Ya es viernes y vuelve ¡Ponte a prueba! el concurso semanal de www.opolengua.com y sirve para hacer una pequeña prueba sobre el comentario de texto de las oposiciones de Lengua y literatura. En esta ocasión proponemos un texto en prosa de una época literaria muy concreta y que por tanto presenta los rasgos formales propios de su tiempo.
Se trata, como sabéis de situar el fragmento en su obra y autor (lo que puede ser muy difícil) o al menos, de señalar razonadamente el género, la época y el movimiento literario. La calificación dependerá en gran medida de lo que escriban nuestros oponentes. Es decir, si no hay nadie que acierte obra y autor, lo siguiente será la adscripción razonada a un movimiento.
Así pues ese reto es el que proponemos. ¿Puedes señalar la obra y autor, movimiento literario, época y género de este fragmento? ¿Puedes situarlo dentro de su obra?
Como ya sabéis, podéis participar en el acertijo a través de nuestra página de Facebook. Como siempre, el lunes en nuestra página www.opolengua.com publicaremos la solución.
Antes de lo del Txato creía pero ahora no cree. Con lo devota que fue de joven. Si hasta estuvo en un tris de profesar. Ella y aquella amiga del pueblo de la que más vale no acordarse. Las dos se apearon a propósito a última hora, con un pie en el noviciado. Ahora todo eso de la resurrección de los muertos y la vida eterna y el Creador y el Espíritu Santo le parecen patrañas.
La irritaron mucho unas palabras del obispo haciendo como que. No se atrevió a negarle la mano a un señor tan importante. La sintió como una viscosidad. En cambio, sí lo miró a la cara para expresarle en silencio, con la luz de los ojos, que ya no era creyente. Nada más ver al Txato en el ataúd, su fe en Dios reventó como una burbuja. Incluso lo notó físicamente.
Y, sin embargo, de vez en cuando va a misa, impulsada quizá por la fuerza de la costumbre. Se sienta en un banco de la parte posterior de la iglesia, mira las espaldas y cogotes de los asistentes, habla consigo misma. Es que en casa hay mucha soledad. Ella no es de meterse en bares ni en cafeterías. ¿Compras? Las justas. Se le esfumó la coquetería, ¿otra burbuja?, que tuvo antes del Txato. Y porque Nerea insiste, que, si no, llevaría las mismas prendas de vestir cada día.