¿Cómo fue el examen de oposiciones en Cataluña 2018? Carta de una opositora catalana

¿Cómo fue el examen de oposiciones en Cataluña 2018? Carta de una opositora catalana

Carta de la opositora

Buenos días, Eduardo:

Te cuento un poco cómo fue el examen de ayer.

Empezamos a las 9 de la mañana; el tribunal se presentó y explicó los términos de la convocatoria. Después nos llamaron por orden de lista para presentar la programación.

 

El examen empezó a las 11:30 de la mañana. Todas las sedes de Cataluña estaban sincronizadas. Empezamos por el práctico, que tenía una duración de 4 horas.

  • Comentario de un supuesto pedagógico. Teníamos que explicar cómo enseñaríamos la comprensión lectora de una noticia en un grupo de 1º de ESO, en el que había 3 alumnos nuevos que no entendían la lengua y 5 alumnos que tenían la primaria suspendida. A partir de aquí, teníamos que explicar cómo trabajaríamos en clase: ámbitos, dimensiones, competencias, metodología, actividades, materiales, agrupaciones en el aula, evaluación, competencias transversales, etc. Este ejercicio es el que me fue mejor, pero me llevó mucho tiempo y estuve una hora y media. También es el que cuenta más: un 40 % del práctico.
  • Comentario lingüístico de un texto periodístico, que había salido en El País hacía muy poco. Un texto muy interesante y fácil de comentar. Pedían comentario lingüístico y también una propuesta didáctica para que los alumnos de bachillerato mejoren en el comentario (esta parte me pareció muy rara porque ellos ya te daban un esquema previo). Este contaba un 30 %. No me fue del todo mal, pero me faltó tiempo y podría haberlo hecho mucho mejor.
  • Comentario literario de un poema de Pedro Salinas y también había una segunda parte con la propuesta didáctica para que los alumnos de bachillerato mejoraran en el comentario literario. Aquí yo no tenía nada que hacer: primero porque no me había estudiado el tema de Salinas y no sabía nada; segundo, porque no tenía tiempo y solo me quedaba media hora; así que hice la propuesta didáctica. Este tiene un peso del 30 %. Y lo que me sorprendió muchísimo: EL POEMA INCLUÍA EL TÍTULO Y EL NOMBRE DEL AUTOR (¿Cómo puede ser esto?). Me quedé muy sorprendida y me dio mucha rabia no haber estudiado ese tema.

 

A la tarde, empezamos a las 5:30 y salieron 4 bolas (2 de lengua y 2 de literatura): el tema 25, el de la cohesión, el tema de la expresión del tiempo o algo así (ahora no lo recuerdo), el teatro de Valle-Inclán y Lorca y el tema del ensayo del siglo XVIII. Yo solo me había estudiado el de la cohesión (más que nada porque lo necesitaba para el comentario lingüístico); el problema era que hacía tiempo que me lo había estudiado y no recordaba muchas cosas. De todas maneras, me quedé e hice lo que pude (al final fui recordando un poco el temario y me quedé las 2 horas, pero no fue un examen de 10, ni mucho menos).

 

Impresiones:

  • Quedé encantada con los miembros del tribunal: muy cercanos y atentos. Ellos también estaban nerviosos y nos tranquilizaron. Incluso hacían bromas. Pudimos ir al lavabo (acompañados, eso sí) durante los exámenes y podíamos tener una botella de agua.
  • Faltó mucha gente. En mi tribunal había unas 110 personas inscritas y unas 45 no aparecieron.
  • Hubo mucha transparencia: todos los exámenes con etiquetas, los enunciados de los exámenes estaban sellados. Todo muy formal; los miembros del tribunal repetían una y otra vez que la objetividad y el anonimato eran imprescindibles.
  • La sensación general al salir del examen era mala. A poca gente le había ido bien; no hubo suerte con los temas y el hecho de que el examen fuera en abril hizo que no fuéramos bien preparados. 
  • Lo peor de todo fueron los preparativos (nos explicaron el complicado mundo de poner las etiquetas y los sobres de los exámenes varias veces; no podíamos empezar hasta que todos los alumnos de todas las sedes tuvieran el examen, boca abajo, en la mesa; todo muy al milímetro y cronometrado). En fin, que ni en la entrega de los Oscar ha habido tanto secretismo y tantos nervios. Todo este protocolo nos puso a todos muy nerviosos. Además, hasta las 11:30 no empezábamos, con lo que se alargó todo muchísimo. Salimos del examen teórico a las 8 de la noche. No ha sido para otras especialidades, que acababan mucho antes.
  • Creo que los exámenes no eran difíciles si tenías la suerte de que te sabías ese tema (lo del poema con el título y el autor no me lo esperaba). Pero extremadamente largos. Es imposible hacer todo esto en 4 horas.

