Hoy es lunes y comenzamos una nueva semana de trabajo en www.opolengua.com con la solución de nuestro ¡Ponte a prueba!, el acertijo que quiere servir de banco de pruebas a las valerosas y sufridas personas que preparan las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura en su prueba de comentario de texto.
Ya avisábamos el viernes pasado de que el texto elegido podría perfectamente aparecer en las pruebas que se celebrarán en Andalucía y Madrid en junio de este año. Y es que, de hecho, una obra del mismo autor apareció en Madrid en 2021. También avisábamos de que en este fragmento aparecían unos versos que se han citado en infinidad de ocasiones y es verdad, pues el ejemplo más famoso de aliteración en lengua española es precisamente “en el silencio solo se ’scuchaba / un susurro de abejas que sonaba”.
Y nuevamente, nuestros participantes han mostrado su gran competencia literaria y, además, hemos tenido una gran participación, pues han contestado más personas que nunca. Y así José Manuel Serrano Valero, Mamen Moreno y María Pilar Carbonero Muñoz ya señalaron la autoría y el género de la obra. Y Mónica Cid, Lydia P García, Nathalie Marañón, Eva López Santuy, Verónica Prezioso e Isidro Ruiz de Osma han hecho pleno al señalar al autor y la obra exacta a la que pertenecía el texto. ¡Enhorabuena a todos ellos y ojalá que el día D tengan la misma suerte!
Y es que, efectivamente, se trataba del inicio de la Égloga III de Garcilaso de la Vega (1501-1536), una de las obras poéticas más importantes y conocidas de nuestra literatura. Esta obra demuestra la importancia de dominar bien las obras fundamentales de la literatura española porque han sido muchas las ocasiones en que han aparecido en las oposiciones. No siempre se busca una obra menos conocida y, por tanto, más difícil de identificar. En muchas ocasiones, se eligen fragmentos clásicos fácilmente reconocibles. Por ello, es importante repasar estas obras, para que su aparición no nos pille de improviso.
Cerca del Tajo, en soledad amena,
de verdes sauces hay una espesura,
toda de hiedra revestida y llena
que por el tronco va hasta el altura
y así la teje arriba y encadena
que’l sol no halla paso a la verdura;
el agua baña el prado con sonido,
alegrando la hierba y el oído.
Con tanta mansedumbre el cristalino
Tajo en aquella parte caminaba
que pudieran los ojos el camino
determinar apenas que llevaba.
Peinando sus cabellos d’oro fino,
una ninfa del agua do moraba
la cabeza sacó, y el prado ameno
vido de flores y de sombra lleno.
Movióla el sitio umbroso, el manso viento,
el suave olor d’aquel florido suelo;
las aves en el fresco apartamiento
vio descansar del trabajoso vuelo;
secaba entonces el terreno aliento
el sol, subido en la mitad del cielo;
en el silencio solo se ’scuchaba
un susurro de abejas que sonaba.
Y nada más por hoy. Mañana volveremos con el análisis de la convocatoria de Andalucía.
Saludos y ánimo.
