Tenemos noticias interesantes provenientes de los tribunales de las oposiciones de Lengua de la Comunidad Valenciana. Esto a mí personalmente no me sorprenden, pues se repiten año tras año en las comunicaciones que me llegan de los tribunales de toda España. El 75% de las personas que realizan las pruebas de las oposiciones se inventa el tema. Alguien puede decir, ¿cómo es esto posible? Pues por un lado está la suerte, que a muchas personas les ha sido esquiva (y más con los temas tan raros que salieron: 8, 15, 34 y 71). Y, por otro, el hecho de que muchos aspirantes no fuesen bien preparados, con bastantes temas bien memorizados.
La pregunta decisiva antes y durante la preparación de las oposiciones de Lengua
La semana pasada ha sido intensa en correos de diferentes tipos. Estamos en la recta final de la preparación y todos nos hacemos la misma pregunta, la decisiva. ¿Me sacaré la plaza en las oposiciones de Lengua? Este es el gran objetivo final. En realidad, es el único objetivo cierto cuando nos preparamos las oposiciones. Y por ello, esta es la gran pregunta que dispara nuestras inseguridades y nuestra ansiedad. Es, además, una pregunta que tiene diferente sentido y diferente respuesta en función de la persona que se la haga. Por ello, vamos a dedicar una serie a la misma.
Y es que esta pregunta no se la formulan igual los miles personas que orientan su vida y relacionan su futuro vital con un puesto en la enseñanza pública como profesores de Lengua. Y como no todas estas personas son iguales, aunque sí tienen el mismo objetivo vital, no todas tienen los mismos objetivos en el corto plazo.
Los tres grandes bloques de opositores de Lengua ante la pregunta decisiva
Haremos pues una distinción en tres grandes bloques: las personas que no se han decidido aún a preparar las oposiciones de Lengua, aunque lo tengan en mente; las personas que ya están preparadas para enfrentarse a las pruebas de este año y en tercer lugar, quienes han intentado prepararse, pero no han sido capaces de afrontar adecuadamente su preparación este mismo año o en años anteriores.
Las oposiciones de Lengua se las saca todo el mundo… que persiste
El primer grupo de personas que aún no ha opositado debe tener una idea clara que machacamos en todos nuestros artículos. Las oposiciones de Lengua se las saca todo el mundo… (y eso es verdad) que persiste. Hay que cumplir una serie de rasgos sobre los que abundaremos en esta serie, como puedan ser el dominio oral y escrito de nuestra lengua, la memoria y la sensibilidad literaria. Pero la capacidad para adecuar su vida a las oposiciones es la fundamental; esto es, su capacidad de persistir. El 90% de las personas que abandona las oposiciones lo hace porque no es capaz de persistir.
Las personas que no han llevado a buen término su preparación
Hoy nos centraremos en las personas que sí han intentado prepararse, pero no han sido capaces de llevar a buen término su preparación. Hemos tenido varios correos esta semana de personas en esta situación. Entre ellas la inseguridad se ha transformado en frustración, ya que, a pesar de que lo han intentado, la aventura no ha ido como esperaban y no se han alcanzado los objetivos o, directamente, se ha abandonado la preparación. ¿Cómo enfocar esta situación?
Lo primero es analizar cuáles son las razones que nos han llevado hasta aquí. Hay tantas situaciones como personas, obviamente. Como dice Tolstoi en el inicio de Anna Karenina, “todas las familias felices lo son de la misma manera y todas las familias infelices lo son de una manera diferente”; lo que aplicado a las oposiciones se podría traducir por “todas las personas que obtienen la plaza lo hacen de la misma manera y todas las que no la obtienen lo hacen de una manera diferente”. Sin embargo, yo destacaría dos razones fundamentales.
Sin tiempo no se pueden preparar las oposiciones de Lengua
La primera y fundamental es porque no hemos encontrado tiempo para prepararnos. El tiempo es la dimensión fundamental de la vida humana. Toda actividad se realiza en lapsos de tiempos medidos. Los cursos, los exámenes de oposición… Así que la causa de falta de preparación más común es que no hemos sido capaces de encontrar lapsos de tres horas en nuestra vida para afrontar las oposiciones. Lapsos de tiempo inferiores pueden ayudar a complementar la preparación, es cierto; pero si no tenemos al menos tres lapsos de tres horas semanales para preparar las oposiciones, la cosa va a estar más que difícil. Y es que, efectivamente, si no encontramos tiempo será imposible, radicalmente imposible, preparar las oposiciones realmente. Por tanto, es muy importante, antes de tomar la decisión de preparar las oposiciones, valorar seriamente si vamos a tener tiempo real para hacerlo.
