Nos acercamos al 21 de junio, el Súper Sábado, el Súper Día D, la jornada en la que la mayoría de las comunidades autónomas programan su primera prueba de las oposiciones de Lengua. Y eso quiere decir tensión, ansiedad, dudas e incertidumbre. Por eso es un buen momento para reflexionar acerca de la pregunta decisiva para cualquier persona que se plantea ser docente de Lengua en el sistema de enseñanza público español. ¿Me sacaré la plaza en las oposiciones de Lengua?
Hoy: las personas que sí van preparadas a las oposiciones de Lengua
La semana pasada hicimos una división de los opositores en tres grandes bloques: las personas que no se han decidido aún a preparar las oposiciones de Lengua, aunque lo tengan en mente; las personas que ya están preparadas para enfrentarse a las pruebas de este año y en tercer lugar, las personas que han intentado prepararse, pero no han sido capaces de afrontar adecuadamente su preparación este mismo año o en años anteriores. Hoy trataremos de las personas que sí han sido capaces de preparar adecuadamente las oposiciones de Lengua y, por tanto, afrontan con temores, pero también con esperanza, las pruebas del sábado 21 de junio. Hace tiempo ya hicimos una entrada señalando qué era ir bien preparado. Hoy actualizamos esta tabla.
Para empezar, será interesante, ver qué consideramos ir bien preparado. Analicemos nuestra situación.
Excelente | Extraordinaria | Muy buena | Buena | Mejorable | |
Temas | Iré 48 temas (99%) y he hecho varios simulacros de examen con más de un 5. | Iré con 38 temas (95%) y he hecho varios simulacros de examen con más de un 5. | Iré con 31 temas (90%) y he hecho varios simulacros de examen con más de un 5. | Iré con 24 temas (81%) y he hecho varios simulacros de examen con más de un 5. | Iré con menos de 12 temas (50%) y no he hecho varios simulacros de examen con más de un 5. |
Comentarios | He comentado al menos diez textos con más de un 5. He hecho varios simulacros de examen de comentario con más de un 5. | He comentado al menos ocho textos con más de un 5. He hecho varios simulacros de examen de comentario con más de un 5. | He comentado al menos cinco textos con más de un 5. He hecho al menos un simulacro de examen de comentario con más de un 5. | He comentado al menos tres textos con más de un 5. He hecho al menos un simulacro de examen de comentario con más de un 5. | No he hecho ni un solo texto más de un 5. |
Programación | La tengo completamente terminada, revisada y es totalmente personal. Tengo la exposición oral totalmente mecanizada y he hecho un simulacro. | La tengo completamente terminada, revisada y es muy personal. Tendré la exposición oral totalmente mecanizada y habré hecho un simulacro. | La tengo completamente terminada, revisada y casi todo es personal. He hecho un simulacro de exposición oral. | La tengo completamente terminada, revisada y tiene muchos aspectos personales. Tendré la exposición oral totalmente mecanizada. | La fusilaré |
Unidades | Tengo todas las unidades con todos sus materiales terminadas y habiendo realizado el simulacro de exposición oral. | Tendré todas las unidades con todos sus materiales terminadas. | Tendré algunas unidades con todos sus materiales y no habré realizado el simulacro de exposición oral. |
¿Vamos bien preparados? ¡Enhorabuena!
Y si a las personas que no habían sido capaces de preparar las oposiciones de Lengua les decíamos que sí obtendrían la plaza en el futuro cumpliendo una serie de condiciones, ¿cómo no van a sacarla los que sí han sido capaces de prepararlas? Por supuesto que sí. Vamos a realizar un pequeño análisis que dé moral a quienes ahora tanto la necesitan.
¿Qué elementos tenemos a favor para obtener nuestra plaza en las oposiciones de Lengua y en qué grado?
El primer punto a favor para obtener nuestra plaza es ser conscientes de la enorme cantidad de personas que no son capaces de preparárselas y que vamos a ver en los tribunales. ¿Cuántas personas van a estar en las columnas de buena preparación el Día D? ¿Un 25%? Ese es el mayor punto a favor. Como dijimos en repetidas ocasiones (por ejemplo, en este artículo), la inmensa mayoría de quienes verás en las pruebas del Día D van allí a pasearse, aunque no sean conscientes de ello.
Unos saben que no están preparados y van por inercia, otros van por si suena la flauta, otros van creyendo que sí están preparados cuando no es así (pues su propio preparador son ellos mismos y eso quiere decir que un ignorante le ha enseñado a otro), otros son interinos que no quieren aprobar… Por tanto, una minoría (no más allá nunca del 25% de los presentados) tiene verdaderas opciones de obtener la plaza. Tú estás en esa minoría privilegiada. ¡Alégrate y enorgullécete! Resta ahora todas esas personas de la lista de admitidos y tendrás la radiografía de cuántos son tus oponentes. ¡Y ahora, alégrate aún más!
No hace falta ser un erudito para obtener la plaza en las oposiciones de Lengua
Esta es otra idea que hay que tener hoy clarísima. No competimos contra máquinas sino contra personas normales como tú y como yo. Esto no son las oposiciones de Lengua de los años sesenta, antes de la ley Villar Palasí de 1970 (la ley que durante el franquismo creo el BUP), cuando había un par de institutos por provincia. Han pasado sesenta años de aquello. Ni siquiera en los noventa del siglo pasado (cuando yo saqué la plaza) había que ser un erudito. Yo, de hecho, no lo soy ni mucho menos lo era en 1998 y puedo decir con orgullo que fui el número 1 de un tribunal en el que había trescientos opositores y una plaza.
