El día 21 ya está ahí. Tempus fugit. Hoy es nuevamente lunes y nos aprestamos a iniciar una nueva semana de trabajo con la mayor fuerza e ilusión pues son muchas las esperanzas depositadas en el próximo examen. Y qué mejor que hacerlo como siempre desde hace once años, con la solución de nuestro ¡Ponte a prueba!, el acertijo con el que por más de seiscientas veces hemos acompañado a sucesivas generaciones de opositores valientes y decididos en la preparación de las oposiciones de Lengua en su prueba más complicada, la del comentario de texto. Si quieres consultar la serie entera, puedes hacerlo pinchando aquí.
Ya decíamos el viernes que el texto elegido podría aparecer perfectamente en las pruebas reales y, de hecho, su autor ha aparecido muchas veces en las convocatorias, la última en Madrid en 2021 y con uno de sus sonetos más famosos. También hay tradición en las convocatorias de elegir fragmentos de obras poéticas famosísimas. Por ello, nos animamos a elegir este fragmento, en el convencimiento de que serviría para que nuestros seguidores pudieran comprobar su acervo literario, dando además pistas de lectura a quienes no lo reconocieran.
Y como siempre, nuestras seguidoras han dado muestra de su fina competencia literaria en nuestra página de Facebook. Así, Alazne Martos (a quien damos la bienvenida) acierta en que es un texto del Siglo de Oro y Mamen Moreno en el género de la égloga y en el autor. Y son muchas seguidoras las que hacen pleno. Sara LF, Julia Pérez Pérez, María Pilar Carbonero Muñoz y nuestras seguidoras destacadas Marí Ángeles Bermejo, Laura Alacid Aranda, Eva López Santuy, San BG y Lidia Parra González señalando además la dama destinataria de los versos: Beatriz de Sá. ¡Enhorabuena a todas ellas y ojalá que el día D tengan la misma suerte!
Y es que, efectivamente, se trataban de dos estancias de la Egloga I de Garcilaso de la Vega (1499?-1536), compuesta en torno a 1532-1533 en Nápoles.
Y nada más por hoy. Nuestro recuerdo a las víctimas de Valencia y sus familiares. Saludos y ánimo.
Do estan agora aquellos claros ojos,
Que lleuauan tras sí, como colgada,
Mi alma, do quier que ellos se boluían.
Do esta la blanca mano delicada:
Llena de vencimiento y despojos,
Que de mI mis sentidos l’offrecían,
Los cabellos que vian
Con gran desprecio al oro
Como a menor thesoro
Adonde estan, adonde el blanco pecho?
De la columna que el dorado techo
con presuncion graciosa sostenía.
Aquesto todo agora ya s’encierra,
Por desventura mía,
En la fria, desierta, y dura tierra.
Quién me dixera, Elissa, vida mía,
Quando en aqueste valle al fresco viento
Andauamos cogiendo tiernas flores,
Que auia de ver con largo apartamiento,
Venir el triste y solitario día
que diesse amargo fin a mis amores?
El cielo en mis dolores
Cargo la mano tanto,
Que a sempiterno llanto
Y a triste soledad me a condenado;
Y lo que siento más es verme atado
A la pessada vida y enojosa,
solo, desamparado
Ciego, sin lumbre en cárcel tenebrosa.