La inseguridad y la falta de concentración
La segunda razón por la que se suele fracasar en la preparación de las oposiciones de Lengua es por la incapacidad de concentrarnos en el estudio. Hay muchas personas que cuando se enfrentan a cualquier tema de las oposiciones no se ven con fuerzas para memorizarlo con la rapidez que desearían y entran en el bucle de la inseguridad. Esa inseguridad en su propia capacidad de memorizar hace que les parezca que tardan mucho tiempo, mucho más del que sería apropiado, en aprender una página del tema.
Y, además, su inseguridad hace que crean que los demás opositores sí son capaces de memorizar mucho más deprisa que ellos. Por tanto, sienten una inferioridad real o imaginaria, en relación con los que suponen muy bien preparados. Esto hace que cuando se ponen delante de los temas ya se han dado como fracasados de antemano. Cuando tienen que hacer un esfuerzo extra (y eso en la oposición ocurre muchas veces, muchos días) no lo hacen porque creen que no tiene sentido.
Este bucle negativo o circulo vicioso cuya base es la inseguridad intelectual suele tener, además, una consecuencia aún peor y es la dificultad para confesarse a sí mismos y a los demás sus propias sensaciones, que consideran vergonzosas. De este modo nadie les puede ayudar y acaban viendo cómo pasan los días sin esforzarse, retrasando su compromiso hasta una fecha posterior que nunca se cumple.
Al no romper ese círculo vicioso acaban dedicando cada vez menos tiempo a la preparación hasta dejarla medio abandonada. Cuando llega la convocatoria, su interior les dice que han de echar la instancia (y lo hacen), pero llegan al examen absolutamente convencidos de que no obtendrán la plaza.
¿Cómo romper ese círculo vicioso para afrontar las oposiciones de Lengua?
Hay dos cuestiones clave.
Reconocer el problema
Lo primero es hacer un examen de conciencia serio y sincero. No debemos engañarnos a nosotros mismos. ¿Nos sentimos reflejados en lo que acabamos de leer? Pues lo primero es tomar conciencia y no avergonzarnos. No somos personas raras: el 75% de las personas que se presenta a las oposiciones y el 90% de las personas que no saca la plaza tiene este problema. Es, por tanto, un problema psicológico que debe ser solucionado o nos obligará a abandonar la preparación. Por tanto, lo primero es reconocer el problema.
Recuperar la seguridad en que aprobaremos las oposiciones de Lengua
La clave está en recuperar la seguridad en que sí podremos afrontar el proceso. Y esto tiene que ver, casi completamente, con nuestra capacidad de memorizar. La base de las oposiciones es el dominio del temario, pues sin él ni podremos realizar el tema ni tampoco tener una base teórica para realizar el comentario y, en el fondo, tampoco podremos dar clase, pues si nuestra función social es transmitir a las nuevas generaciones nuestro acervo cultural y lingüístico, ¿cómo lo vamos a hacer si nosotros mismos lo desconocemos? Es absurdo ser profesor de nada sin dominar esa nada. Es cierto que hay funcionarios de carrera que no saben nada o casi nada porque han entrado en procesos de “regularización” (o repartos de plazas gratis como a los que hemos asistido en estos años) pero es igualmente cierto que estas personas no sirven a la sociedad ni a los alumnos y avergüenzan y degradan a nuestro colectivo. Un profesor se gana la autoridad moral ante los alumnos solo si domina si asignatura. Punto y final.
¿Somos capaces de memorizar un párrafo de un tema?
Pero volviendo a la capacidad de memorizar, lo fundamental es ser conscientes (y esto es muy importante) de que, si somos capaces de memorizar completamente un párrafo, somos capaces de memorizar los setenta y dos temas del temario. Eso es completamente seguro, siempre y cuando hagamos los suficientes repasos de las ideas que vamos memorizando para evitar la curva de olvido, de la que ya hemos hablado en otras ocasiones. Haciendo un símil con el caminar, si somos capaces de dar dos pasos seguidos, somos capaces de llegar a Pekín andando. Eso es también seguro.
