¿Qué hacer el curso que viene?

¿Qué hacer el curso que viene?

Durante los meses de verano, cuando las actividades lectivas y profesionales se toman un respiro, es el momento que todos empleamos para evaluar los proyectos que tenemos para el año entrante.

Este curso ha habido oposiciones en muchas partes de España y cada persona ha extraído lecciones valiosas sobre lo que es esta prueba (su dificultad, su injusticia y su dureza) y a partir de ahí se plantea un futuro. Algunas personas, hastiadas de presentarse sin obtener resultados, se retirarán de la carrera. Otras se habrán ilusionado con sus resultados y esperan seguir esforzándose hasta obtener la ansiada plaza.

En mi experiencia, nos podemos enfrentar a diferentes posibilidades:

a)     La persona interina que lleva opositando años y ya ha trabajado un tiempo. Esta fue mi situación durante cinco cursos (desde 1993 hasta 1998). Me presentaba y sacaba buena nota, pero había pocas plazas y no obtenía la mía. Hay que mirar el lado positivo. Estamos trabajando (o bien las listas están cayendo como no puede ser de otra manera y al final nos llamarán). Ya tenemos pie y medio. Solo hay que esperar que acumulemos unos puntos más y tengamos suerte el día del examen. Ya sabemos que la suerte (con el tribunal, con las bolas, con los prácticos) es muy importante. La clave es minimizarla al máximo. Para ello, yo me seguía preparando con calma a sabiendas de que este era un camino largo. Y eso mismo es lo que recomiendo a quienes estén en esa situación. Tranquilidad. Durante el año que no hay oposiciones: Seguir repasando los temas (un día a la semana para no perderlos, lo que sería un grave error). Para ello está mi método de estudio y repaso Adama, para no perder los temas ya estudiados. Y por otro lado seguir haciendo ejercicios prácticos (uno cada dos semanas). Para eso están los dos cursos de comentario Curso General de Comentario y Curso 2015 de comentario (más indicado para quienes tienen el temario Opolengua o ya hicieron el curso general el año pasado).

b)     Los jóvenes de menos de treinta años. Se trata de las personas que o no se han presentado nunca o se han presentado por primera vez o segunda vez este año 2014 o piensan hacerlo en 2015. A este tipo de personas solo les puedo mandar un mensaje de ánimo y combate. Han pillado una época muy mala de escasa oferta de plazas pues es ahora cuando comenzamos a salir de la crisis. Llevan mucho tiempo de desventaja con los anteriores. Los más maduros tienen más temas estudiados y algunos además tienen la gran ventaja de ser interinos con lo que el propio trabajo les obliga a leer y a estudiar los mismos temas y obras que luego ven en el examen de oposición. Solo hay una forma de contrarrestar esto y es estudiar a tope. Hay que tener en cuenta que cuando salga el nuevo modelo de acceso, probablemente las ventajas para los interinos sean mucho menores. Si las previsiones económicas son correctas y salimos de la crisis efectivamente, los próximos años, sobre todo a partir de 2018, serán de convocatorias amplias. Y aunque no fuera así, no hay otro camino que la preparación rigurosa para alcanzar la ansiada plaza. Para este tipo de personas, hemos diseñado dos cursos de estudio distintos. Uno, el Curso de Estudio Total orientado a presentarse durante 2015 en las comunidades que convoquen y otro, el Curso de Estudio 2015 orientado a presentarse en 2016. La diferencia entre ambos es que en el Curso Total primero se ve todo (programación, práctica y temas) en un año y en el otro se prepara más rigurosamente cada parte (relacionando cada tema con sus prácticas correspondientes y planes de lectura) por lo que se avanza más despacio (se necesitan dos años para completar el curso) pero con mucha más seguridad (pues se insiste más en las prácticas y las lecturas de forma que el camino del opositor sea más firme y con menos lagunas).

c)      La opositora que lleva años opositando, no ha obtenido plaza y no ha trabajado nunca. En esta situación hay muchos tipos de personas, cada una con su propia casuística. Es el caso más complicado de aconsejar. Yo les diría a estas personas que deben valorar exactamente lo que les ha ido ocurriendo en las oposiciones anteriores, valorando cuáles son sus defectos y virtudes y, sobre todo, si se ven en condiciones de competir y vencer al resto de los opositores. Además de esto, deben valorar que en las oposiciones, desgraciadamente, hay un porcentaje importante de elemento suerte y quizá, algunas de estas personas, siempre hayan tenido mala suerte (con las bolas, con el tribunal, con los textos, etc.). La idea de plantear esto es doble: que nadie deje las oposiciones cuando aún tiene posibilidades, fuerzas y aliento para pelear; pero que tampoco nadie insista en un camino equivocado que le está costando mucho tiempo, dinero y sacrificios. En todo caso tiene en mi opinión dos caminos: o dejar las oposiciones, o hacer lo mismo que los interinos (repasar el año que no hay oposiciones y hacer un ejercicio cada dos semanas). Esto le tiene que permitir ganar energías para su familia, búsqueda de trabajo u otras necesidades personales a la vez que no abandona completamente un año la pelea. La idea es no quemarse, pero no abandonarse tampoco. Mantenimiento sería la palabra. Para estas personas el curso de comentario es lo ideal.

En fin, espero haber ayudado a algunas personas a aclarar qué pueden hacer con sus vidas el año próximo. Al final, lógicamente, la decisión es vuestra. Espero que acertéis.