguo poder colonial, de las guerras étnicas o tribales con su secuela de matanzas y éxodos. Han atravesado miles de kilómetros a través del desierto, sufrido el abuso de las mafias, soportado el rigor y las trampas del clima en una huida adelante de meses o años en busca de un refugio para afrontar al fin el último obstáculo: una doble verja de seis metros de altura con alambres de espino y cuchillas “no agresivas sino disuasorias” en palabras de nuestro ministro del Interior.
Agrupados a las puertas del soñado El Dorado europeo aguardan la ocasión favorable para trepar por las alambradas sin otra arma que su tenaz instinto de vida.
(…)
La indignación me sobrecoge: es la de la impotencia ante estas imágenes reiteradas que abruman la conciencia de un ciudadano recluido entre papeles y libros. Hace 20 o 30 años podía acudir a testimoniar de los dramas que me acuciaban en Sarajevo, Palestina, Chechenia o Argelia. Ahora la vejez me lo impide y contemplo lo que discurre en la pantalla con un amargo reproche al mundo y a mí mismo. Los candidatos a inmigrantes subsaharianos desfilan ante mis ojos revestidos de una agreste belleza moral. ¿Puede una persona ser ilegal, me pregunto, por nacer donde ha nacido? Los que trabajan clandestinamente en España lo hacen en condiciones de precariedad porque hay empresas que se valen de su desamparo para enriquecerse al margen de la legalidad. La próspera economía sumergida vive de esa vulnerabilidad. La naturaleza tiene horror al vacío y el trabajo que rehúsan los ciudadanos de Schengen será ocupado por quienes arriesgan su vida para subsistir y ayudar a sus familias. Al acecho del gran salto en los bosques vecinos de la verja o aupados en ella encarnan el derecho elemental a la vida, el pan y la libertad.

¿Qué puede a escritura frente al hambre? Los rostros de los subsaharianos (hay también en los promiscuos centros de acogida mujeres con niños) me interpelan con fuerza muda. Y una vez más, en mi desaliento, recurro como en otros momentos de mi vida a las palabras de Antonin Artaud: “Lo más urgente no me parece tanto defender una cultura cuya existencia no ha salvado nunca al hombre de su aspiración a una vida mejor y del apremio del hambre, como extraer de la llamada cultura unas ideas cuya fuerza sea idéntica a la del hambre”.

2. Un soneto de Góngora que había que relacionar con la época en la que se escribió.

Ilustre y hermosísima María,
Mientras se dejan ver a cualquier hora
En tus mejillas la rosada aurora,
Febo en tus ojos, y en tu frente el día,

Y mientras con gentil descortesía
Mueve el viento la hebra voladora
Que la Arabia en sus venas atesora
Y el rico Tajo en sus arenas cría;

Antes que de la edad Febo eclipsado,
Y el claro día vuelto en noche obscura,
Huya la aurora del mortal nublado;

Antes que lo que hoy es rubio tesoro
Venza a la blanca nieve su blancura,
Goza, goza el color, la luz, el oro.

3. Un fragmento de La Regenta en el que había que realizar un análisis sintáctico de una oración destacada en negrita, además de explicar las relaciones sintácticas más importantes.

