Me escribe hoy una opositora contándome que está agobiada porque no alcanza su objetivo de temas. Se ha marcado un objetivo de estudiar un tema cada semana (que es ambicioso teniendo en cuenta que también hay que preparar comentario, programación y leer mucho) y no lo está cumpliendo. Y me cuenta que está agobiada porque «hay otras personas que avanzan más deprisa».
Es común este sentimiento. Estamos encerrados horas y horas en nuestro cuarto y llega un momento en que parece que todo es insuperable. Eso es miedo. Y es normal sentir miedo. Son tantos esfuerzos los que hacemos, tanta tensión la que sufrimos que lo anormal sería no sentir miedo de que todo ese tiempo y esa lucha no sirvan para nada. Somos como niños enfrentados en la oscuridad a las pesadillas, donde cada ruido parece lo que no es.
Y es conveniente poner las cosas en razón. Vamos a ver las cosas con serenidad y sentido común.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que todo el mundo tiene dificultades. La oposición exige de muchas capacidades: memoria, constancia, capacidad de sacrificio, don de gentes, simpatía, capacidad de lectura… Son tantas… Y no hay ser humano que sea perfecto en ninguna de ellas. Cada uno tiene sus puntos débiles y sus puntos fuertes, por lo que una persona puede tener más trabajo para memorizar pero a lo mejor está mejor dotada para la encerrona.
Y lo segundo y fundamental, sobre lo que quiero insistir, es que la oposición es una carrera de fondo. Es raro, por el sistema de puntos, que una persona obtenga la plaza a la primera. Generalmente hacen falta cinco largos años para obtener plaza. Y así, al principio nos introducimos en ella (y para eso es muy importante mi página pues te puede permitir ganar mucho tiempo) y luego vamos avanzando de forma más individual. Lo fundamental es darse cuenta de que esto no es una carrera de cien metros, sino un maratón. Y si cada año podemos ganar 20 o 25 temas, bienvenidos sean, y si un año solo podemos abarcar diez o quince, pues bienvenidos sean. Ir con garantías supone llevar bien llevados unos cincuenta temas (esto es relativo y depende de la suerte, claro) y eso se puede alcanzar en más o menos tiempo. Lo que hay que tener claro es que cada uno tiene su ritmo y que la meta se puede conseguir siempre. Y vivir ese proceso como una forma de mejorar personalmente. Como dice una de las personas del video-tutorial, «cuando vives este proceso, has cambiado para siempre». Y es así, si te embarcas conscientemente y pones toda la carne en el asador, nada será igual.
Hemos dicho que hay muchas cualidades que debe tener un opositor, pero si me preguntaran cuál es la más importante, indiscutiblemente, diría la fe. La fe es lo que nos permite ver con optimismo el futuro y ser consciente de que aunque la meta esté en Pekín y nosotros vayamos andando; andando se puede llegar a Pekín.
Para todos los que luchan, saludos y ánimo.