Hoy tratamos un tema fundamental (que puede llegar a ser decisivo), para quien prepara las oposiciones de Lengua: ¿qué hacer el año en que no hay oposiciones? La respuesta es, sin lugar a dudas, prepararnos. De esto trata el artículo de hoy.
Mi propia experiencia como opositor de Lengua en 1992
El primer argumento que vamos a aducir en favor de proseguir la preparación es mi propia experiencia vital. Yo me presenté por primera vez a las oposiciones de Lengua en 1992 y con un solo tema, el 37, que en aquel temario correspondía a la Celestina. Era el primer proceso no eliminatorio de la historia y dejaban sacar cinco bolas y la encerrona, que duraba dos horas, daba paso a la explicación durante una hora de un tema. No había programación ni comentario. Los interinos podían sacar la plaza sacando incluso un 0 porque se sumaban los méritos hasta diez puntos (un punto por curso) y el examen valía otros diez puntos. No me cayó ninguna bola y me fui de vacío.
Mi experiencia en las oposiciones de Lengua de 1993 y 1994
Durante el curso 92-93 preparé 27 temas. En julio de 1993 me cayó entre las cinco bolas el tema 37 y saqué un 9,15 y empecé a trabajar. Al año siguiente habría oposiciones, pero con un nuevo temario y un nuevo modelo (tema y comentario eliminatorio y si aprobabas, encerrona con un nuevo tema). En cada sorteo de tema (escrito y oral) solo caían dos bolas. Yo me plantee tener todos los temas estudiados. Como ya llevaba 27 y eran 86 el nuevo temario, necesitaba alcanzar otros 59 temas en un solo año. El temario salió en junio de 1993 y yo me planteé adaptar y repasar los temas que ya llevaba al nuevo temario y luego preparar el resto. Lo conseguí en un solo año y aprobé la oposición en Extremadura y en Andalucía.
¿Qué hacer en 1994-1995, curso en que no habría oposiciones de Lengua?
En 1994 ya dijeron que las próximas oposiciones serían las de 1996 y me planteé qué hacer en ese curso. ¿Descansar tras el duro esfuerzo del año anterior o mejorar mi preparación? Aposté por la segunda opción. Yo sabía que si no repasaba todo el enorme esfuerzo realizado en el curso anterior se iba a perder en gran medida. Aún no había estudiado la curva de olvido, pero sí sabía, por propia experiencia, que existía, aunque no sabía su denominación. Si un tema no se repasa, es como una flor que deja de ser regada: muere. Yo ya había diseñado un gran método de repasos (que es el que usamos en Opolengua) para conseguir repasar un tema en quince minutos. También sabía que mi temario era muy mejorable, pues lo había hecho a toda velocidad para llevar todos los temas en un año. Así que, dadas las circunstancias, opté por revisar y mejorar todos los temas a un tema por semana con lo que en ochenta y seis semanas podría llevar esa tarea. A la vez iría repasando semanalmente todos los temas que iba acumulando. Paralelamente a esto, iría preparando la prueba de comentario con mi maestro, Jesús Felipe Martínez. Dicho y hecho. Esto fue lo que hice.
Mi preparación y mis resultados para las oposiciones de Lengua de 1996
Al finalizar el curso 1994-1995 yo había mejorado y memorizado cuarenta y tres temas y me quedaban exactamente la mitad para el curso siguiente, 1995-1996, año en que sí habría oposiciones de Lengua. Ese año me permitió llegar a las siguientes oposiciones de 1996 con un enorme dominio del temario y en condiciones de obtener la plaza. No la obtuve por 0,11 y fue porque no tenía más que cuarenta horas en cursos. Para mí fue una decepción muy grande por cómo ocurrió y ya he narrado en otras ocasiones.
Mi preparación para las oposiciones de Lengua de 1998
Al inicio del curso 1996-97 me sentía muy decepcionado y cansado, pues ya eran cuatro años estudiando seis horas al día. Pero pensé que había muy pocas plazas en cada convocatoria (en Madrid solían salir entre seis y diez plazas) y la competencia era feroz. Si no aprovechaba ese año, mis rivales sí lo harían y yo aparecería en 1998 en inferioridad competitiva. Como el temario ya lo tenía hecho de la oposición anterior, mi obsesión fue hacer todos los puntos de cursos, repasar todos los temas mejorando alguno de ellos y proseguir mis comentarios con Jesús.
Mi plaza en las oposiciones de Lengua 1998 y mi trayectoria como preparador de Lengua provienen de mi esfuerzo ininterrumpido durante seis años
Llegaron las oposiciones de Lengua de 1998 y, con gran orgullo, puedo decir que fui el número 1 de mi tribunal de Córdoba en el que había trescientos opositores y una sola plaza: la mía. Llegué a la encerrona con dos puntos de ventaja sobre mis rivales. En 1999 comencé a preparar opositores. Obviamente, ni mi nota en las oposiciones de 1998 ni mi trayectoria como preparador de Lengua se habría producido sin el enorme trabajo desarrollado en los seis años anteriores. Ese trabajo no solo me dio conocimientos de los que carecía, sino que fortaleció mi espíritu haciendo desarrollar capacidades que tenía adormiladas en mi interior como la disciplina, la constancia, el sacrificio, la templanza y el autocontrol emocional. Crecí enormemente como persona, tal y como siempre dicen aquellos que han vivido realmente la oposición de Lengua. Me convertí en otra persona. Como dice el verso de Lope: “quien lo probó, lo sabe”. Así que, visto en perspectiva, doy gracias a Dios por no haber obtenido la plaza en 1996.
