Una plaza que recompensa a una familia: madre trabajadora con tres hijos y un gran marido
De la trayectoria de Virginia Marín Marín en las oposiciones de Lengua se pueden extraer numerosas lecciones. Es, de nuevo, el caso de una mujer decidida y sacrificada que, trabajando en la enseñanza pública y cuidando de tres hijos (el menor de ellos de tan solo dos años) ha conseguido una plaza a la primera. El papel de su marido ha sido crucial en esta singladura y esto vuelve a mostrar la importancia de convertir la conquista de la plaza en una historia familiar. Hay párrafos en su testimonio que no requieren comentario alguno: son datos que evidencian su enorme capacidad de resistencia y la fortaleza de su vínculo conyugal.
Virginia maneja la lengua española magistralmente
Por otro lado, estoy seguro de que Virginia es una grandísima profesora. Sabe muchísimo de nuestra asignatura y, además, como se puede apreciar en su escrito, maneja la lengua española magistralmente. Ojalá su carrera literaria sea tan exitosa como la trayectoria en las oposiciones de Lengua.
Virginia es muy inteligente, asertiva y rigurosa
Es, además, muy inteligente, asertiva y también muy generosa en sus apreciaciones sobre nuestro curso. Gracias a su rigor, a su profesionalidad y su enorme capacidad, con explicaciones y correcciones sencillas e incluso, simplemente usando inteligentemente los materiales, ha alcanzado lo que todo el mundo quiere: una plaza en las oposiciones de Lengua a la primera. No quiero dejar de resaltar también en nuestro trabajo la labor de Virginia Los Arcos, la miembro de nuestro equipo que conjuntamente conmigo la apoyó en la elaboración de su programación.
¡Enhorabuena para todos!
Por todas estas razones, hay que dar la enhorabuena a Virginia Marín y al sistema educativo de Navarra, por contar a partir de ahora con una nueva funcionaria que podrá enseñarles con su mismo rigor, claridad y generosidad nuestra maravillosa asignatura.
Mi pasión por la literatura
Me llamo Virginia Marín, tengo 37 años, soy doctora en Filología Hispánica y he conseguido plaza en Lengua Castellana y Literatura. Siempre he tenido claro que las letras eran mi escenario. Desde muy pequeña me ha encantado leer y escribir y me apuntaba a todos los concursos literarios que iba encontrando. Sabía con certeza la carrera que quería estudiar y durante esos años de formación fui reafirmando mi pasión hacia la literatura, por eso no dudé en hacer el doctorado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada tras acabar el MUP. Al finalizar esta etapa, estuve compaginando la dirección de TFGs y TFMs en la universidad y la docencia en un colegio concertado en Pamplona.
Trabajo, hijos y oposiciones de Lengua: el apoyo de mi marido ha sido esencial
Sin embargo, hace dos años e impulsada por la necesidad de estar cerca de mi familia en Tudela, decidí entrar en listas de lo público. En 2024 no tuve ocasión de presentarme a las oposiciones de Navarra ya que la convocatoria había salido mucho antes, así que tenía que esperar a la de 2025. La situación en la que me encontraba era la siguiente: el deseo de seguir vinculada a la universidad, querer trabajar durante ese curso en las aulas, cuidar de tres niños pequeños y prepararme las oposiciones. Tenía muy claro que este era el año para luchar por la plaza ya que, aunque mis circunstancias fueran complicadas, el número de plazas ofertadas (35 en Navarra) iba a ser mi gran motivación. Mi marido me apoyó en esta decisión y decidió embarcarse conmigo. Su ayuda diaria ha sido esencial para llegar hasta el final.
La competitividad en las oposiciones de Lengua
Sabía que las oposiciones eran un camino largo, arduo y desafiante. Siempre me ha gustado estudiar, pero ahora debía hacerlo añadiendo un elemento que siempre me había bloqueado: la competitividad. Debía preparar con rigor un número elevado de temas, abordar un práctico complicado y elaborar un trabajo con unas características muy diferentes a las que estaba acostumbrada. Y, además, todo esto debía hacerlo mejor que los demás. Los requisitos para superar este proceso me parecían tan elevados que necesitaba la seguridad de alguien exigente y preparado para estar a la altura del destino al que debía llegar.
Opolengua y sus materiales me han proporcionado seguridad
Entonces, mi amiga María, que hacía unos años había sacado la plaza, me recomendó Opolengua. Le estaré siempre agradecida. La atención es diaria, rigurosa e inmediata. Eduardo tiene una ética de trabajo intensa, centrada en la perseverancia y el esfuerzo constante. Esas cualidades conectaron rápidamente conmigo. Creo que la disciplina es la clave para una buena preparación de oposiciones. Sin embargo, mi gran adquisición con este programa ha sido el poder recibir un sistema de apoyo estratégico para competir con garantías. Esto me ha proporcionado mucha seguridad. Gracias a Opolengua he tenido acceso a un material actualizado y de calidad que me ha ayudado a trabajar desde un enfoque más directo de lo que iba a ser la prueba real.
El trabajo y el sacrificio diario han sido la llave del éxito en las oposiciones de Lengua
El trabajo y el sacrificio diario han sido la llave del éxito: madrugar para estudiar antes de ir al trabajo, comidas rápidas de veinte minutos, sustituir el tiempo de ocio de los fines de semana por tiempo de calidad con los materiales de las oposiciones, aprovechar cualquier resquicio del horario en el instituto para ir a la biblioteca. Durante meses he dormido a mi hijo de dos años mientras repasaba temas en mi cabeza.
Además, el instituto en el que he trabajado estaba a cuarenta minutos de casa y era un tiempo que no podía desperdiciar, por lo que incluso en esos trayectos de ida y vuelta he aprovechado para escuchar los temas que previamente había grabado. Había días que lograba estudiar diez horas y otros una, porque mi cerebro estaba realmente agotado. El ejercicio, aunque sea simples paseos, es necesario. Preparar unas oposiciones genera un alto nivel de presión, por ello necesitas liberar estrés para mejorar tu rendimiento.
Es muy importante rodearte de personas que valoran tu crecimiento personal
En numerosas ocasiones me ha fallado la determinación y la resistencia. El cansancio, los errores cometidos durante la preparación, el sacrificar tiempo en familia por un destino incierto, te arrastran a la desmotivación y al deseo de abandonar. Por eso, es muy importante rodearte de personas que te recuerden la heroicidad de quien escoge el camino de las oposiciones y decide recorrerlo entregando todo el esfuerzo y el trabajo del que es capaz. Creo que es lo más valioso que he recibido de este proceso; el saber que puedo conseguir todo lo que me proponga con esfuerzo, trabajo y seguridad en mí misma.
Plaza a la primera en las oposiciones de Lengua
Mi deseo era poder disfrutar de enseñar Lengua y Literatura sin la responsabilidad de tener que estudiar para ser evaluada por un Tribunal. Por eso me propuse una meta muy clara: conseguir la plaza a la primera. Y lo he logrado.
Creo que las circunstancias en las que uno se encuentra dentro de un proceso de oposición son importantes, pero lo realmente determinante es el espíritu que uno decide tener mientras lidia con esas circunstancias y afronta el desafío de alcanzar su meta.