¡Ponte a prueba! 17/2016 (Solución)

¡Ponte a prueba! 17/2016 (Solución)

¡Enhorabuena a Maite de Cuartillo. Cristina Alonso González, María José Peral, Deborah Mendoza, Noelia García Toro y Ana Martínez Orozco!

Efectivamente, el texto de la semana era El burlador de Sevilla (1612?) de Tirso de Molina (1579-1648), creador de un tipo universal de la literatura mundial (el don Juan) que ha tenido muchísimas reelaboraciones dentro de las cuales hay que señalar la tambien archifamosa Don Juan Tenorio (1844) de Zorrilla (1817-1893).

Hay varias acertantes de nuestra adivinanza de la semana. El texto, muy famoso, ha sido además diferenciado del Don Juan de Zorrilla gracias a una de sus expresiones (versos) característicos («Tan largo me lo fiáis») como muy bien ha señalado Maria José Peral. La respuesta perfecta es la que indica la posicion en la obra y Tisbea es la primera mujer burlada por nuestro universal personaje, al inicio del primer acto.

JUAN: Si vivo, mi bien, en ti,
a cualquier cosa me obligo,
aunque yo sepa perder
en tu servicio la vida,
la diera por bien perdida,
y te prometo de ser
tu esposo.
TISBEA:  Soy desigual
a tu ser.
JUAN:    Amor es rey
que iguala con justa ley
la seda con el sayal.
TISBEA:Casi te quiero creer,
mas sois los hombres traidores.
JUAN: ¿Posible es, mi bien, que ignores
mi amoroso proceder?
Hoy prendes con tus cabellos
mi alma.
TISBEA:  Ya a ti me allano,
bajo la palabra y mano
de esposo.
JUAN:         Juro, ojos bellos,
que mirando me matáis,
de ser vuestro esposo.
TISBEA:                       Advierte,
mi bien, que hay Dios y que hay muerte.
JUAN: ¡Qué largo me lo fiáis!
Ojos bellos, mientras viva
yo vuestro esclavo seré,
ésta es mi mano y mi fe.
TISBEA: No seré en pagarte esquiva.
JUAN: Ya en mí mismo no sosiego.
TISBEA: Ven, y será la cabaña
del amor que me acompaña,
tálamo de nuestro fuego.
Entre estas cañas te esconde,
hasta que tenga lugar.
JUAN: ¿Por dónde tengo de entrar?
TISBEA: Ven, y te diré por dónde.
JUAN: Gloria al alma, mi bien, dais.
TISBEA: Esa voluntad te obligue,
y si no, Dios te castigue.
JUAN: ¡Qué largo me lo fiáis!