Hoy comienza la primavera. Comienza una nueva fase en todos los sentidos. La tasa de reposición del 10% parece tambalearse, Europa parece que va a consentir que se relaje el objetivo de déficit, muchos interinos ya están siendo llamados para trabajar… En fin, parece que lo peor ya ha pasado. Eso no quiere decir que volvamos a 2008. Eso (y hay que tenerlo bien claro) no volverá. Pero sí volveremos a una época como la de los noventa. Años duros, pero donde los que se esforzaron encontraron su recompensa.
En esta primera entrada de mi blog de preparacion de las oposiciones, sólo os quiero mandar un mensaje de ánimo. Lee estas palabras y haz que se impriman en tu cerebro, porque de eso, entre otras cosas, depende tu triunfo.
Yo puedo
Estos tiempos son duros, sí. Pero no es la primera vez en la historia de las oposiciones que las cosas se ponen difíciles. También entre 1994 y 1998 hubo muy pocas plazas (6 plazas de Lengua en Madrid en el 94, por ejemplo) y muchos salieron adelante…
Tienes que buscar en el fondo de tu corazón y encontrar fuerza y fe. Sí, fe. Es imposible triunfar en las oposiciones y en la propia vida sin fe.Y no te estoy hablando de la fe del carbonero, la confianza estúpida en que las cosas saldrán bien porque sí. Yo te hablo de la fe en uno mismo, de la lucha diaria por conseguir un objetivo, del tesón de no cejar hasta alcanzarlo, del orgullo del sacrificio, del valor de uno mismo. Para hacer todo eso hay que tener mucha fe, creer mucho en uno mismo.
Va a haber muchas personas en este tiempo convulso a las que la marea de la vida les va a arrastrar lejos de las oposiciones. Se van a desanimar, se van a dedicar a otras cosas, van a seguir las oposiciones con el rabillo del ojo…. Mejor para ti. Se eliminan solos. Dentro de un año, cuando vean por fin la convocatoria y se quieran poner a estudiar, tú tienes que ser inalcanzable para ellos. En los tiempos duros sólo los más fuertes perseverarán y estarán en condiciones de obtener su objetivo. Ese día, dentro de un año largo, créelo, tú tienes que ser uno de ellos. Cada día, cuando te levantes, apréstate al combate por tu propia felicidad y grítale a la vida:
Hoy queda un día menos para obtener mi plaza.
Saludos y ánimo.