 

En fin, creo que no pasaré la prueba, pero no me arrepiento de haber ido y haberlo intentado. Ahora ya sé lo que es y ha sido una experiencia que me servirá como entrenamiento (el presidente del tribunal nos decía que no abandonáramos, que aunque no supiéramos el tema, lo intentáramos igualmente, que nunca se sabe). Eso sí, lo he pasado muy mal, muchos nervios y me ha quedado un tremendo dolor de cabeza y una llaga en el dedo que me impide escribir.

 

Gracias por todo, Eduardo. Sin tus materiales y tu orientación no habría podido hacer nada. Las notas saldrán la primera o segunda semana de mayo. Ya te diré algo. Y ya me pasarás también tus propuestas de cursos para el año que viene.

Mi respuesta

Hola: Muchísimas gracias por compartir tus impresiones y sentimientos. Es un honor. Muchísimas gracias también por tu valoración de los materiales del curso. Créeme que son palabras como las tuyas las que me ayudan a trabajar tanto (porque lo que hay detrás de todo esto es un enorme trabajo, más que talento). Comprendo por otro lado, la tremenda tensión de estos días y tu esfuerzo que, estoy seguro, encontrará justa recompensa. Por cierto, ¿puedo publicar tu carta en el blog sin poner tu nombre?

 

Por otro lado, y ya entrando en concreto, te realizo una valoración del examen de Cataluña, que ha estado muy influido por las circunstancias políticas.

 

Nuestra valoración.

Por lo que se refiere a la sincronía, limpieza y organización del ejercicio, es igual que en toda España. No hay novedad en esto. Sí es algo más alta la tasa de absentismo, pues llega casi al 50%, pero es también un fenómeno habitual. El año que yo obtuve la plaza había en mi tribunal 320 personas y asistieron 240. Recuerdo perfectamente el dato porque yo era el último de la lista. Pasemos ahora a la valoración política.

Como sabemos, dado el reto al Estado planteado por los políticos separatistas y el referéndum secesionista contra la legalidad constitucional, el Gobierno de España aplicó el artículo 155 de la Constitución, suspendiendo los poderes de la Generalidad. Esa situación política excepcional ha condicionado, desgraciadamente, todo el proceso.

Por un lado, ha condicionado la fecha de convocatoria. El Gobierno, vía artículo 155, decidió convocar las oposiciones en abril. ¿Por qué hizo esto? Pues en mi opinión, por dos razones. La primera para capitalizar políticamente la convocatoria lanzando el mensaje a los profesores funcionarios, a los interinos y a los opositores de que al final, quien garantizaba las oposiciones (el orden social) era el Gobierno. Por otro lado, con la idea de que, aunque una mayoría separatista ganara las elecciones (como así ocurrió), no pudiera utilizar las oposiciones como elemento de presión contra el Gobierno (como ya hizo la Junta de Andalucía en 2012). De hecho, si el Gobierno no hubiera convocado las oposiciones, dada la parálisis en que sigue la vida política catalana, hoy no habría oposiciones porque no hay gobierno en Cataluña. Así que en nuestra opinión, y con todos los elementos vistos, creemos que el Gobierno no tenía más alternativa que hacer lo que hizo. La otra opción era no haber convocado elecciones hasta que se sustanciase el juicio por el 1-0 y el Gobierno no ha querido asumir el coste político de esa decisión, derivando el problema a los tribunales.

Pero el problema de Cataluña no ha sido solo la fecha del ejercicio, sino el ejercicio en sí mismo. Nos explicaremos: la forma del ejercicio es producto de una decisión política de quienes tienen las riendas de la Educación en Cataluña (los partidos separatistas) y desean, lógicamente, perpetuar el sistema.

Es decir, es un examen hecho para ser aprobado por quien ya da clase en la propia Cataluña. Un examen hecho a la medida de las demandas sindicales (el gran cáncer de la educación en España) y de las apetencias de quien domina el sistema educativo y lo emplea como herramienta desde hace tantos años. Por eso está hecho para que pese tanto la práctica educativa (hasta el punto de que condiciona los comentarios literario y lingüístico, algo nunca visto en España) y por eso venían con autor los textos, para que no se pueda meter la pata. Esto acaba facilitando tanto el comentario al opositor, que lo que se acaba valorando es más el dominio del comentario para alumnos que se da en el curso de Bachillerato y en los libros de textos que el propio conocimiento de la historia de la literatura del opositor, sus lecturas y su sensibilidad literaria.

