Nueva ordenación de las listas de interinos en Madrid.

Nueva ordenación de las listas de interinos en Madrid.

Un interino de Madrid me envía amablemente un correo con las nuevas normas que regirán la ordenación de listas de interinidades en Madrid en los próximos cinco años. Independientemente de que hay algunas cosas que resultan llamativas (por ejemplo se habla en el acuerdo de «funcionarios interinos», lo cual es un oxímoron y a la vez una muestra de la ideología sindical de los firmantes del acuerdo que son UGT, CCOO, ANPE Y CSIF. El acuerdo en concreto plantea una lista regida por los siguientes criterios básicos:

Los interinos se ordenarán por medio de una lista en la que se podrá sumar:

a) Hasta 4,5 puntos por la mejor nota obtenida en la oposición en los últimos 10 años o cinco últimas convocatorias. Esto quiere decir que una persona elegirá su mejor nota entre procedimientos de oposicion radicalmente diferentes. Opino que esto no es justo, porque las oposiciones de 2008 y 2010 fueron mucho más fáciles no tener prueba práctica y las notas fueron más altas que las de 2012 y 2014, por lo que los que se presentaron a esas  pruebas tendrán ventaja sobre los demás. Creemos más justo que se hubiera hecho una media entre las calificaciones obtenidas.

b) Hasta 4,5 puntos por antigüedad. Cada año suma 1 punto por lo que con 5 años se obtendrá el máximo. Esto quiere decir que una persona entrada en el sistema en 201o tiene casi garantizada su permanencia en las listas independientemente de la nota que obtenga en las siguientes oposiciones. Esto, en la práctica. es una llamada a esa persona a que deje de estudiar durante los próximos cinco años.

Yo comprendo perfectamente que los intereses individuales de cualquier persona pasen por obtener una plaza con el menor coste posible. Comprendo la importancia de la estabiliadd laboral. Comprendo además que las oposiciones son un camino duro y que es normal que las personas que tienen que trabajar y que tienen que llevar adelante su vida, reciban este acuerdo con alegría, pues no les obliga al sacrificio y a la incertidumbre.

Lo que no comprendo es que los sindicatos que se llenan la boca con la defensa de la escuela pública y su calidad crean que el mejor profesor interino  para impartir clase es aquel al que se le invita en la práctica a que no estudie. No creo que esto sea bueno para los usuarios. Yo prefiero un médico que esté en constante fase de estudio (que es al fin y al cabo lo que debe ser un profesor) que un tipo adocenado que me pueda operar porque entró en una lista hace siete años y saco una vez un 8. Y creo que la calidad del sistema y el ejemplo a los alumnos y a la sociedad es mostrar que sus profesores no son los más viejos, sino que son los mejores y los que más ganas tienen de aprender y estudiar.

Y no hablo por hablar. En 1995 yo era interino y me hubiera favorecido personalmente un acuerdo como este. Pero me fui de la UGT precisamente por luchar para que las listas de interinos se organizaran por criterios exclusivamente de las notas. Cuando gané la mayoría junto con otros compañeros en UGT Madrid y me dijo la dirección que esa política era confederal y que no podía cambiarse, me fui y formé otra organización AICEP (Asociación de Interinos por la Calidad de la Enseñanza Pública) que defendió siempre que las listas de interinos se hicieran exclusivamente con las notas de examen. Somos conscientes de que el examen de oposiciones es poco objetivo y mejorable, pero somos mucho más conscientes de que en la enseñanza pública hay demasiadas personas que carecen del mérito y de la capacidad suficiente para desempeñar con calidad su trabajo. Y de eso depende el futuro de España, ni más ni menos.

Aún así este acuerdo es mejor que el que rige en otras comunidades (como Andalucía), donde las listas están bloqueadas y cerradas desde siempre y cualquier persona una vez que accede a ellas y se sitúa, no modifica su posición por lo que, por pura lógica y jubilaciones, acaba disfrutando de vacantes por lo que en muchos casos, deja de estudiar. Desde aquí hay que hacer un homenaje a todas aquellas personas que a pesar de que ya son interinas, siguen estudiando con ahinco y con fuerza. Son personas muy importantes, porque de su honestidad y rigor depende el progreso de nuestra nación. Mucho más de los sindicatos que se dedican a blindar privilegios.

Creo que es preciso mimar el talento, el sacrificio y la fe si queremos que nuestra nación se rija por esos valores. Las palabras deben ser siempre convertidas en hechos. De poco vale decir que somos indignados con los políticos si luego cuando nos toca a nosotros, lo que queremos es simplemente mantener nuestros propios privilegios personales sin pensar en el bien común. Y este acuerdo no apuesta por la calidad de la enseñanza sino por blindar a los interinos que ya llevan dentro cinco años para que se perpetúen dentro del sistema. Es bueno indignarse porque los políticos se aprovechan de su poder para blindar su posición. Eso se llama egoísmo y no progreso social. No lo veo muy diferente  de lo que hacen los sindicatos.

