¿Deben cobrar lo mismo todos los docentes? Coherencia y progreso social.

¿Deben cobrar lo mismo todos los docentes? Coherencia y progreso social.

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Ya hace una semana decíamos que habría que estar atentos a la campaña electoral para examinar los programas de los distintos partidos en lo referente a la educación y más en concreto en lo que tiene que ver con el modelo de acceso a la función pública docente.
Pues bien, esta semana se ha producido un gran revuelo porque José Antonio Marina, ha hecho unas declaraciones en las que explica que “los profesores buenos no pueden ganar lo mismo que los malos”. Como sabéis, José Antonio Marina es un catedrático de instituto en excedencia al que el ministerio le ha encargado El libro blanco del sistema educativo para que proponga ideas para llegar a un pacto nacional de educación.

Las declaraciones de Marina han sido rechazadas por todos los sindicatos de profesores de izquierda a derecha. Y también en las redes sociales, algunos profesores han puesto el grito en el cielo.

¿Y qué opinamos nosotros?
Lo primero es indicar, como siempre, que para nosotros sería bien fácil callarnos o apostar por lo que plantea la ideología general y comulgar con la frase “Todos los profesores son buenos porque han aprobado una oposición en su día.” Y también “Todos los profesores deben cobrar lo mismo porque eso es lo igualitario y justo. No queremos que haya discriminaciones en el colectivo.”

Pero en www.opolengua.com y quien esto suscribe siempre hemos hecho una apuesta por la coherencia y el sentido común.
Y para dar respuesta a la pregunta de si todos los profesores deben cobrar lo mismo debemos empezara por contestar otras.

¿Para qué sirve el sistema educativo y el profesorado?
La respuesta aquí es clara: es un servicio público para garantizar la igualdad de derechos de todos los niños españoles, para que todos los alumnos independientemente de su condición social tengan derecho a una formación de calidad. Y por ello, el sistema debe garantizar una enseñanza de calidad para formar a las futuras generaciones. Para eso pagan los españoles sus impuestos. El puesto de profesor no es una trinchera privada de cada docente para defenderla a costa de lo que sea sino un puesto de socorro y ayuda para la sociedad. Somos servidores públicos y no señores feudales de nuestra plaza.

¿Son todos los profesores iguales?
Aquí la respuesta también es no. Al revés, son todos diferentes. La diversidad humana no acaba en la puerta de los institutos. Hay profesores que han entrado sin aprobar un solo examen (esto puede parecer mentira a los más jóvenes pero es verdad, pues en los años 1990-1993 gracias a la LOGSE bastaba un 4 y 10 años de antigüedad para acceder a la plaza) Hay profesores que han aprobado procesos de oposición durísimos (yo mismo aprobé en 1998 siendo el número 1 de 300 opositores de mi tribunal en el que hubo dos plazas). Hay profesores que crecen cada año. Hay profesores que decrecen cada año y cada año quieren trabajar menos. Hay, reconozcámoslo, muchos desequilibrados mentales… Hay de todo. Y eso quiere decir, que no todos damos la misma calidad de enseñanza. Estamos hartos de oír a los de las mareas y a los sindicatos que lo que falta en educación es dinero. Y eso es mentira. Lo que hace falta, y mucha, en la educación, son buenos docentes. Cualquier interino sabe que esto es verdad viendo lo que ve en su instituto. Cualquier opositor libre sabe que esto es verdad recordando cómo fue su paso por la educación secundaria. Yo a menudo digo a los opositores que es muy fácil que los miembros del tribunal sepan menos que ellos. ¿Tiene eso alguna lógica para el progreso social?

¿Es justo que los profesores buenos ganen lo mismo que los malos? ¿Es bueno para el sistema?

Pensemos con sentido común. El sistema educativo no es ninguna tontería y no se puede patrimonializar por los sindicatos. El sistema educativo público y solo el sistema educativo público tiene como función garantizar la igualdad entre todos los españoles. Sin sistema educativo público, sólo las élites podrían acceder a ser ingenieros, médicos o científicos. Y eso es malo. No es malo moralmente (yo no entro ahí) sino que es malo para el progreso de la nación porque entonces los médicos saldrán de entre muchas menos personas y por tanto, serán peores. Es de sentido común esto.

¿Qué ocurre si todos los docentes ganan lo mismo?

Pues que el sistema no alienta a los mejores y no los premia, sino que ocurre al contrario, Los buenos docentes llega un momento en que se pueden desanimar y los malos, triunfan. Y entonces vemos como incluso son favorecidos o se les dan los cursos menos comprometidos por los directores para que generen menos problemas. ¿Eso es lo justo? ¿Eso hace que el sistema sea mejor? ¿Para quíén? El sistema no está para blindar a los profesores malos sino para crear una generación de españoles con los ojos abiertos que sepan desde pronto que el trabajo de calidad tiene un premio. La competitividad debe empezar en la escuela. Se exige en función de lo que a uno le exigen.

En el fondo, este debate trata sobre la igualdad y el igualitarismo, conceptos que en España suelen estar muy confundidos hasta el punto de que muchas personas creen que son lo mismo cuando en realidad son términos antitéticos. Donde hay igualitarismo no hay igualdad y viceversa. El igualitarismo es la desviación egoísta de la igualdad de la misma manera que el libertinaje es la desviación egoísta de la libertad.

El sistema y la sociedad debe premiar a los mejores. Y debe hacerlo porque de ello depende la calidad, el progreso y la propia supervivencia de la especie. Cuando vamos a un hospital queremos que nos atienda el mejor médico, cuando vamos a un restaurante queremos que la comida esté buena y cuando compramos un libro queremos que sea bueno también. Y si son malos, los médicos no entran por el sistema MIR, los restaurantes cierran y los autores no venden. ¿Por qué ha de ser distinto en el caso de los profesores? ¿Todos somos buenos? ¿Acaso no ponemos diferentes notas a los alumnos según su esfuerzo y capacidad? ¿Acaso como opositores no queremos que nos evalúen los mejores?

Si nosotros defendemos que en el sistema entren los mejores opositores en función de su esfuerzo y capacidad… ¿Cómo no decir que luego haya diferencias salariales por las mismas razones? ¿Dónde queda la coherencia?

Es altamente significativo que quienes hablan de igualdad salarial son los mismos que no quieren que las oposiciones sean objetivas y los mismos que se quejan de que hace falta mucho dinero en inversiones y quienes quieren que se aprueba a todos los alumno. Los sindicatos. Y no tienen razón. Lo que hace falta son docentes buenos. El buen docente no tiene miedo a la evaluación externa y objetiva. Justo los que nosotros queremos preparar desde esta página que, recordemos, tiene una posición clara en ese sentido: las plazas, para los mejores. Objetividad y progreso social: esa es nuestra consigna.