Nuestra opositora cuenta que se sintió en desventaja, porque no conocía la teoría sabiendo que el texto era de Salinas. Y efectivamente, tal es así, porque si se hubiera sabido bien el tema del 27 hubiera tenido el comentario hecho y si ha dado 2º de Bachillerato también tendría hecho el de los alumnos, con lo que la prueba del comentario se desnaturaliza. ¿Con qué finalidad? Con la de que todo el mundo lo haga medianamente bien y nadie destaque o sea más difícil destacar. Eso explica también la escasez de tiempo para hacer tres ejercicios. Con tantas preguntas que contestar y tan escaso tiempo, todos lo harán mal por lo que nadie destacará, las notas serán bajas y primarán, al final, los puntos de mérito. Ese es el verdadero objetivo: que quien ya forma parte de la comunidad educativa catalana se blinde y resulte más difícil entrar desde fuera.

Mucho más clara es esta estrategia en relación con la primera pregunta, que supone el 40% de la nota y solo puede contestarse de forma brillante conociendo las ideas sobre  “L’escola inclusiva” manifestadas a través de la aplicación del decreto catalán 15/2017 de 17 de octubre. Cómo el tribunal corrige con plantilla (tal y como indicaron a los opositores), lo cierto es que seguro que en la plantilla se valorará de forma generosa el conocimiento y aplicación correcta de esa norma. Un material fácilmente al alcance de las personas que ya están dando clase allí y casi imposible de conseguir para los demás, con lo que es muy difícil que consigan una calificación alta.

Es decir, no solo no están contentos con cerrar el paso a miles de opositores de toda España con la discriminación lingüistica (pues quien no domina el catalán no puede presentarse), sino que además también impiden que los propios catalanes, valencianos y baleares puedan entrar en el sistema si no conocen muy de cerca la propia legislación política que los mismos partidos separatistas han generado. No es de extrañar, en estas condiciones, que a la manifestación por la puesta en libertad de los políticos catalanes se sumasen tanto CCOO como la UGT. Es una alianza que ya dura décadas y cuya última manifestación son estas oposiciones.

Esa alianza es la que ha permitido que el marco legal se distancie del marco europeo y haya convertido el tema de las competencias en un laberinto complejo para diferenciarse totalmente del modelo LOMCE, que no hace sino seguir el modelo europeo. Es decir, por diferenciarnos de España, pagamos el precio de diferenciarnos de Europa. Un nuevo contrasentido que añadir a la lista de agravios que tiene que soportar un opositor por parte de los políticos.

Un sistema discriminatorio encubierto

Si en todas las comunidades hay un intento de que estas convocatorias sirvan para absorber la enorme cantidad de interinos que de forma insensata los propios políticos han creado, mucho más es en el caso catalán. Todo el sistema, desde los altos técnicos hasta los profesores designados como presidentes de tribunal participan del mismo objetivo. De ahí también los ánimos del tribunal para que no se tire la toalla. Se puede decir que esos ánimos y esas condiciones son para todos (y es verdad, por supuesto), pero también es cierto que a quien le sitúan con un aprobado a un paso de la plaza es a quien tiene ya diez años de antigüedad. Un examen muy restrictivo y eliminatorio siempre favorece al opositor libre, pues impide sumar los puntos al interino salvo que se haya hecho muy bien.

Esto, además, no es positivo para el sistema educativo pues el alumno de ESO y bachillerato, al final, lo que necesita es un profesor de Lengua y literatura españolas que hable y escriba bien en español (y no en catalán) y sepa literatura española. Los padres piden profesores nativos en las academias de inglés, pero los políticos separatistas quieren profesores que sepan catalán antes que español, anteponiendo sus intereses a los de la propia sociedad.

Desgraciadamente, esas son las condiciones en las que te enfrentas a las oposiciones y no hay otra manera de modificar esto que no sea por medio del voto. Desde luego, sean las condiciones que fueren, yo voy a estar para ayudar y estoy seguro que con tu esfuerzo vas a conseguir tu objetivo de la plaza, más tarde o más temprano, porque como digo yo siempre, estas oposiciones las aprueba todo el mundo con una condición: persistir.

Esperando nuevas noticias tuyas, recibe un fuerte abrazo.

Saludos y ánimo.