Hoy volvemos a tratar del tema más importante de las oposiciones, que no es el dominio del temario o de la técnica del comentario o de la programación, sino la cuestión emocional. Esa es, como siempre, la clave que nos permite el acceso a todo lo demás. Y por ello, como preparador de Lengua y desde mis inicios en 1999, yo siempre me he preocupado del lado emocional y espiritual de las oposiciones.
Hay personas que lo pasan mal en la preparación de las oposiciones de Lengua
En estas dos últimas semanas hablé con varias opositoras que estaban desanimadas. Ninguna estaba satisfecha con su avance. Sentían que pasaban demasiados días sin aprender un nuevo tema. Alguna incluso me decía que estaba pensando en abandonar la preparación pues no se veían con fuerza para seguir esforzándose. Esto me preocupó y mucho. Cuando pasa algo así, mi mente se pone a idear soluciones y mientras nado, mientas como, mientras vivo, sigo dándole vueltas para ofrecer alternativas.
No hace falta ser un erudito para obtener la plaza en las oposiciones de Lengua
Este sábado salí a navegar. Hacía mucho tiempo que no sujetaba la rueda del timón y la verdad es que lo tomé con muchas ganas. Hacía poco viento y se podían desplegar las velas completamente. Fue una tarde muy agradable. Mientras atardecía, yo iba pensando que estas personas creían que eran incapaces de obtener la plaza. Pero eso no es correcto, me decía. Las oposiciones de Lengua están al alcance de todas las personas. No hace falta ser un erudito para sacar la plaza. Eso ocurría, es verdad, en las oposiciones de catedrático de Lengua durante los años setenta. Esas oposiciones sí que eran difíciles. Solo había un catedrático por instituto y eran 100 temas y una sola bola. Las actuales están al alcance de cualquiera… que persista.
Yo no soy un erudito
Yo no soy, ni mucho menos, un erudito y fui el número 1 de mi tribunal en unas complicadas oposiciones de 300 personas en Córdoba en 1998 (entre 1994 y 2000 la ratio de opositores por plaza era de 1 plaza por cada 150 opositores o incluso de 1 plaza cada 500 opositores en Madrid). La razón fundamental por la que yo me saqué la plaza fue, en realidad, mi capacidad de persistir año tras año en la preparación; es decir, en mi capacidad y posibilidad de adaptar mi vida y mi alma a las oposiciones.
La travesía del opositor de Lengua está llena de frustraciones
El camino del opositor de Lengua está lleno de pequeñas frustraciones. Constantemente estamos pensando que estudiamos muy despacio, que no hemos leído suficientes obras, que no dominamos los aspectos del comentario o que nuestras actividades para la programación deberían ser mucho más atractivas.
Se puede obtener la plaza de Lengua sin haber estudiado Filología Hispánica
A partir de las oposiciones del año 2000, fueron muchos las personas de otras carreras quienes empezaron a obtener la plaza. Yo, de hecho, preparé a la primera opositora de Periodismo en 2002 y a partir de 2004 siempre hubo periodistas en mis grupos. Esto me animó a hacer un curso dedicado específicamente a estas personas, el Curso Oro, que desde su creación ha ayudado a obtener la plaza a decenas de personas. Ninguna de estas personas eran eruditas de la filología. ¡Ni siquiera habían estudiado la carrera!
Por eso digo que para obtener la plaza no hace falta ser un erudito. Lo que sí hace falta, lo que sí tuvieron todas estas personas fue su capacidad de adaptar su vida al ritmo y a la naturaleza de las oposiciones de Lengua.
El domingo hubo mucho viento
Al día siguiente las cosas cambiaron. El viento aumentó bastante en intensidad y un navegante solitario tuvo un problema y se vio obligado a volver a puerto. Esta semana he hablado con tres opositoras que estaban dudando acerca de si seguían o no con las oposiciones. Y esta es la verdadera clave para muchísimas personas que comienzan su preparación. Pasan las semanas y apenas sienten que han avanzado. Ven muchas tareas a realizar y están convencidas de que tienen muy poco tiempo. Y esa es una combinación letal: muchas tareas y muy poco tiempo para ellas. ¡Lo más seguro es que abandone!
El navegante solitario llamó al puerto
El navegante del domingo llamó desesperadamente al puerto. “Se me ha roto el palo”. Se le había partido el palo de la embarcación, que es un contratiempo tan grave que, con mal tiempo y mala mar, puede conducirnos al naufragio. El estay de popa, uno de los cables de acero que sujeta el palo del velero se había roto por no haber sido revisado y por la fuerza del viento contra la vela y, como consecuencia, al no poder soportar la tensión de la vela, se había partido. Viento fuerte y mucha vela extendida; resultado: palo partido. Afortunadamente, estaba al lado del puerto y fue fácil auxiliarle. En alta mar, de noche y con mal tiempo, la cosa hubiera sido muy diferente.
