Todos sabemos que las oposiciones son siempre una carrera de fondo. Yo tarde seis años en obtener mi plaza. Otras personas algo más y otras personas algo menos. Algunas personas desgraciadas (sí, habéis leído bien) se sacan la plaza en un año. Os parecerá mentira, pero cuando yo le oigo decir eso a alguien sobre nuestra oposición, tengo dudas razonables acerca de su capacidad (puede ser un máquina, puede ser un enchufado o puede ser que entrara por suerte en oposiciones-coladero como las que ha habido en ocasiones), pero no me cabe duda de una cosa;: se ha perdido el crecimiento interior que la oposición ofrece. Y eso me da lástima.
Es duro asumir que el esfuerzo y el sufrimiento es algo bueno. Resulta muy bonito decirlo (y lo oímos decir a todas horas), pero es mucho más difícil asumirlo en carnes propias. ¡Afortunadamente las oposiciones nos dan la ocasión de crecer y fortalecernos como personas en la rutina, en el trabajo callado y bien hecho, en la humildad de reconocer que otras personas saben muchísimo y nosotros tan poco! ¡Qué bueno sería que estas virtudes las tuvieran todas las personas que dirigen los destinos de la humanidad! Nos quejamos de que les faltan a los adolescentes, nos quejamos de que existe la corrupción. Nosotros tenemos el privilegio de saber que cada mañana, a solas, en nuestra casa, somos, como decía Cervantes, señores de nuestros destinos y hemos elegido seguir la senda del esfuerzo y la humildad. ¡Felicitémonos por ello! Somos la simiente de la bondad: el bien absoluto.
Las oposiciones además nos dan muchas oportunidades para crecer. Nuestra máxima ha de ser siempre entender que podemos crecer a cada paso y que cuando algo se tuerce podemos verlo como un contratiempo o como una oportunidad. Veámoslo así, por favor. Y seremos más felices y, sobre todo, más fuertes, mucho más fuertes. El mundo, y nuestra familia en primer lugar, se beneficiarán de nuestra fortaleza porque cada mañana habrá un ser que es más fuerte que el consumismo y el éxito fácil. Nosotros mismos.
Este año suspendieron oposiciones en muchos sitios. Ya lo sabéis. Y nosotros dimos una nueva oportunidad a nuestros opositores para que no se amilanasen y cambiaran de curso, del Curso total al Opolengua 1. Aquí va el correo que me ha mandado una opositora esta semana. No me resisto a ponerlo porque es un ejemplo nítido de lo que estamos diciendo.
Buenas tardes Eduardo:
Enhorabuena a Marisa Ferrando y a todos los que como ella, convierten cada contratiempo en una oportunidad.
Saludos y ánimo porque en este camino nos encontraremos.