El tiempo sigue su marcha imparable. Nosotros, que sabemos lo que es el tempus fugit lo conocemos bien. Las oposiciones se aceran, inexorables. Y eso quiere decir que se multiplican las convocatorias. Durante esta semana han salido la convocatoria de la Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha y Asturias. Ya van quedando menos. Y los días pasan uno tras otro. Y hoy es lunes nuevamente e iniciamos una semana de trabajo y preparación como siempre desde 2015, con la solución y la lista de acertantes de nuestro reto, el ¡Ponte a prueba! con el que ayudamos a preparar la prueba de comentario de texto de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura.
Decíamos el viernes que era un texto posible y, en verdad, que lo es, sobre todo en Madrid y en Aragón pues es ahí donde se publicó en diferentes años la obra elegida. Sabemos que en los últimos años los textos escritos por mujeres están apareciendo en muchas convocatorias y, por ello, haremos bien en prestarles atención. Y a pesar de la dificultad de reconocer la obra, la respuesta de nuestros seguidores ha sido muy positiva. Y así, Luisa Vera, Julia Pérez Pérez, Marisa Márquez Marín, María Pilar Carbonero Muñoz y San BG aciertan al situarlo dentro el género narrativo y en el siglo XVII señalando además acertadamente algunas de sus características filológicas y literarias de la prosa del Siglo de Oro y del Barroco. Y Eva López Santuy y Lidia Parra González reconocen además su autoría. ¡Enhorabuena a todas ellas y ojalá que el día D tengan la misma suerte!
Y es que, efectivamente, se trataba del inicio de “Aventurarse perdiendo”, la primera de las Novelas amorosas y exemplares (cuya primera edición se hizo en Zaragoza en 1637) de María de Zayas (1590- después de 1647). Una obra muy interesante donde ya desde el prólogo se defiende a las mujeres, se ensalza su inteligencia y se critica sus padecimientos a manos de hombres sin escrúpulos. Como sabemos, hay una cierta polémica en torno a su figura, pues Rosa Navarro escribió un interesante ensayo en 2019 (María de Zayas y otros heterónimos de Castillo Solórzano) con argumentos sólidos (como suelen ser sus obras), señalando que en realidad María de Zayas era un heterónimo de Alonso Castillo Solórzano. Enlazamos aquí las páginas iniciales de su investigación.
Y nada más por hoy. Nuestro recuerdo a las víctimas de Valencia y sus familiares. Saludos y ánimo.
El nombre, hermosisimas damas, y nobles caualleros, de mi maravilla es, Auenturarse perdiendo: porque en el discurso de la uereis, como para ser una muger desdichada, quando su estrella la inclina a serlo, no bastan exemplos, ni escarmientos: sibien seruiria el oyrla de auiso para que no se arrojen al mar de sus desenfrenados desseos, fiadas en la barquilla de su flaqueza, temiendo que en el se aneguen, no sólo las flacas fuerças de las mugeres, sino los claros y heroycos entendimientos de los hombres; cuyos engaños es razon que se teman, como se verá en mi maravilla, que es la siguiente.
Por entre las ásperas peñas de Monserrate, suma y grandeza del poder de Dios y milagrosa admiración de las excelencias de su diuina Madre, donde se ven en diuinos misterios, efectos de sus misericordias, pues sustenta en el ayre la punta de un empinado monte, a quien han desamparado los demas, sin más ayuda que la que le da el cielo, que no es la de menos consideración, el milagroso, y sagrado templo, tan adornado de riquezas como de marauillas; tantos son los milagros que ay en el, y el mayor de todos aquel verdadero retrato de la Serenísima Reina de los Angeles y Señora nuestra. Despues de auerla adorado, ofreciéndola el alma llena de deuotos afectos, y mirado con atención aquellas grandiosas paredes, cubiertas de mortajas y muletas, con otras infinitas insignias de su poder, subía Fabio, ilustre hijo de la noble villa de Madrid, lustre y adorno de su grandeza; pues con su excelente entendimiento y conocida nobleza, amable condicion y gallarda presencia, la adorna y enriquece tanto como cualquiera de sus valerosos fundadores, y de quien ella, corno madre, se precia mucho.
Lleuauan este virtuoso mancebo por tan ásperas malezas, desseos piadosos de ver en ellas las devotas celdas y penitentes Monges, que se an muerto al mundo por viuir para el cielo.