¿Acaso las personas jóvenes y bien preparadas, que luchan día a día, no tienen derecho a soñar con entrar en las listas y poder trabajar? ¿Acaso no es ese el ejemplo moral que se espera de quienes hablan de la calidad de la enseñanza?

4 comentarios
  • Hola, Eduardo:
    Me gusta leer tus palabras, como siempre. Lo cierto es que el nuevo acuerdo nos perjudica a aquellos que llevamos poco tiempo en las listas, y también, por supuesto, a quienes vienen de fuera. Lo cual, como dices, es una pena, pues entre la gente que trabaja con más ahínco están quienes llevan poco tiempo en la enseñanza.
    Creo que los años de experiencia deben contar, pero no blindar la entrada de los otros: dices que este sistema invita a dejar de estudiar, y tienes razón; conozco un caso muy cercano de una persona que, simplemente, dejó de estudiar y al cabo de dos convocatorias terminó teniendo su puesto.
    Pero también es verdad que estudiar una y otra vez los mismos temas (en esto consiste la base del estudio en la oposición) no es (creo yo) actualizarse: es realizar un ejercicio mecánico que, a la postre, tampoco resulta positivo. Uno puede pasar años y años memorizando el tema 25, y conocerá al dedidillo la cohesión textual, pero no necesariamente será mejor profesor (quiero decir que no será mejor profesor por saberse el tema de 8 en 2014 y de 10 en 2016). Sí lo sería si (dominando el tema 25, claro), fuera capaz de conectar con un grupo concreto de alumnos para que ellos comprendan la cohesión, en la teoría y en la práctica.
    La única solución, claro, sería que la oferta de plazas se correspondiera con las necesidades reales de la enseñanza y se redujera (de verdad) el número de interinos. Mientras esto no sea así, cualquier sistema de ordenación de listas, cualquier examen, se asentará sobre un fondo de injusticia.
    Pero como parece que esto no va a cambiar, seguiremos estudiando el tema 25 (y alguno más).
    Un saludo y gracias por tus reflexiones,
    Ana

  • Hola, Ana. Muchas gracias por tus palabras y por visitar el blog. Estoy muy de acuerdo con lo que planteas. Actualizarse no es memorizar un tema idéntico año tras año. Yo creo que lo que no debemos perder de vista nunca es el objetivo final de todo esto. Y ese es hacer un buen sistema educativo. Para eso es necesario que todos los profesores (funcionarios incluidos) se reciclen de forma constante. Y el Estado debe garantizar eso y primar a quien lo haga mejor. Tampoco puede ser que un funcionario saque su plaza y se eche a dormir (como en muchos casos ocurre). ¿Cómo mejorar esto? PUes ya hice una entrada en mi blog hace tiempo. Reformando el sistema de acceso y reformando el sistema de permanencia en el cuerpo y que quien no rinda, una vez ya funcionario, pueda ser despedido. Eso es lo mejor para la nación y para los usuarios del sistema, que son los alumnos. Eso es lo mismo que exigiríamos si fueran nuestros hijos los que sufrieran a algunos «compañeros» nuestros o si nos atendiera un médico para una operación a vida o muerte. Yo no quiero a alguen antiguo, quiero a alguien capaz.

  • Desde luego que sí. Hace unos años me presenté a una plaza para ser profesora en una universidad suiza. No recuerdo bien los tiempos, pero proponían un contrato inicial (de unos 3 años) para después pasar a ser funcionario. A partir de entonces, había contratos de 10 años (creo) que se renovaban si se cumplían una serie de condiciones. Me pareció un sistema inteligente y justo: ser funcionario debería ser lo contrario de echarse a dormir. Y el periodo de tiempo que se planteaba era suficiente para no representar un «mal año» o un «mal curso», que también los hay, sino una persona que no rinde suficiente, por incompetencia o por dejadez (que es otra forma de incompetencia).

  • Me parece una idea aceptable. Probablemente es mejorable. Lo que está claro es que para tener un buen sistema educativo (y para mejorar la vida en general) hay que establecer mecanismos de evaluación de las personas que premien a quienes se esfuerzan por satisfacer las necesidades de sus semejantes (que son quienes les pagan al final el sueldo) y castiguen a aquellos que solo piensan en su interés egoísta. Y esa es la verdadera defensa de la educación pública. Es absolutamente inconcebible (y significativo) que los sindicatos actúen en contra de este principio que no es otra cosa que sentido común. Pero quien vive de la corrupción y la falta de capacidad no puede aspirar a otra cosa que no sea extenderla por el mundo.