Y ahora, vista mi experiencia personal, entremos en la tuya.
Si no has preparado nunca las oposiciones de Lengua
Si estas en este caso, no hay duda. Tienes ilusión y fuerza. Estas oposiciones las saca todo el mundo que persiste. Y dos años es un buen plazo para realizar la preparación. Cuanto antes inicies la travesía, antes estarás en condiciones de alcanzar la plaza. Cuanto más avances antes de las próximas oposiciones, más distancia le sacarás a tus adversarios. Si te esfuerzas con sentido y un buen método de repaso, será un trabajo fértil y provechoso que te acercará a la plaza.
Si te presentaste a las oposiciones de Lengua 2025 y no obtuviste plaza
Es muy probable que, tras no obtener la plaza en las oposiciones de Lengua de este año (y más, con la tremenda escabechina creada en algunas comunidades) sientas rabia, dolor, frustración, impotencia y hasta un enorme cansancio. Son síntomas parecidos a los de la depresión. Puede que incluso no tengas ni ganas de mirar hacia delante y prefieras relegar durante un tiempo al olvido la preparación de las oposiciones de Lengua. Yo mismo viví eso, como he dicho, en 1996 y sé lo duro que es. Pero hay tiempo para todo y debes encontrar tiempo para la reflexión. Lo primero es descansar y cuando ese descanso ya se ha producido hay que reflexionar.
¿Qué preguntas debo hacerme?
¿Tengo una alternativa vital a las oposiciones de Lengua? Esta es una pregunta decisiva. Si la respuesta es “sí”, se trata de poner en una balanza todas las opciones para ver cuál es el mejor rumbo para nuestra vida. Si la respuesta a esta pregunta es “no”, la siguiente pregunta es ¿qué aspectos debo mejorar en mi preparación de cara a las siguientes oposiciones de Lengua? Tras reflexionar sobre esto, se tratará de trazar un plan de trabajo realista y cumplirlo.
¿Por qué no es una opción no preparar las oposiciones de Lengua?
Hay tres argumentos.
La curva del olvido
El primero es la curva del olvido. Nada es estático en la vida. Lo que no va hacia delante y en una dirección correcta, va hacia detrás. El tema que no se repasa, se olvida; el comentario que no se realiza, se olvida… Es un gravísimo error no repasar porque el esfuerzo que se hace después al memorizar de nuevo es muchísimo mayor que el que se hace repasando. Debido a la importancia de esto, nosotros disponemos del Método de Repasos Opolengua, que fue el mismo que yo inventé y desarrollé durante mi propia preparación.
Las oposiciones de Lengua son una competición
El segundo argumento es que las oposiciones de Lengua son una competición contra rivales. El desarrollo de estas oposiciones, con la enorme cantidad de plazas desiertas que ha habido demuestra esto. Hay que resultar competitivo para las próximas oposiciones y para ello hay que estar mejor preparado que los demás. Un día en que no nos preparamos es un día perdido que otros sí aprovecharán.
No es descartable que no haya oposiciones en 2025
El tercer argumento es que no es descartable que este año haya oposiciones de Lengua. En algunas comunidades, como Andalucía, la propia consejera lo dijo en 2024. Otra cosa es que luego lo cumpla… En otras comunidades, tras la enorme escabechina producida en 2025, con gran número de plazas desiertas, ya sabemos que los sindicatos las van a pedir en las mesas sectoriales que se desarrollarán en septiembre, por lo que hay que estar muy atentos a esto
¿Y cómo preparar las próximas oposiciones de Lengua?
Esta es la pregunta más importante que debes hacerte. Para ello, debes preguntarte cuál es tu nivel óptimo de preparación en cada una de las facetas (temario, comentario, lecturas, méritos y programación) y en qué nivel te encuentras tú en cada faceta. Este nivel óptimo siempre es un ideal que nunca se alcanza, pero debemos ser conscientes en que grado tenemos preparada cada una de estas facetas. Habrá quien necesite llevar más temas, habrá quien necesite mejorar el comentario, habrá quien quiera mejorar sus unidades y habrá quien quiera de todo un poco. Esto es lo que hay que dilucidar y programar. Y por otro, hay que adoptar un ritmo de trabajo que nos permita sostener el esfuerzo durante los dos años, sin quemarnos en la travesía.
¿Cómo te podemos ayudar nosotros?
En Opolengua tenemos tres cursos (a uno y dos años), en los que hemos establecido diferentes mejoras y novedades (entre ellas la actualización de veinte temas) a la luz de la experiencia de este año, con la intención de que en las próximas oposiciones, como ha ocurrido desde 1999 sigamos cosechando éxitos. Puedes pedirnos más información si lo deseas en nuestra página de contacto o en nuestra dirección info@opolengua.com ¡Vamos a por la plaza!