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¿Cómo vieron las oposiciones de Lengua en los tribunales de Madrid?

Tribunales oposiciones de Lengua. Opolengua
Foto de Photos of Korea en Unsplash

Saber cómo ven las oposiciones de Lengua quienes forman parte de los tribunales es importante para nosotros. Hemos dicho muchas veces que la mayor suerte en las oposiciones no son las bolas que salen o el texto que nos toca, sino el tribunal que evalúa nuestras pruebas. Por ello saber cómo viven los miembros de los tribunales el proceso de las oposiciones es muy importante para nosotros. Y más este año, en el que se ha producido un alto número de suspensos en algunas comunidades, y muy singularmente, en Madrid.

Por ello, como hemos hecho en otras ocasiones, nos hemos puesto en contacto con los miembros de los tribunales. Este año, teníamos tres antiguos opositores que resultaron designados tras el sorteo Madrid. Hoy publicamos la entrevista realizada a uno de ellos.

Las oposiciones de Lengua 2025 en Madrid han sido muy accidentadas

Hay que recordar que estas oposiciones de Lengua 2025 en Madrid han sido muy accidentadas. El presidente del tribunal numero 1, como ya dijimos en su día, puso un ejercicio práctico muy cuestionable que podemos ver en este enlace. Una poetisa escasamente conocida, preguntas que en su forma o en su fondo nunca habían aparecido en las oposiciones de Madrid, preguntas que solo podían evaluarse a todo o nada, sin matices y plantillas de evaluación muy rígidas. Es decir, en las oposiciones de Lengua de 2025 en Madrid se dio, claramente, la tormenta perfecta..

Como ya analizamos en su día en una entrada de nuestro blog, este planteamiento nuevo y un tanto absurdo pillo por sorpresa a todos los aspirantes provocaron una elevada tasa de suspensos. La mala formulación del examen hizo que los propios miembros de los tribunales se apiadaran de los aspirantes y facilitaran en la medida de sus posibilidades las reclamaciones, por lo que un número importante de opositores que inicialmente habían suspendido, pero que tenían un examen brillante en el tema acabaron pasando la primera parte y luego fueron capaces de obtener la plaza.

De no ser por estas juiciosas personas que estaban en los tribunales, muchos aspirantes hoy no serían funcionariaos, por lo que tendrán una eterna deuda de gratitud con estos anónimos miembros de los tribunales que antepusieron el sentido común a la plantilla de evaluación. Sin ellos, hoy seguirían estudiando las oposiciones de Lengua.

Pero vamos, pues, con la entrevista…

La vivencia como miembro de tribunal ha estado teñida de una sensación agridulce. Por un lado, la sensación de ver desde el otro lado el proceso hace que, de alguna manera, se le pierda el respeto. Caos a la hora de aplicar las rúbricas; inequidad al aceptar respuestas en preguntas de todo o nada cuando mucha gente había decidido no realizarlas y otras personas solo habían resuelto una parte de ellas; poco rigor académico en algunos miembros de tribunales; etc.

Por otro lado, como algo positivo, me he encontrado con el espíritu de colaboración entre los miembros de los tribunales, dentro de ellos y entre ellos, así como el deseo de facilitarles las pruebas a los aspirantes, ayudarles en todo lo posible y siempre tener una mirada amable hacia ellos. Otro aspecto que me sorprendió fue ver la camaradería entre muchos de los presidentes, que se conocen de años y años en el proceso, lo cual me hace pensar que algunos de los errores del pasado pueden volver a repetirse si unos se protegen a otros. 

En el caso concreto de mi tribunal, estoy muy agradecida por el trabajo de mis compañeros, en general, el buen ambiente que se generó y el hecho de que pudiéramos discrepar en nuestras decisiones de forma amable y civilizada, sin sentir nunca ningún tipo de presión por aprobar o suspender ningún ejercicio.

Les daría tres consejos fundamentalmente: el primero de ellos es que se organicen el ejercicio en preguntas y se distribuyan el tiempo de respuesta de las diferentes cuestiones. Encontramos ejercicios muy bien resueltos que no llegaban al aprobado porque habían dejado cuestiones completas sin responder por falta de tiempo.

El segundo consejo que les daría es que hagan un ejercicio limpio, con aire, con la letra lo más clara posible y con una redacción sencilla y correcta, dejando a un lado el lenguaje alambicado que, a veces, lo que lograba era respuestas de muchísimas oraciones subordinadas, con anacolutos y sin relación lógica entre sus elementos.

Para terminar, el último consejo que les daría es que fueran con la mayor calma posible, ya que los tribunales, en general, estamos de su parte, hemos pasado por ese momento por el que ellos están pasando y, salvo muy deshonrosas excepciones, todo el mundo está ahí con muy buena voluntad y ganas de ayudar.

Me gustaría que se pudieran mejorar las condiciones físicas de los espacios donde se realizan las pruebas. Sería estupendo que los aspirantes pudieran hacer los ejercicios en aulas refrigeradas y más espaciosas.

Otro aspecto que me gustaría que se cambiara es el de la corrección de las pruebas. Preferiría corregir las pruebas de opositores a los que no he visto realizar el examen en el aula. Aunque se da por hecho que los miembros de los tribunales somos imparciales, lo cierto es que si puedes ponerle cara a una letra, a veces puedes llegar a sentirte condicionado a la hora de corregir. Mi propuesta es que el tribunal que «cuida» un examen no sea el mismo que lo corrige.

Y nada más por hoy. Estoy seguro de que estos consejos servirán a muchas personas a preparar mejor sus oposiciones de Lengua, ¡A por la plaza!