Resistir en las oposiciones de Lengua
Las oposiciones de Lengua suponen un fuerte viento para las personas que opositan. Y la lección es clara: como intentemos hacer más, estudiar más, de lo que realmente podemos, como saquemos más vela de la que pueda soportar nuestro palo, el naufragio está asegurado. Es este tipo de naufragio (y no la falta de erudición) es quien está detrás del fracaso en las oposiciones.
Lo más importante en las oposiciones es el apartado espiritual. Es este el que alimenta todos los demás. ¿Y cómo fortalecerse y resistir?
La preparación de las oposiciones de Lengua tiene un enorme valor en sí misma
Lo primero es plantearse la obtención de la plaza, no como el puerto final de nuestro recorrido, sino como una estación de paso que alcanzaremos tras obtener un gran crecimiento personal. Las oposiciones de Lengua son una travesía en la que vamos a alcanzar o fortalecer importantes virtudes humanas: la fuerza, la templanza, el tesón, la firmeza, la valentía… Y este debe ser el objetivo prioritario. Tanto si obtenemos la plaza como si no, este objetivo lo vamos a alcanzar. Y eso nos debe alegrar.
Gestionar bien el tiempo es clave en las oposiciones de Lengua
Lo segundo es darse cuenta de que el mayor problema al que nos enfrentamos es el tiempo. Llevar más temas, mejorar en el comentario o hacer una gran programación son al final cuestión de tiempo. Si tenemos tiempo suficiente para hacer las cosas, las llevaremos a cabo y si no, no. De ahí la importancia que yo, como preparador de Lengua le he dado a la gestión del tiempo.
Parcelar el tiempo
Y el tiempo suele ser tratado como una abstracción que no se puede realmente cuantificar. “Llevo muchos días estudiando este tema” o “no tengo tiempo para estudiar” son expresiones usuales que, en realidad, no nos dicen nada concreto. De ahí la importancia de dividirlo en lapsos que sí podamos controlar y de ahí la importancia de medirlo concretamente. Necesitamos encontrar en nuestra vida esas bolsas de tiempo para poder prepararnos. Si somos capaces de encontrar el tiempo y asumimos el ritmo que podemos imprimir realmente a nuestra preparación, el éxito está asegurado. La plaza será nuestra, bien este curso o bien en los posteriores. Pero será.
Nuestro esfuerzo en las oposiciones de Lengua ha de ser sostenible
Por tanto, la lección más importante a poner en práctica es la de conseguir que nuestro esfuerzo sea sostenible; es decir, dedicar a la preparación el tiempo que realmente podamos estudiar y asumir que dadas nuestras circunstancias esa va a ser nuestra velocidad de avanzar. Es decir, si queremos llegar a puerto debemos adecuar nuestras velas siempre a la fuerza del viento.
El peligro de la inseguridad
La inseguridad es uno de los demonios que nos acechan a todos los seres humanos y que tiene contornos definidos en las oposiciones de Lengua. Todos pensamos que hay otras personas que tienen más tiempo que nosotros, que dominan los temas mejor que nosotros y que harán un comentario mejor que nosotros. Todos pensamos que vamos muy despacio en el estudio, que no rendimos lo suficiente. La inseguridad personal hace que magnifiquemos a nuestros oponentes y minusvaloremos nuestros propios avances. Este peligro ha de combatirse siendo conscientes de que en esta oposición no hay eruditos (esa es la pura verdad) y también anotando y valorando de forma objetiva nuestros avances (para eso está nuestra Hoja de Control). Debemos, además, asumir nuestra velocidad de estudio de forma que nuestra impaciencia no suponga un lastre en nuestro avance en vez de ser un acicate.
Buscar siempre la luz en las oposiciones de Lengua
Y esta es otra máxima muy importante. Cada persona tiene su travesía a la plaza Todos somos diferentes y, por tanto, nuestra preparación también ha de serlo. Precisamente por eso nosotros no damos cursos generales a grupos de personas, sino que ofrecemos una formación personalizada y por eso tenemos cursos diferentes: el Curso Total, el Curso Premium, el Curso Oro y el último en llegar, la Modalidad Crucero, expresamente creada para personas con problemas para encontrar bolsas de tiempo.
Buscar la luz también quiere decir adaptar, individualizar la formación y la preparación de las oposiciones a nuestras características concretas. Esta es la razón por la que tenemos dos métodos de estudio en función de las características y finalidades de la persona.
Tú has de ser el centro de la preparación
Tú eres el centro de la preparación y debes adecuar las tareas a tus propias características personales. Eso es lo que tratamos de hacer nosotros con nuestros cursos y con nuestro día a día.
Esta misma semana yo he hablado con tres personas con la finalidad de adaptar el curso a sus necesidades y características personales. Esa es una de mis principales funciones como preparador de Lengua. Y casi diría que es la que más me agrada porque es la más personal. El navegante del domingo, el que partió el palo, pudo salvar su embarcación porque llamó para pedir ayuda. Así que, por favor, si tienes problemas de tiempo, de adecuación de tu vida a las oposiciones, de inseguridad, de adaptación al método de estudio o de cualquier otro tipo, no tires la toalla. Da un paso: escribe, llama. Lo resolveremos y seguiremos avanzando.