Hoy es la última semana lectiva del año 2025. Un año en el que se dieron las oposiciones de Lengua con más plazas desiertas de la historia y en donde muchas personas que realizaron nuestros cursos obtuvieron su plaza, como puedes ver en la sección de testimonios. Nosotros ya estamos preparando con mucha ilusión las tareas del próximo año 2026 en nuestros tres cursos. Pero hoy es lunes y eso quiere decir que es el día en que publicamos la solución de nuestro reto ¡Ponte a prueba!, el acertijo con el que acompañamos desde 2015 a las nobles y esforzadas personas que preparan las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura en su prueba más exigente: la del comentario de texto.
La obra elegida esta semana nunca ha aparecido en las oposiciones. Sin embargo, es una obra misteriosa y bellísima cuya lectura siempre acaricia nuestra alma, seguramente porque se incardina en una tradición y una necesidad espiritual tan vieja como la humanidad. Además, esta obra es un referente indiscutible para los poetas del XX y por ello debía aparecer en nuestro reto.
Y, ante una obra de esta magnitud, los seguidores de nuestra página han vuelto a demostrar en nuestra página de Facebook de opolengua.com, su competencia literaria. Y así, nuestra seguidora destacada Cris AlRío y nuestra amiga Cristina Olea García aciertan con el género y la época. Y hacen pleno nuestras amigas Eva López Santuy, Sara Lorenzo y María Pilar Carbonero Muñoz y también nuestra seguidora destacada Mariángeles Bermejo pues han precisado obra y autor. Así pues, ¡enhorabuena a todos ellas y ojalá que en la prueba de las oposiciones de Lengua tengan la misma suerte!
Y es que efectivamente se trataba de un fragmento del Cántico espiritual (escrito sobre 1577) por san Juan de la Cruz (1542-1591). Y nada más por hoy. Feliz semana de estudio.
Saludos y ánimo. ¡A por la plaza!
Allí me dio su pecho,
allí me enseñó ciencia muy sabrosa,
y yo le di de echo
a mí, sin dejar cosa;
allí le prometí de ser su Esposa.
Mi alma se a empleado
y todo mi caudal en su servicio.
Ya no guardo ganado,
ni ia tengo otro oficio,
q ia solo en amar es mi ejercicio.
Pues ya si en el exido
de oi más no fuere vista ni allada,
diréis que me e perdido,
q andando enamorada,
me hice perdediça, y fui ganada.
De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas
en tu amor floridas
y en un cavello mío entretejidas.
En solo aquel cavello
que en mi cuello volar consideraste,
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.
Cuando tú me mirabas,
tu gracia en mí tus ojos imprimían;
por eso me adamabas,
y en eso merecían
los míos adorar lo que en ti vían.
No quieras despreciarme,
que, si color moreno en mí hallaste,
ya bien puedes mirarme
después que me miraste,
que gracia y hermosura en mí dejaste.