¿Cuánto tiempo vamos a tardar en memorizar el temario?
Lo que sí tendemos que ver es cuánto tiempo tardamos en llegar a Pekín andando o en memorizar un párrafo. Es necesario establecer el tiempo que nos cuesta y el que también nos cuestan los sucesivos repasos para, a partir de ahí, ver si disponemos de ese tiempo en nuestras vidas y si queremos dedicar ese tiempo de nuestras vidas para alcanzar el objetivo. A lo mejor, no nos merece la pena y es mejor buscar otro horizonte vital.
La capacidad de memorizar es variable y es decisiva en las oposiciones de Lengua
Aquí entra la capacidad de memorizar de las personas, cosa a la que en Opolengua prestamos una enorme atención porque es la base de todo lo demás. De hecho, tenemos un método de estudio que se basa, justamente, en doblegar la curva de olvido. A partir de ahí, nosotros hacemos todos los años una encuesta entre las personas que hacen nuestros cursos y la capacidad de memorización es muy variable. Hay personas que estudian un tema en veinte horas y otras en ochenta o incluso más.
Lógicamente, una persona que tarda cincuenta horas en dominar realmente un tema y tiene diez horas semanales para estudiar, va a tardar cinco semanas en dominar un tema. Además, tiene que hacer la programación y los comentarios por lo que va a llevar unos cinco o seis temas al año. Va a tardar al menos cinco años en llevar unos treinta temas.
A partir de este cálculo la persona tiene que decidir qué hacer. Y en esta decisión, que siempre es vital, influyen muchos elementos. Como siempre decimos, la mejor manera de plantearse el estudio de las oposiciones es hacerlo como un viaje de crecimiento personal en el que vamos a aprender muchísimo de literatura y lengua, y sobre todo de nosotros mismos y vamos a conseguir que diferentes virtudes (el rigor, la constancia, la seriedad, la disciplina personal y tantas otras) germinen y crezcan en nuestro espíritu.
Pedir ayuda externa es siempre útil
Para superar esta situación puede resultar muy útil (en ocasiones es decisivo) pedir ayuda. Una parte del problema es psicológica y otra parte es de organización personal. Una gran parte de nuestra tarea como preparador de Lengua consiste precisamente en orientar a los opositores en estos sentidos. Desgraciadamente, no todas las personas tienen la fuerza interior para reconocer su situación y transmitirla, por lo que en ocasiones, cuando la comunicamos, ya es demasiado tarde para la convocatoria en curso, pero no para las posteriores.
¿Y qué consecuencias tiene esto en el examen de oposiciones de Lengua de 2025?
Pues para las personas que se ven sin preparación para las oposiciones de este mismo año nuestro mensaje es que se preparen bien al menos un tema sin ninguna presión. Con esto van a ver dos cosas: en primer lugar, cuánto les cuesta aprenderse realmente un tema; en segundo lugar, ver si disfrutan del proceso del propio aprendizaje en sí. Esto les dará ideas muy claras sobre lo que hacer si, como es previsible, no les sale bola y no pueden defender dignamente un tema. Ese fue mi caso en 1992. Yo fui con un solo tema, pero me di cuenta de que las oposiciones iban a ser mi vida y a ellas me consagré hasta que obtuve mi plaza en 1998 siendo el número 1 de mi tribunal con otros trescientos aspirantes. Un año en la vida es solo un año. Opositar es una cuestión vital y así hemos de planteárnoslo.
Las consecuencias de esto para quienes sí han conseguido prepararse son decisivas. El 60-70% de las personas que están en las listas de admitidos forman parte del bloque de las personas que no se han preparado realmente y se presentan a las oposiciones de Lengua por pura inercia. Y eso quiere decir, como ya indicamos en una entrada anterior, que la ratio opositores/plazas es mucho más favorable de lo que inicialmente se podría suponer. Por tanto, esto es una gran noticia para las personas que sí se han preparado y tienen opciones reales de obtener la plaza. Y también para las que no se han podido preparar este año, porque si consiguen, como dice don Quijote antes de morir “ser vencedores de sí mismos” y prepararse bien en el futuro su plaza está asegurada.
Saludos y ánimo.