El hecho informativo es el siguiente. El 31 de diciembre se publicó en el BOCM la Ley 9/2015 de Medidas Fiscales y Administrativas para la Comunidad de Madrid. Entre estas medidas, se deroga expresamente «El Decreto 42/2013 y toda la normativa que lo desarrolla sustituyendo sus disposiciones por acuerdos con los agentes sociales.». ¿Qué indicaba ese decreto? Pues ordenaba las listas de interinos en su artículo 4 dando a la nota de oposición el máximo valor. Aquí vemos el artículo del decreto derogado.
Artículo 4.- Ordenación de los aspirantes en las listas derivadas de procesos selectivos
1. Las listas de aspirantes para cada Cuerpo y especialidad derivadas de procesos selectivos se ordenarán mediante el sistema de concurso de acuerdo con los siguientes méritos:
a) Nota de oposición, hasta un máximo de 8 puntos. Para la valoración de la nota de los aspirantes se tendrá en cuenta la mejor nota de la fase de oposición obtenida en el último proceso selectivo o en el inmediatamente anterior del mismo Cuerpo y especialidad de la Comunidad de Madrid. La puntuación será proporcional a dicha nota.
b) Experiencia docente, hasta un máximo de 1,5 puntos. La puntuación será proporcional a la obtenida por el apartado de experiencia en el último proceso selectivo del mismo Cuerpo de la Comunidad de Madrid.
c) Otros méritos, hasta un máximo de 0,5 puntos. Se valorará la formación académica y la acreditación de la competencia lingüística, de acuerdo con las siguientes premisas:
1.o Formación académica: La puntuación será proporcional a la obtenida en el apartado correspondiente del último proceso selectivo del mismo Cuerpo de la Comunidad de Madrid, hasta un máximo de 0,25 puntos.
2.o Acreditación de la competencia lingüística: Se valorarán con 0,15 puntos por el nivel C1 y 0,25 puntos por el nivel C2 las acreditaciones presentadas en el último proceso selectivo del mismo Cuerpo de la Comunidad de Madrid, hasta un máximo de 0,25 puntos.
En los últimos años, yo siempre había recomendado a mis opositores libres que se presentasen en Madrid y puedo decir que varios de ellos están ahora dando clase a pesar de su juventud gracias a su talento y a la legislación que había impulsado Esperanza Aguirre. Sin esa legislación, esas personas inexpertas que hoy tienen un par de añitos de antigüedad serían hoy opositores con tres años de desesperada experiencia hincando codos y sin ninguna experiencia dando clase. Sus alumnos de estos tres años habrían perdido su caudal de energía, talento y tesón.
Por el contrario, para que estas personas entrasen a trabajar, otras tuvieron que abandonar su puesto. Eran personas con más antigüedad, pero que en los últimos años no habían aprobado las oposiciones.
Ahora el decreto de Aguirre que hizo posible esta situación se deroga y se sustituye “por la negociación con los agentes sociales”. ¿Qué quiere decir esto? Pues que ahora, Cristina Cifuentes, la presidente de Madrid, se reunirá con los sindicatos para pactar las normas de acceso a la lista y no cabe la menor duda de que los sindicatos pondrán de nuevo (pues es lo que han defendido todos los sindicatos en los últimos treinta años) el principio de antigüedad. Es decir, se podrá seguir siendo interino a pesar de suspender año tras año los exámenes.
Cuando se arbitra una ley hay siempre una parte del colectivo que sale beneficiada y otra perjudicada por acción u omisión. ¿Quién sale aquí beneficiado? Pues evidentemente aquellos interinos de larga duración que pueden aportar años de antigüedad pero no buenas calificaciones o aprobados. ¿Quiénes salen perjudicados? Pues aquellos opositores sin experiencia laboral pero lo suficientemente preparados para aprobar las oposiciones, que hasta ahora podían empezar a trabajar para ganar experiencia y que ahora se verán de nuevo situados al final de la cola y deberán esperar a que los viejos interinos aprueben para que dejen libres sus plazas de interinos, siempre siguiendo un ordenado orden.
Obtener la plaza a la primera es (con el sistema de acceso actual que prima la antigüedad y la escasa oferta de plazas) muy difícil. En 2014, en Andalucía, de las 50 plazas, solo una correspondió a alguien no interino. Si además tampoco se puede entrar a trabajar directamente, a los opositores libres les esperan unos cuantos años de espera estudiando antes de poder acceder a la propia interinidad. Ese es el futuro que esta reforma depara. O plaza directa, o nada.
Quedan todavía dos preguntas por resolver. La primera. ¿Qué es mejor para el sistema, es decir, los estudiantes y la sociedad? ¿Unos profesores que han aprobado las oposiciones aunque sean novatos o unos profesores que ya tienen experiencia dando clase y suspendiendo las oposiciones? Como decían en las películas americanas de juicios: “No hay más preguntas su señoría”.
La segunda pregunta es: ¿por qué Cristina Cifuentes modifica la ley? Yo creo que la razón es que quiere garantizarse una cierta paz con los sindicatos. Cree que la gestión de Esperanza Aguirre fue muy atacada por huelgas y manifestaciones de los sindicatos y mareas (sobre todo en Educación y Sanidad) y cree que de esta forma los sindicatos no se lanzarán contra ella con tanta facilidad pues cree que lo verán como un “gesto” (y es algo más que un gesto) de claudicación de las posiciones que mantuvo Aguirre. De la misma forma, Cifuentes ha devuelto a la gestión pública los hospitales (medida que costó a Aguirre una larga campaña de huelgas de la llamada Marea blanca). Se puede afirmar, por tanto, que es una concesión a la Marea verde.
Algunas consecuencias de esta medida están por ver. Quiero decir que veremos si las mareas responderán a este gesto respaldando a Cifuentes. Lo que es seguro es que para los opositores libres, Madrid ha dejado de ser una tierra de promisión.
