Hoy nuestro artículo es diferente y no trata directamente de las oposiciones de Lengua. Todos hemos visto las terribles imágenes de los estragos que la gota fría causó en España la semana pasada. Todos sabemos de las muertes y la destrucción que arrastro a su paso. Todos conocemos el desvalimiento en que se ha sentido la población de las zonas afectadas.
España es una comunidad de afectos
Esto es un blog de oposiciones de Lengua Castellana y Literatura, cierto. Pero, como en otras ocasiones, nosotros somos seres humanos y estamos vivos. Y no podemos permanecer impasibles ante lo que está ocurriendo. Como expresa tan fenomenalmente Galdós en Trafalgar, una nación es, al final, una comunidad de afectos. Y los últimos acontecimientos, tan trágicos, han vuelto a despertar la fenomenal reacción de la población que demuestra que España es una enorme comunidad de afectos. Es bonito sentirnos españoles cuando ganamos un mundial. Es más importante demostrarlo cuando nos sucede una terrible desgracia.
Somos profesores de la lengua común
Además, nosotros nos preparamos para ser profesores de lengua española, la lengua común que usamos más de quinientos millones de hispanohablantes para comunicarnos y, por ello, tenemos que ser más sensibles que otras personas ante lo que ocurra a nuestros compatriotas, con quienes compartimos nuestro mayor tesoro.
Mis vínculos afectivos con la Comunidad Valenciana
A mí, particularmente, me unen vínculos afectivos con la Comunidad Valenciana desde hace muchos años, pues viví allí en 1989 para impulsar el Sindicato de Estudiantes y conocí en esa época gran parte de los pueblos afectados como Aldaia, Requena, Chiva, Buñol, etc. Conocí allí queridos amigos con los que aún conservo el trato.
Como tantos españoles, de haber podido, yo mismo hubiera acudido como voluntario para ofrecer mi tiempo y mis manos para paliar la terrible situación en lo posible. Pero mis obligaciones familiares y mi tarea como preparador de Lengua me impiden invertir las horas precisas para viajar hasta Valencia, las horas para estar allí y las horas para volver luego a mi domicilio en Jerez de la Frontera.
El dinero, ese bendito invento
Afortunadamente, el dinero, ese bendito invento, tan injustamente denostado, nos permite el milagro de la ayuda casi instantánea. Aunque estemos a centenares de kilómetros, podemos ayudar aportando nuestro dinero, que llegará en horas, transformándose mágicamente en lo que en cada momento y lugar se necesite: dinero que se convertirá en agua, alimentos, palas, botas de agua o lo que quienes están allí sobre el terreno precisen. Y Opolengua, gracias a Dios, tiene dinero porque contamos con la confianza de muchas personas que contratan nuestros cursos. Gracias a estas personas podemos ayudar aportando 2000 € al Banco de Alimentos de Valencia. Es decir, aportamos el valor medio de uno de nuestros cursos. De esa forma, todos aquellos que han confiado en nosotros, saben que una parte de su energía irá a Valencia en forma de solidaridad.
El dinero no es lo principal
En mi trayectoria como preparador de Lengua desde 1999 el dinero nunca ha sido lo más importante. Lo que me ha movido y me sigue moviendo son otras cosas: mi realización y crecimiento personal, el placer por enseñar literatura a un nivel superior al que se da en un instituto, tener una válvula de escape en mis enfrentamientos con las autoridades educativas, la ilusión por ayudar a otras personas que quieren conseguir su sueño y me lo demuestran cada día y, sobre todas ellas, la alegría y el reconocimiento de las personas que obtienen la plaza. Todo eso tiene enorme valor… pero no tiene precio.
Pero el dinero es muy importante
Sin embargo, nunca tampoco he perdido de vista el dinero, que es quizá, el mejor invento del mundo, pues tiene la capacidad de convertirse en cualquier otro objeto. La vida es energía, trabajo, valor, fe. Y el dinero es el mayor depósito de energía concentrada. En los dos mil euros que Opolengua SL dona al Banco de Alimentos de Valencia están concentradas, como en una pequeña píldora, muchas horas de esfuerzo, mucha energía vital, muchas ilusiones que se han concentrado en un punto determinado para ser empleadas en un pequeño gesto de solidaridad.
Este artículo es propaganda positiva para animar a más donaciones
Obviamente, este anuncio tiene una finalidad propagandística, igual que los anuncios que han hecho Apple, Inditex o el Real Madrid. Nosotros hacemos propaganda de nuestro gesto para animar a todo el mundo docente hispano: profesores, padres, alumnos y, sobre todo, opositores de Lengua Castellana y Literatura, a que participen también con sus donativos para apoyar a nuestros compatriotas que están sufriendo y cuyas vidas han sufrido un golpe brutal.
En Opolengua siempre intentamos empatizar con el sufrimiento
Una de las claves de Opolengua es la empatía. Procuramos ser empáticos. Y, por ello, hemos intentado ayudar cuando nos ha sido posible. Lo hicimos donando dinero a Caritas durante el terremoto de Chile de 2010 o para apoyar a la población al estallar la guerra de Ucrania. También lo hicimos durante la pandemia, cuando alargamos los cursos de preparación de forma gratuita durante un año a todas las personas que se estaban preparando con nosotros. ¿Cómo no íbamos a ser empáticos ahora?
Gracias a quienes confían en nosotros, pues hacen esto posible
Para finalizar, quiero agradecer a todos nuestros acompañantes su confianza, pues sin ella, no tendríamos el dinero para ayudar a las víctimas de este terrible fenómeno natural.
Nosotros vamos a seguir trabajando en nuestra área, que son las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura, pero sin perder de vista, como siempre, lo que ocurre en nuestro país y en el mundo, especialmente en la comunidad hispanohablante. Y en la medida en que podamos ayudar, siempre ayudaremos.
Saludos y ánimo.
