Ya ha pasado la Navidad. Ha sido un tiempo de descanso para algunos y de trabajo para otros. Durante estas semanas han pasado además cosas importantes de las que hemos dado cuenta en el blog. Por un lado, hemos actualizado la situación de las oposiciones de Lengua en todas las comunidades autónomas y por el otro, hemos analizado la convocatoria de Castilla y León. Por otro lado, enero es un mes muy importante porque es el momento de volver, con fuerzas renovadas, a seguir nuestro destino. Y ahí es donde cumple su función nuestro ¡Ponte a prueba!, ese amable acertijo con el que acompañamos en esa travesía a las nobles y esforzadas personas que preparan las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura en su prueba más difícil, la del comentario de texto, que ha vuelto tras el paréntesis de estos dos últimos años, al volver el RD 276/2007. Como siempre, nuestro acertijo está abierto a todos los que aman nuestra lengua común y su literatura milenaria.
La propuesta de la semana: un texto complejo y un autor que ya ha aparecido
Hoy hemos elegido un texto del que se pueden extraer importantes lecciones. La primera es que podría caer un texto así, ya que el autor ya ha aparecido en varias ocasiones en convocatorias de oposiciones. Por otro lado, es bueno prepararse con un texto tan complejo como este, ante el que podemos sentirnos desorientados. A mí me cayó un texto así y lo primero que pensé fue que ese mismo texto les había caído a todos y que, por tanto, todos nos íbamos a enfrentar a los mismos problemas. En mi caso, aposté por señalar su movimiento literario, pues no supe cuál era el autor y lo razoné adecuadamente (lo sé porque fui la nota más alta del tribunal en el comentario). Por otro lado, el texto también ofrece sus pistas sobre las que ya hablaremos el lunes. Obviamente, todo esto es diferente si hemos leído la obra y la reconocemos. Así pues, el reto plantea reconocer el texto y su autoría (incluso señalando la ubicación del fragmento) y, si ello no fuera posible (y es normal que así sea), se tratará de razonar la época, el movimiento literario y el género del texto, pues con esto podemos hacer un comentario superior al del resto de aspirantes.
¿Por qué y cómo participar en el Ponte a prueba?
Siempre decimos que la participación en el reto es positiva porque nos sirve para prever el tipo de sensaciones que viviremos al enfrentarnos al texto del día D. Para ello hay que hacer un comentario en la página de Facebook de opolengua.com de forma que nuestra implicación emocional sea mayor al exponer públicamente nuestro jucio. implicarnos. Como siempre, podemos participar hasta el domingo por la noche, siguiendo una sola norma; no usar internet ni leer los comentarios previos, sino simplemente usar nuestra competencia literaria. Nosotros publicaremos el lunes la solución del acertijo y la lista de acertantes.
Y nada más por hoy. Nuestro recuerdo a las víctimas de Valencia y sus familiares. Feliz año 2025. Saludos y ánimo.
[…] pero aprendió a vivir con esas y con todas las miserias de la gloria a medida que descubría en el transcurso de sus años incontables que la mentira es más cómoda que la duda, más útil que el amor, más perdurable que la verdad, había llegado sin asombro a la ficción de ignominia de mandar sin poder, de ser exaltado sin gloria y de ser obedecido sin autoridad cuando se convenció en el reguero de hojas amarillas de su otoño que nunca había de ser el dueño de todo su poder, que estaba condenado a no conocer la vida sino por el revés, condenado a descifrar las costuras y a corregir los hilos de la trama y los nudos de la urdimbre del gobelino de ilusiones de la realidad sin sospechar ni siquiera demasiado tarde que la única vida vivible era la de mostrar, la que nosotros veíamos de este lado que no era el suyo mi general, este lado de pobres donde estaba el reguero de hojas amarillas de nuestros incontables años de infortunio y nuestros instantes inasibles de felicidad, donde el amor estaba contaminado por los gérmenes de la muerte pero era todo el amor mi general, donde usted mismo era apenas una visión incierta de unos ojos de lástima a través de los visillos polvorientos de la ventanilla de un tren, era apenas el temblor de unos labios taciturnos, el adiós fugitivo de un guante de raso de la mano de nadie de un anciano sin destino que nunca supimos quién fue, ni cómo fue, ni si fue apenas un infundio de la imaginación, un tirano de burlas que nunca supo dónde estaba el revés y dónde estaba el derecho de esta vida que amábamos con una pasión insaciable que usted no se atrevió ni siquiera a imaginar por miedo de saber lo que nosotros sabíamos de sobra que era ardua y efímera pero que no había otra, general, porque nosotros sabíamos quiénes éramos mientras él se quedó sin saberlo para siempre con el dulce silbido de su potra de muerto viejo tronchado de raíz por el trancazo de la muerte, volando entre el rumor oscuro de las últimas hojas heladas de su otoño hacia la patria de tinieblas de la verdad del olvido, agarrado de miedo a los trapos de hilachas podridas del balandrán de la muerte y ajeno a los clamores de las muchedumbres frenéticas que se echaban a las calles cantando los himnos de júbilo de la noticia jubilosa de su muerte y ajeno para siempre jamás a las músicas de liberación y los cohetes de gozo y las campanas de gloria que anunciaron al mundo la buena nueva de que el tiempo incontable de la eternidad había por fin terminado.