Desde hace muchos años sacan la plaza de Lengua (y están en los tribunales) muchísimos graduados en Periodismo, Comunicación Audiovisual, Derecho, Filología Inglesa e incluso en Ingeniería de Telecomunicaciones. Echa un vistazo a nuestros testimonios y lo verás.
¿Y qué es lo que nos debe llenar de orgullo?
Para afrontar la prueba es importante ir con seguridad y orgullo. Nosotros podemos sacar pecho y vamos a hacerlo. Cuando veamos temas difíciles o textos imposibles, tenemos que acordarnos de que los demás van a sufrir mucho más que nosotros y nosotros vamos a esforzarnos hasta el último minuto porque ya lo hemos hecho en nuestros simulacros y ya hemos demostrado que hemos salido adelante.
Hemos sido capaces de adaptar nuestra vida a las oposiciones con el enorme sacrificio humano que eso conlleva, hemos sido capaces de ascender la montaña del crecimiento personal hasta cotas insospechadas, hemos alcanzado un importante dominio del temario, de las técnicas de comentario, de la programación y de la exposición oral. Ya lo tenemos todo.
Cuando llegue ese momento supremo de duda o de debilidad, hay que echar mano de lo que hemos sufrido (cosa que los otros no han hecho) y subirnos sobre nuestras propias espaldas para ser gigantes. Y es que ya somos gigantes y lo vamos a demostrar.
¿Qué elementos tenemos en contra en las oposiciones de Lengua?
No somos ingenuos. También hay elementos en contra en las oposiciones de Lengua. Y hay que ser conscientes de ellos para ir con la cabeza fría, aunque nuestro corazón esté lleno de orgullo y esperanza.
La suerte y cómo recortar su poder
Lo primero son las bolas que te caigan en el sorteo. Aquí interviene el azar azaroso. Y se puede dar el caso de que una persona lleve un tema y le caiga (eso le pasó a una opositora que yo preparé en 2014), como que otra lleve cuarenta y no le salga bola. Puede ser así. Y en este caso, hay que elegir el tema que podamos desarrollar y hacerlo de la mejor forma posible y sacar lecciones para el futuro, porque de lo que se trata es de recortar el espacio a la suerte. Si llevamos 69 temas, nos cae uno seguro. Yo cuando me presentaba a las oposiciones, desde 1994 llevé el temario entero, los 86 temas de entonces. Ahí ya no hay suerte que valga.
El tribunal que te toque
Hemos dicho mil veces que la mayor suerte en las oposiciones es el tribunal que te toca, porque eso no se puede mejorar con la preparación: el que te toca, te ha tocado y no hay espacio para recortar a la suerte. Y en el tribunal puede haber y en muchas ocasiones es así, personas que sepan menos que tú y que, sin embargo, van a decidir tu destino.
¿Cómo es eso posible? Pues porque cada uno de los gobiernos socialistas (tanto González en 1990, como Rodríguez en 2008, como Sánchez en 2023) ha hecho un proceso para facilitar la entrada de interinos sin oposición homologable a la que tú vas a hacer y, en algunos casos y en algunas comunidades, simplemente se ha tratado de un concurso de méritos donde han aportado sus años de antigüedad (que no tienen por qué significar sabiduría porque un tonto no se hace listo, ni un vago se hace trabajador por muchos años que viva).
Nuestra debilidad emocional
Y ahora sí llegan elementos que dependen de nosotros. El día del examen de las oposiciones de Lengua no va a ser un camino de rosas. Si nos sale bola, podemos tener dos horas de una cierta tranquilidad; pero si no nos sale bola, la cosa se complicará, pues veremos si somos capaces de improvisar un tema. Tensión. Y en el comentario y en el tema, se van a poner a prueba nuestros nervios. Hay que manejar los tiempos de forma correcta y para eso es imprescindible haber vivido la situación antes haciendo simulacros como los que hay en nuestros cursos. Al afrontar la situación que vivirás en el examen en otras ocasiones, has aprendido a manejar la tensión y el tiempo. ¡Hazlo una vez más!
¿Y en los momentos malos?
Cuando lleguen los momentos malos, intenta mantener la cabeza fría. Lo primero que has de pensar es que la oposición es una competición comparativa en la que lo fundamental no es ser buenísimo, sino ser el mejor de los que se presentan. Nada más. Piensa entonces que otras personas están enfrentándose al mismo dilema que tú, pero sin preparación alguna. Después, reflexiona y prioriza, selecciona cuánto tiempo vas a dedicar a cada cosa y cumple con la mayor serenidad con tus objetivos y, sobre todo, no arriesgues y no metas la pata.
La fortaleza emocional en las oposiciones de Lengua es un gran valor que debe prepararse tal y como hacemos en nuestros cursos.
Optimismo: una plaza en las oposiciones de Lengua será tuya
Lo primero es preparar las pruebas de estos días con ilusión y fuerza. Cuidar todos los detalles posibles. Vamos bien preparados y vamos a llegar al día D con todas las esperanzas intactas. Ya hemos conseguido llegar preparados esta vez y ya conocemos el camino para hacerlo. Por tanto, tenemos la ventaja de que sabemos cómo es y podemos repetir la travesía, cada vez con más temas, un año tras otro hasta alcanzar la plaza.
Finalmente, piensa en que tú no serás derrotado nunca. Ni aunque no saques la plaza, te hundirás. Al fin y al cabo, y es cierto, ni aunque saquemos un cero (y eso no va a ocurrir si estamos bien preparados), estamos eliminados para siempre. El sistema educativo va a necesitar miles de profesores en los próximos años. Toda mi generación, la más numerosa de la historia de España, se va a jubilar. Y tú vas a estar ahí para hacerte con una plaza. ¡Vamos a por ella!