Desde que empecé mi tarea como preparador de Lengua, allá por 1999, hay una frase que yo he repetido hasta la saciedad: “un opositor sin un cronómetro no es un opositor”. Hoy vamos a explicar en este artículo las razones que me han llevado y me llevan a decir eso. Le dedico este artículo a dos buenas amigas que me han dado la idea de escribirlo a través de Facebook: Jéssica y Anabel Un abrazo. Comencemos.
Como ya decíamos en un artículo publicado la semana pasada, el tiempo es una de las dimensiones fundamentales en la que se da la vida humana. Desde el inicio de los tiempos, los seres humanos fuimos creando diferentes instrumentos para medirlo: calendarios, relojes de sol, relojes de arena, campanas y más utensilios hasta llegar a los modernos relojes y luego a los precisos cronómetros.
Conforme se fueron perfeccionando los instrumentos, las tareas humanas se fueron adaptando a la división temporal que estos ingenios permitían. Así, las tareas agrícolas venían determinadas por el día y la noche y el calendario. De la misma manera, nuestras modernas oposiciones disponen sus ejercicios organizados según las horas y los minutos. En las convocatorias de oposiciones o en las disposiciones de los tribunales se indica con claridad la duración de cada uno de los ejercicios, que suelen oscilar entre los treinta minutos y las cuatro horas.
El uso del cronómetro tiene enorme relación con la máxima del «divide y vencerás». Cualquier ejercicio que vayamos a realizar es susceptible de dividirse en diferentes apartados. De hecho, esta es la mejor manera de prepararlo pues nos va a permitir, si hay errores, tener perfectamente localizado el error y poder resolverlo. De hecho, la preparación de las oposiciones de Lengua consiste, en realidad, en pulir las carencias y errores que tenemos en sus diferentes facetas.
El uso del cronómetro y la HC
Como opositor, yo ya me diseñaba una pequeña tabla que rellenaba semana a semana donde indicaba los fallos que tenía y los minutos que invertía en el repaso de cada tema. Esto me permitía tener un control absoluto de la oposición. Sabía exactamente que tema me sabía mejor, cuál me sabía peor y si estaba progresando en su memorización semana a semana. Ya como preparador de Lengua he ido mejorando la Hoja de Control (HC) año tras año hasta su formato digital actual.
Rebajar el tiempo de repaso es fundamental en nuestro Método Opolengua
Pues bien, el tiempo dedicado a cada repaso es algo fundamental, porque una de los objetivos del Método de repaso Opolengua es conseguir repasar cada tema en menos de diez minutos. Solo de esta forma es posible llegar a repasar semanalmente cuarenta temas o más. Pues repasando seis temas por hora, cuarenta temas se repasan en seis horas y media.
Intentar repasos de diez minutos por tema
Y para llegar a esta cifra de diez minutos por tema es preciso plantearse su mejora semana a semana. Lo normal es empezar repasando un tema en cuarenta minutos aproximadamente. Lo que conseguimos con nuestro método es ir rebajando semanalmente esta cifra hasta llegar a esos anhelados diez minutos. Para ello es preciso fijarse en la técnica del repaso e irla mejorando semana a semana y eso solo es posible si encaramos el repaso de cada semana con el objetivo de rebajar, aunque sea en un minuto, el registro de la semana anterior.
Necesidad del cronómetro en los repasos
Este tiempo del repaso se puede medir con seguridad tan solo si tenemos un cronómetro, pues cuando empezamos el repaso de cada tema le damos al botón de inicio y al finalizarlo, lo apagamos y vemos cuanto tiempo hemos invertido. Esto se puede hacer también con un reloj, pero no va a ser tan preciso (y en esto necesitamos una precisión total, porque aquí de lo que se trata es de mejorar la técnica de repaso semana a semana y cuando se trata de repasar veinte o treinta temas no es lo mismo diez minutos que once o doce).
Además esto nos va a permitir utilizar todas las bolsas de tiempo disponible que tiene el opositor de forma que optimice su tiempo encajando las diferentes tareas de la oposicion como si fueran piezas de un Tetris.