«El Magistral estaba pensando que el cristal helado que oprimía su frente parecía un cuchillo que le iba cercenando los sesos; y pensaba además que su madre al meterle por la cabeza una sotana le había hecho tan desgraciado, tan miserable, que él era en el mundo lo único digno de lástima. La idea vulgar, falsa y grosera de comparar al clérigo con el eunuco se le fue metiendo también por el cerebro con la humedad del cristal helado. « Sí, él era como un eunuco1 enamorado, un objeto digno de risa, una cosa repugnante de puro ridícula… Su mujer, la Regenta, que era su mujer, su legítima mujer, no ante Dios, no ante los hombres, ante ellos dos, ante él sobre todo, ante su amor, ante su voluntad de hierro, ante todas las ternuras de su alma, la Regenta, su hermana del alma, su mujer, su esposa, su humilde esposa… le había engañado, le había deshonrado, como otra mujer cualquiera; y él, que tenía sed de sangre, ansias de apretar el cuello al infame, de ahogarle entre sus brazos, seguro de poder hacerlo, seguro de vencerle, de pisarle, de patearle, de reducirle a cachos, a polvo, a viento; él, atado por los pies con un trapo ignominioso, como un presidiario, como una cabra, como un rocín libre en los prados, él, misérrimo cura, ludibrio2 de hombre disfrazado de anafrodita3, él tenía que callar, morderse la lengua, las manos, el alma, todo lo suyo, nada del otro, nada del infame, del cobarde que le escupía en la cara porque él tenía las manos atadas… ¿Quién le tenía sujeto? El mundo entero… Veinte siglos de religión, millones de espíritus ciegos, perezosos, que no veían el absurdo porque no les dolía a ellos, que llamaban grandeza, abnegación, virtud a lo que era suplicio injusto, bárbaro, necio, y sobre todo cruel… cruel… Cientos de papas, docenas de concilios, miles de pueblos, millones de piedras de catedrales y cruces y conventos… toda la historia, toda la civilización, un mundo de plomo, yacían sobre él, sobre sus brazos, sobre sus piernas, eran sus grilletes… Ana, que le había consagrado el alma, una fidelidad de un amor sobrehumano, le engañaba como a un marido idiota, carnal y grosero… ¡Le dejaba para entregarse a un miserable lechuguino, a un fatuo, a un elegante de similor, a un hombre de yeso… a una estatua hueca…! Y ni siquiera lástima le podía tener el mundo, ni su madre que creía adorarle, podía darle consuelo, el consuelo de sus brazos y sus lágrimas… Si él se estuviera muriendo, su madre estaría a sus pies mesándose el cabello, llorando desesperada; y para aquello, que era mucho peor que morirse, mucho peor que condenarse… su madre no tenía llanto, abrazos, desesperación, ni miradas siquiera… El no podía hablar, ella no podía adivinar, no debía… No había más que un deber supremo, el disimulo; silencio… ¡ni una queja, ni un movimiento! Quería correr, buscar a los traidores, matarlos… ¿sí?, pues silencio… ni una mano había que mover, ni un pie fuera de casa… Dentro de un rato sí, ¡a coro, a coro! ¡Tal vez a decir misa… a recibir a Dios! » El Provisor sintió una carcajada de Lucifer dentro del cuerpo; sí, el diablo se le había reído en las entrañas… ¡y aquella risa profunda, que tenía raíces en el vientre, en el pecho, le sofocaba… y le asfixiaba…!

4. Y un fragmento que mostraba una variante histórica del castellano para analizar desde el punto de vista fonológico, que al parecer corresponde con la Gramática de Elio Antonio de Nebrija.

Me escribe una opositora de opolengua.com y me dice que está contenta con la  preparación recibida. Cito textualmente: «La parte práctica me ha creado pocas dudas, los enunciados de los ejercicios y la extensión de los textos era similar a los que hemos practicados durante todo el año y en seguida me he puesto a esquematizar en sucio y en mi cabeza para elegir los más adecuados. Por el contrario, algunos de los opositores de mi tribunal se encontraban perdidos al abrir el cuadernillo de textos, incluso uno de ellos ha alzado la mano para preguntar dónde estaban las preguntas y qué había que hacer en cada texto.»

Efectivamente, creo que la preparación llevada a cabo ha sido adecuada. Habíamos dedicado al menos una de las doce sesiones a preparar cada uno de los textos que han aparecido al final. Mientras e las academias preparaban preguntas muy concretas, en opolengua.com nos decantamos por una preparación más general. Hemos acertado y me alegro muchísimo por nuestros opositores.

Ahora toca esperar las notas. Y no hay que bajar la guardia. Hay que prepararse una semana más (encerrona, unidades, etc.) con la seguridad de que hemos aprobado. Puede ser que al final nuestro nombre no esté entre los elegidos, pero no hay que ponerse la venda antes de que surja la herida. ¿Y si aprobamos y nos encontramos con que entonces nos falta tiempo para preparar adecuadamente la encerrona? Una semana más de tensión, por favor.

También está el opositor que no ha sido capaz de contestar el tema o las preguntas prácticas y está absolutamente convencido de que no pasará. Toca ahora descansar unos días y luego, cuando el bajón inicial se nos pase, estudiar detenidamente por qué nos ha ocurrido esto (pocos temas preparados, falta de preparación en la práctica, mala suerte) y tomar la decisión de que hacer en el futuro. Ya nos extenderemos en julio sobre este particular.

Pero todavía no es tiempo de tomar decisiones, sino de actuar y preparar la encerrona con la misma ilusión de todo el año.

Para todos, como siempre, saludos y mucho ánimo.