Ya sabéis que en www.opolengua.com dedicamos cada fin de semana un espacio a un acertijo sobre el ejercicio de comentario de las oposiciones de Lengua castellana y literatura. El texto de hoy pertenece al género teatral y es una obra que ha aparecido en las oposiciones en alguna ocasión. ¿Podemos identificar su género, movimiento, época, obra y autor?
FERMÍN.—(Mirando el reloj y alarmándose.) ¡Ahí va! Dos minutos para el tren de San Sebastián. Hay que arreglarlo todo en un vuelo. (Pone junto a la cama unas maletas y manipula en el «cine».)
LEONCIO.—(Siguiéndole.) Oiga, usted, ¿pero eso de San Sebastián era fetén?
FERMÍN.—¿El qué?
LEONCIO.—El viaje del señor.
FERMÍN.—Hombre, claro. Rara es la noche que no se va a algún lado… No ve que tiene toda clase de cosas para distraerse y a ratos hasta tira al blanco desde ahí, que por eso exige a su criado no le importen los tiros; pero llega un momento en que la cama le aburre, y necesita viajar.
LEONCIO.—Pero ¿sin moverse de la cama?
FERMÍN.—Sí, claro. De la cama no se mueve más que lo justo para que yo se la arregle por las mañanas. Y para estirar las piernas por aquí un ratillo, porque, si no, a estas horas ya estaría paralítico. ¿No ve que lleva así veintiún años?
LEONCIO.—¡Hay que ver!
FERMÍN.—Pues para viajar acostado es para lo que tiene usted que aprender los horarios y los trayectos ferroviarios. Porque el señor, a veces, se duerme viajando, pero uno tiene que estar ojo avizor toda la noche para tocar la campana al salir el tren de cada ciudad, que hay que hacerlo a la hora exacta; cantar los nombres de las estaciones y vocear las especialidades de la localidad.
LEONCIO.—Oiga usted, ¿y paran ustedes en muchos sitios?
FERMÍN.—La noche que el señor va en el correo, sí; pero otras noches, que tiene prisa, coge el rápido, y entonces la cosa es llevadera.
LEONCIO.—Y con este aparato, ¿qué hay que hacer?
FERMÍN.—Esto es para proyectar vistas de los sitios principales por donde se pasa. (Se acercan ambos a la linterna.) ¿Ve? (Enseñándole una caja.) Aquí están las del itinerario de San Sebastián, numeradas y por orden de proyección… (Mirando el reloj.) ¡La hora! Vamos allá. Siéntese usted ahí y fíjese bien en todo para que aprenda pronto…