Como cada lunes, en Opolengua iniciamos nuestra actividad con la publicación de nuestro ¡Ponte a prueba!, el reto amable con el que acompañamos a las nobles y esforzadas personas que preparan la prueba del comentario de texto de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura para ayudarles en su travesía. A la vez es un reto divertido, abierto a todas las personas del mundo que aman la literatura en español y su historia.
El viernes pasado ya anunciábamos que el texto elegido podía aparecer en las próximas oposiciones ya que su autor, quizá el poeta más influyente de la historia de la literautra española, lo ha hecho en numerosas ocasiones, como volvió a suceder en las últimas oposiciones de la Comunidad de Madrid.
Quizá por ello esta semana el reto ha tenido una alta participación. Y, como siempre, nuestros seguidores han demostrado su fina capacidad de análisis y su competencia literaria. Y así han sido varias las personas que han acertado. Marion de Pizan señala acertadamente su época de composición. Verónica Prezioso duda entre Garcilaso y Lope y no acaba de definirse, pero Eva López Santuy, María Rodríguez García, Isidro Ruiz de Osma, Sandy Rose, Nathalie Marañón y Adrián Gómez Acosta aciertan, pues relacionan con Garcilaso y su escuela. Varias personas aluden además, muy acertadamente, a la cautela con la que hay que enfrentarse a los textos en la prueba real y para eso está precisamente nuestro reto, para hacer experimentos con gaseosa.
¡Enhorabuena a todas ellas y ojalá que el día D tengan la misma suerte!
Y es que se trataba del Soneto IV de Garcilaso de la Vega (1501-1536), que es, como sabemos, uno de los poetas más importantes de nuestra lengua y por ello sus obras hjab aparecido en muchísimas ocasiones en las oposiciones, por lo que es muy conveniente releerlas para familiarizarnos con ellas y reconocerlas en el momento supremo.
Y nada más por hoy. Mañana volveremos con nuestra habitual entrada de fondo. Saludos y ánimo.
Un rato se levanta mi esperanza,
mas cansada d’haberse levantado,
torna a caer, que deja, a mal mi grado,
libre el lugar a la desconfianza.
¿Quién sufrirá tan áspera mudanza
del bien al mal? Oh corazón cansado,
esfuerza en la miseria de tu estado,
que tras fortuna suele haber bonanza!
Yo mesmo emprenderé a fuerza de brazos
romper un monte que otro no rompiera,
de mil inconvenientes muy espeso;
muerte, prisión no pueden, ni embarazos,
quitarme de ir a veros como quiera,
desnudo espirtu o hombre en carne y hueso.
