Último fin de semana de enero. Ha sido esta una semana de intenso estudio, convocatorias y anuncios importantes de la Administración, pero llega el viernes y nosotros volvemos con nuestro ¡Ponte a prueba!, el acertijo con el que pretendemos retar y servir de entretenimiento a las personas que preparan las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura en su prueba de comentario.
En esta ocasión traemos un texto impactante o que, al menos, a mí me impactó bastante cuando lo leí, por primera vez, en la adolescencia. Como siempre, debemos señalar la obra, su autoría e incluso situar el fragmento de forma funcional. Si ello no es posible, será preciso adscribirla a una época, un género y un movimiento literario.
Como cada semana, se puede participar incluyendo comentarios en nuestra página de Facebook hasta el domingo por la noche y el lunes daremos la relación de acertantes y la solución del acertijo.
Y nada más por hoy. Como siempre, nuestro recuerdo a las víctimas de la pandemia y a sus familiares. Saludos y ánimo.
LORENZO.- ¡Qué olor! ¡Qué peste sale de la tumba! No puedo más.
TEDIATO.- No me dejes; no me dejes, amigo. Yo solo no soy capaz de mantener esta piedra.
LORENZO.- La abertura que forma ya da lugar para que salgan esos gusanos que se ven con la luz de mi farol.
TEDIATO.- ¡Ay, qué veo! Todo mi pie derecho está cubierto de ellos. ¡Cuánta miseria me anuncian! En éstos, ¡ay!, ¡en éstos se ha convertido tu carne! ¡De tus hermosos ojos se han engendrado estos vivientes asquerosos! ¡Tu pelo, que en lo fuerte de mi pasión llamé mil veces no sólo más rubio, sino más precioso que el oro, ha producido esta podre! ¡Tus blancas manos, tus labios amorosos se han vuelto materia y corrupción! ¡En qué estado estarán las tristes reliquias de tu cadáver! ¡A qué sentido no ofenderá la misma que fue el hechizo de todos ellos!
LORENZO.- Vuelvo a ayudarte, pero me vuelca ese vapor… Ahora empieza. Más, más, más; ¿qué lloras? No pueden ser sino lágrimas tuyas las gotas que me caen en las manos… ¡Sollozas! ¡No hablas! Respóndeme.
TEDIATO.- ¡Ay! ¡Ay!
LORENZO.- ¿Qué tienes? ¿Te desmayas?
TEDIATO.- No, Lorenzo.
LORENZO.- Pues habla. Ahora caigo en quién es la persona que se enterró aquí… ¿Eras pariente suyo? No dejes de trabajar por eso. La losa está casi vencida, y por poco que ayudes, la volcaremos, según vemos. Ahora, ahora, ¡ay!
TEDIATO.- Las fuerzas me faltan.
LORENZO.- Perdimos lo adelantado.
TEDIATO.- Ha vuelto a caer.
LORENZO.- Y el sol va saliendo, de modo que estamos en peligro de que vayan viniendo las gentes y nos vean.