Ya se han hecho los ejercicios prácticos y el tema. Hemos visto lo que es una oposición. Los nervios, los adversarios repasando hasta el último momento, la gente desazonada, la gente ilusionada… ese enorme mosaico de emociones intensas que es la oposición.
Unos piensan que han aprobado. Otros, más temerosos, no están seguros de nada y recuerdan con horros los fallos que han cometido o lo que dejaron sin escribir.
Ya no se puede arreglar nada, pero hay que tener calma. Lo primero es que el tribunal no sabe cómo era nuestro tema y lo segundo, y más importante, es que una oposición siempre es algo relativo. Eso quiere decir que si no hay nadie que puso en el examen que el texto era de Góngora, pues el que lo puso tiene un plus, pero el que no lo puso no es fundamental porque nadie lo escribió. Y eso vale para todo. Hay que ser el mejor no comparándose con un cometario corregido de internet sino con los que allí se presentaron. Así que no hay que agobiarse.
Ahora queda esperar. Con fe e ilusión. Y sin dejar de estudiar, porque queda la encerrona y hay que ser positivos.
Saludos y ánimo.