Análisis de la convocatoria de oposiciones de secundaria en Canarias

Análisis de la convocatoria de oposiciones de secundaria en Canarias

Hoy tratamos la convocatoria de Canarias, una muestra de lo que no debería ser jamás una convocatoria de oposiciones. Y no solo por la redacción, sino por el contenido que analizamos más abajo, aunque sea superficialmente.

 

Los rasgos centrales de esta convocatoria son los siguientes:

 

Canarias
Número de plazas 64
Fecha de publicación oficial 27 de abril
Fecha de presentación de solicitudes Veinte días naturales
Fecha de examen No consta
Tasas 71,41 €
Inclusión en listas de interinidad No consta.
Valor ejercicio práctico 60% el ejercicio práctico y 40% el tema.
Filtros discriminatorios No hay
Prueba práctica escrita (A) Es de carácter pedagógico
Valor unidad y programación segunda parte Se valora globalmente de 0 a 10.
Programación Se entrega tras la publicación de notas de la primera parte.

La programación didáctica, de carácter personal, será elaborada de forma individual por el aspirante y deberá contener un mínimo de 6 y un máximo de 12 unidades didácticas que deberán ir numeradas, con una extensión máxima de 50 páginas a una sola cara.

El formato de dichas hojas será DIN-A4 escritos a una sola cara, a espacio simple con letra tipo “Times New Roman”, tamaño 11 puntos sin comprimir.

Materiales para la encerrona 15 minutos para la defensa y 30 minutos para la unidad didáctica o situación de aprendizaje.

Para la programación no puede aportarse materiales. Para la unidad se puede aportar material que deberá aportar el aspirante, así como un guión o equivalente que no excederá de un folio por una sola cara y que deberá entregar al tribunal al término de su exposición.

 

 

Nuestra valoración: una convocatoria soterradamente discriminatoria

 

La convocatoria canaria está realizada como una claudicación absoluta ante los planteamientos sindicales. Creemos que no contribuye a la mejora del sistema educativo sino a blindar las posibilidades de acceso al funcionariado (y por tanto a un sueldo vitalicio del Estado español) a quienes ya forman parte del profesorado que ejerce en Canarias. Igual que hemos señalado que las convocatorias valenciana, catalana, balear, gallega o vasca discriminan a los opositores de habla española por razones lingüísticas; en esta ocasión, la discriminación es mucho más elaborada y sutil, como pasaremos a señalar ahora.

 

Un ejercicio práctico para profesores amaestrados

 

El ejercicio práctico del Gobierno de Canarias es simplemente un ejercicio igual al que se hace en primaria en toda España. Se le van a poner a los opositores tres supuestos prácticos que se puedan dar en la clase para que los aspirantes discurran cómo los resolverían, lógicamente, aplicando sus conocimientos a la realidad educativa canaria y mostrando su conocimiento de la terminología propia del sistema educativo canario. Esto facilitará la tarea enormemente a quienes ya trabajan allí, dificultará enormemente la tarea a quienes no trabajen allí aunque sean canarios y lo harán prácticamente imposible a quienes quieran irse a vivir allí como un español más que quiere vivir en una región española.

 

Enorme valor del falso ejercicio práctico

 

En este sentido, es la única comunidad de España en la que el ejercicio práctico supera en valor al tema. ¿Por qué? Muy sencillo. En la medida en que el práctico, como acabamos de ver, no va a versar sobre los conocimientos científicos del opositor (dicho en plata, no hay que saber lengua, ni literatura, ni filología) sino en su experiencia como docente, lo mejor es que el tema valga lo mínimo posible en el marco legal. En este mundo al revés, lo que le interesa a los sindicatos y al Gobierno de Canarias no es que los docentes prueben sus conocimientos de lengua y literatura española, sino que demuestren que ya están trabajando allí.

 

La terminología pedagógica como barrera discriminatoria

 

Estamos cansados de denunciar la política discriminatoria que operan muchas comunidades en España y que opera en dos sentidos. Uno, fragmentar la nación española y dos, usar la lengua como trinchera, como alambrada que impida que otros españoles puedan presentarse allí. En esta triste guerra, el Gobierno de Canarias da un paso más, que es tan pernicioso para la enseñanza como creativo. Los docentes tienen que aprenderse una jerga pedagógica que solo opera allí y cuyo conocimiento va a indicar al tribunal si el aspirante “conoce” el terreno o no. Así, a las unidades didácticas se le unen las “situaciones de aprendizaje” o se diferencia con precisión entre “instrumentos y procedimientos de evaluación” o se indica que no se puede evaluar por porcentajes. Son contenidos que solo los “iniciados” dominan y como a buen seguro las autoridades (debidamente asesorados por los sindicatos que ya dan sus cursos para ganar dinero y aleccionar a la tropa sometida) pondrán esos conceptos en las rúbricas de evaluación, la ventaja que tienen quienes ya trabajen allí y hayan estado en cursos sindicales o de la propia administración es brutal.

 

La programación como elemento de discriminación

 

Las bases de la convocatoria dicen textualmente que “la programación incluirá aprendizajes, recursos o contextos referidos a la Comunidad Autónoma de Canarias”. Hasta aquí parece normal, pero lo más fuerte viene en el siguente párrafo, cuando indica que “La programación didáctica deberá estar contextualizada, atendiéndose a las características del centro, del alumnado y del entorno escogido por cada aspirante. Se pondrá en relación, además, con el proyecto educativo del centro y la programación general anual, siendo estos documentos su marco de referencia.Se explicitará, de esta manera, cómo dicha programación didáctica contribuye a la consecución de las metas establecidas en estos documentos (convivencia escolar; plan de mejora de la comunicación lingüística —plan de lectura, uso de la biblioteca…—; integración de las tecnologías de la información y la comunicación; participación, colaboración e implicación con las familias…).”

Es decir, se piden programaciones reales con datos reales que son muy fáciles de conseguir para quienes ya trabajan (que simplemente tendrán que llevar la programación de su instituto), un poco más difícil para quienes vivan en Canarias y casi imposible para quienes no vivan allí o no conozcan a ningún profesor canario.

 

Una convocatoria endogámica

 

Todos estos rasgos que acabamos de señalar nos indican que la convocatoria de Canarias está hecha para que aprueben con facilidad quienes ya dan clase en Canarias, lo tengan complicado quienes vivan allí o conozcan a algún profesor canario y lo tengan imposible el resto de los ciudadanos. Eso quiere decir que los estudiantes canarios están obligados, como presos, a tener profesores que no hayan demostrado que saben lengua ni literatura y cuyo mérito esencial sea vivir (seguramente por haber nacido allí) en Canarias. ¿No tienen esos alumnos derecho a la igualdad de oportunidades y al mejor profesor posible? Pues no. Lo sentimos. Esa es la gran contribución de los gobernantes y de los sindicatos a la calidad de la enseñanza. Eso sí, con el dinero público que pagan todos los españoles a través de sus impuestos. Lamentable.

Resistir es vencer

A pesar de todo,  es posible alcanzar la plaza. Todo son ventajas para los interinos canarios, pero quienes vivan allí o quienes realicen un sobre esfuerzo pueden acceder al contexto canario gracias a Internet. Una vez tengamos la programación de un centro canario y accedamos a los documentos donde esa terminología sale, que son también accesibles con sencillez por la Red, podemos competir. Y una cosa es segura, si estamos bien preparados y nuestra programación es buena, brillaremos. Y si brillamos, alcanzaremos nuestro objetivo. Seguro. Animo y a por él. Otros lo tendrán más fácil, pero solo se llega a la bondad por medio del sacrificio. Merece la pena vivir e intentarlo.