El uso del cronómetro en el estudio del tema
Lo mismo ocurre en el estudio del tema. Es imposible hacer un plan de estudio realmente serio sin saber cuánto tiempo tardamos en estudiar un tema. Y para ello es preciso tener una herramienta que nos diga exactamente cuánto tiempo invertimos en el estudio de cada uno de ellos. Conocer esta cifra va a tener multitud de utilidades para el opositor y para mí como preparador de Lengua, pues así puedo ayudar a tomar decisiones y a elaborar el plan de estudio más adecuado, de forma que el opositor optimice su tiempo.
El uso del cronómetro en el desarrollo del tema
También en el desarrollo del tema, el día D, el examen de las oposiciones de Lengua, el opositor necesita un cronómetro. Lo normal, como sabemos es que las convocatorias indiquen un plazo de dos horas para escribir el tema. Una de las claves de un buen ejercicio de oposición de Lengua es el equilibrio entre sus partes. Es importante dedicar a cada apartado el tiempo preciso de forma que dediquemos a cada uno de ellos el espacio que merecen por su importancia jerárquica en el tema. En este sentido, hay que tener muy en cuenta que, en muchos temas, el final del mismo tiene una importancia jerárquica incluso mayor que el principio. Pensemos, por ejemplo, en el tema 42 La épica. Los cantares de gesta. El Poema de mio Cid. En este tema, obviamente, hay que llegar a desarrollar el PMC con la suficiente holgura de tiempo. Ello solo será posible si mientras vamos escribiendo el tema sabemos con certeza cuánto tiempo llevamos y cuánto nos queda.
El uso del cronómetro en la preparación de la exposición oral
Lo dicho para el desarrollo del tema es válido para la preparación de la exposición oral. Es imprescindible dividirse los apartados de nuestra exposición oral y marcar cuánto tiempo vamos a dedicar a cada uno de ellos (introducción, objetivos, competencias, etc.). Una vez diseñado el plan, iremos elaborando el discurso y ajustando los tiempos si es preciso. No hay mejor instrumento para hacer esto que el cronómetro.
El uso del cronómetro en la exposición oral
Y qué decir del cronómetro en la exposición oral delante del tribunal. Es aquí donde nos jugamos la plaza y rematar cada uno de los apartados y, sobre todo, el final ajustándolo exactamente al tiempo establecido debe ser uno nuestros objetivos. Rematar la exposición oral de las oposiciones de Lengua exactamente en el tiempo establecido tiene el mismo efecto que cuando una gimnasta realiza un salto mortal y queda clavada en la superficie delante de los jueces. Es la imagen de la perfección. Y eso se consigue, mejor que con ningún instrumento, con un cronómetro.
¿Por qué no un reloj o un móvil?
Y alguien dirá: ¿por qué no usar el móvil o un reloj normal? Pues son varias las razones. El teléfono móvil o celular es una fuente de distracciones y puede darse el caso de que mientras estamos usándolo para medir el tiempo, lo acabemos perdiendo pues veamos mensajes o sintamos la tentación de mirarlo. En la zona de estudio es imprescindible que no esté el móvil. Necesitamos plena concentración. Además, salvo que lo pongamos para que no se apague nunca, con el consiguiente gasto de batería, lo normal es que el móvil se apague y cada vez que queramos ver cuanto tiempo queda, debamos tocar la pantalla y perder un tiempo en hacer esto. Y tiempo justamente es lo que no nos sobra.
El reloj tiene dos fallos importantes. El primero es su imprecisión. Para su empleo en los repasos no nos sirve porque no marca los segundos con claridad. Y para el desarrollo del tema tampoco es bueno porque puede llegar incluso a confundirnos. Supongamos que hemos empezado el examen del tema a las 9:13. Cada vez que miremos el reloj el día del examen de las oposiciones de Lengua, deberemos restar a la hora que marque la hora de inicio. No solamente habrá que dedicar un tiempo a esa operación, cuando toda nuestra capacidad debe estar orientada a recuperar de nuestra memoria el contenido del tema, sino que, además, con los nervios puede que cometamos un error en la suma de consecuencias funestas al creer que disponemos de diez o veinte minutos más de los que realmente tenemos.
¡A por la plaza!
En las oposiciones de Lengua, por tanto, es imprescindible tener un cronómetro para plantearnos seriamente la obtención de la plaza. Y por estas razones que he ido enumerando, yo siempre, como preparador de Lengua, he dicho lo mismo: “un opositor sin un cronómetro, no es un opositor”. Vamos a por la plaza, desde luego, pero con nuestro cronómetro.