Esta semana ha sido más extraña porque teníamos el viernes como festivo y eso afecta a la preparación y también a mi trabajo como preparador de Lengua. Así pues, hoy es festivo, pero es viernes y queremos participar, como no, de la fiesta de Todos los Santos aportando nuestro reto de forma amable y serena, como siempre, para que las personas tengan en este fin de semana de recuerdo a nuestros seres queridos un tiempo para comprobar su competencia literaria ante la prueba de comentario de texto, la más temida y exigente de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura. En este fin de semana nos acordamos también de nuestros familiares muertos allende los mares, pues quien más, quien menos, ¿quién no tiene alguna persona querida que marchó a América y allá murió? Por ello, como siempre, el reto está abierto a todas las personas que se comunican en español en ambos hemisferios y aman nuestra literatura inmortal.
La propuesta de la semana: un texto acorde a la fecha
Hoy planteamos un texto de un género y un autor que ya ha aparecido en alguna ocasión en las oposiciones. Una fue en Andalucía allá por 2004, si no recuerdo mal (si no fue en 2006) y por ello, podría aparecer de nuevo. Pero lo hemos elegido por reivindicar nuestras tradiciones y creencias populares asociadas a la noche del 31 de octubre. Es una verdadera lástima que la comunidad hispanoamericana hayamos claudicado en menos de dos décadas a nuestra tradición de siglos ante la avalancha anglosajona que, al final, carece de profundidad y es una mera venta de productos. Que teniendo la tradición mejicana o la española nuestros hijos se disfracen de héroes de Marvel es una muestra palmaria de nuestra subordinación cultural. Y por eso hemos elegido este texto, para matar dos pájaros de un tiro y mostrar al profesorado de Lengua Castellana que tenemos mil opciones antes que la claudicación y que, además, son superiores al modelo de la mercadotecnia anglosajona. Eso sí, hay que trabajar pues no basta con ir a los chinos a comprar…
Tras al discurso reivindicativo (lo siento, pero no me podía contener) vamos al reto.
Se trata, como siempre, de reconocer obra, autoría e incluso situar el fragmento en la misma. Pero podemos hacer el mejor comentario del tribunal explicando la forma y el contenido del texto y adscribiéndolo de forma razonada a una época, movimiento y género literario.
¿Por qué y cómo participar en el Ponte a prueba?
Participar nos lleva a un nivel más alto de implicación y tensión emocional y, por ello, nos ayudará a anticipar la ansiedad del día de la prueba real. Recuerda que, para participar, tan solo debes escribir un comentario en la página de Facebook de opolengua.com hasta el domingo por la noche. Eso sí, debemos hacerlo en las mismas condiciones que en la prueba real; es decir, sin usar internet ni otros medios para dar con la solución. Nosotros publicaremos el lunes la solución del acertijo y la lista de acertantes.
Y nada más por hoy. Feliz fin de semana. Saludos y ánimo
EL CABALLERO.- ¡Maldecido animal!… ¡Tiene todos los demonios en el cuerpo!… ¡Un rayo me parta y me confunda!
UNA VOZ.- ¡No maldigas, pecador!
OTRA VOZ.- ¡Tu alma es negra como un tizón del Infierno, pecador!
OTRA VOZ.- ¡Piensa en la hora de la muerte, pecador!
OTRA VOZ.- ¡Siete diablos hierven aceite en una gran caldera para achicharrar tu cuerpo mortal, pecador!
EL CABALLERO.- ¿Quién me habla? ¿Sois voces del otro mundo? ¿Sois almas en pena, o sois hijos de puta?
(RETIEMBLA un gran trueno en el aire, y el potro se encabrita, con amenaza de desarzonar al jinete. Entre los maizales brillan las luces de la Santa Compaña. El Caballero siente erizarse los cabellos en su frente, y disipados los vapores del mosto. Se oyen gemidos de agonía y herrumbroso son de cadenas que arrastran en la noche oscura, las ánimas en pena que vienen al mundo para cumplir penitencia. La blanca procesión pasa como una niebla sobre los maizales.)
UNA VOZ.- ¡Sigue con nosotros, pecador!
OTRA VOZ.- ¡Toma un cirio encendido, pecador!
OTRA VOZ.- ¡Alumbra el camino del camposanto, pecador!
(EL CABALLERO siente el escalofrío de la muerte, viendo en su mano oscilar la llama de un cirio. La procesión de las ánimas le rodea, y un aire frío, aliento de sepultura, le arrastra en el giro de los blancos fantasmas que marchan al son de cadenas y salmodian en latín.)
UNA VOZ.- ¡Reza con los muertos por los que van a morir! ¡Reza, pecador!
OTRA VOZ.- ¡Sigue con las ánimas hasta que cante el gallo negro!
OTRA VOZ.- ¡Eres nuestro hermano, y todos somos hijos de Satanás!
OTRA VOZ.- ¡El pecado es sangre, y hace hermanos a los hombres como la sangre de los padres!
OTRA VOZ.- ¡A todos nos dió la leche de sus tetas peludas, la Madre Diablesa!
MUCHAS VOCES.- …¡La madre coja, coja y bisoja, que rompe los pucheros! ¡La madre morueca, que hila en su rueca los cordones de los frailes putañeros, y la cuerda del ajusticiado que nació de un bandullo embrujado! ¡La madre bisoja, bisoja corneja, que se espioja con los dientes de una vieja! ¡La madre tiñosa, tiñosa raposa, que se mea en la hoguera y guarda el cuerno del carnero en la faltriquera, y del cuerno hizo un alfiletero! Madre bruja, que con la aguja que lleva en el cuerno, cose los virgos en el Infierno y los calzones de los maridos cabrones!
(EL CABALLERO siente que una ráfaga le arrebata de la silla, y ve desaparecer a su caballo en una carrera infernal. Mira temblar la luz del cirio sobre su puño cerrado, y advierte con espanto que sólo oprime un hueso de muerto. Cierra los ojos, y la tierra le falta bajo el pie y se siente llevado por los aires. Cuando de nuevo se atreve a mirar, la procesión se detiene a la orilla de un río donde las brujas departen sentadas en rueda. Por la otra orilla va un entierro. Canta un gallo.)
LAS BRUJAS.- ¡Cantó el gallo blanco, pico al canto!
(LOS fantasmas han desaparecido en una niebla, las brujas comienzan a levantar un puente y parecen murciélagos revoloteando sobre el río, ancho como un mar. En la orilla opuesta está detenido el entierro. Canta otro gallo.)
LAS BRUJAS.- ¡Canta el gallo pinto, ande el pico!
(AL TRAVÉS de una humareda espesa los arcos del puente comienzan a surgir en la noche. Las aguas, negras y siniestras, espuman bajo ellos con el hervor de las calderas del Infierno. Ya sólo falta colocar una piedra, y las brujas se apresuran, porque se acerca el día. Inmóvil, en la orilla opuesta, el entierro espera el puente para pasar. Canta otro gallo.)
LAS BRUJAS.- ¡Canta el gallo negro, pico quedo!
(EL CORRO de las brujas dejan caer en el fondo de la corriente, la piedra que todas en un remolino llevaban por el aire, y huyen convertidas en murciélagos. El entierro se vuelve hacia la aldea y desaparece en una niebla. El Caballero, como si despertase de un sueño, se halla tendido en medio de la vereda. La luna ha trasmontado los cipreses del cementerio y los nimba de oro. El caballo pace la yerba lozana y olorosa que crece en el rocío de la tapia. El Caballero vuelve a montar y emprende el camino de su casa.)