La travesía de Pilar en las oposiciones de Lengua es muy inspiradora. Pilar, que realizó el Curso Total, encarna como nadie la labor docente, lo que nosotros llamamos la pasión de enseñar, que no es otra cosa que la hermosa y digna tarea de transmitir el bagaje de nuestra cultura a las siguientes generaciones para que les sirva como base de su crecimiento y sostén de su espíritu.
Pilar es además una persona sabia, que atesora enormes conocimientos, no solo de literatura española, sino también de la grecolatina, fruto de sus estudios en Filología Clásica.
Por otro lado, su espíritu positivo, como apreciará quien lea su testimonio, ha sido la clave fundamental que la ha conducido hasta el portus quietis, a la meta de esta enorme travesía en las oposiciones de Lengua. Eso ha hecho que haya asumido los elementos a mejorar y se haya preocupado de hacerlo con verdadera alegría y fe.
Organizar tu propia boda mientras te preparas las oposiciones; obtener la plaza y casarte acto seguido son acontecimientos vitales que son realmente extraordinarios y que, de seguro, resultarán inolvidables para ella y un hito para todos sus seres queridos, venidos y por venir. Un ejemplo de entereza, dedicación y fe.
Dos elementos fundamentales en las oposiciones de Lengua
Hay en su testimonio dos elementos que me ha encantado. Por un lado, remarca el crecimiento personal que supone preparar a conciencia las oposiciones; por el otro, subraya la importancia de dirigirse con asertividad hacia nosotros cuando flaquean las fuerzas. Es fundamental hacerlo porque lo que no expresamos, no existe. Y sin esa manifestación de dudas, es imposible ayudar hasta el punto que sea preciso.
Todo esto es Pilar. Por ello ha obtenido la plaza, por ello va a ser una gran profesora para la Comunidad de Madrid y por ello nos alegramos y les damos a todos (padres, alumnos, profesores y a ella misma) nuestra enhorabuena.
¡Ah y también para su boda! ¡Qué seáis muy felices!
Filóloga por vocación
Soy Pilar, filóloga por vocación y profesora por el bendito destino. Conseguir la plaza ha sido como subir a la cima de la montaña que se ve en la foto: un camino largo, empedrado y cuesta arriba. Como en la subida a esa cima, en el camino hacia la plaza me he dejado apoyar por los mejores. Déjame que te cuente mi historia.
Estudié Filología Clásica y, enamorada del mundo de la filología y de la investigación, decidí hacer el Máster de Investigación para quedarme en la universidad. En ese año me di cuenta de que la investigación no era todo lo que me habían prometido y decidí buscar otros caminos profesionales al acabar.
Docente por el bendito destino
Había renegado de la enseñanza siempre. SIEMPRE. Pero hice el Máster de Profesorado por tenerlo ahí, porque estaba un poco perdida. Entonces, llegaron las prácticas. Y lo encontré. Encontré ese “clic” al encajar las piezas: tenía que saber mucho para poder dar clase, así que había que investigar y empaparse; se me daba bien traducir conocimientos técnicos al lenguaje de los alumnos; y, sobre todo, me sentía muy realizada enseñando y conectando con ellos, aportando mi granito de arena a la sociedad.
En esas prácticas, no solo di Latín; di Lengua de 3º. de ESO y me descubrí disfrutando muchísimo al enseñar La Celestina. Al año siguiente, a través de las listas extraordinarias, me asignaron solo a Lengua Castellana y Literatura. Y otra vez un año increíble redescubriendo la mística española y las Soledades de Góngora para un primero de Bachillerato que me ponía contra las cuerdas porque siempre querían saber más.
Los caminos del Señor son inescrutables y acabé dando Lengua
Los caminos del Señor son inescrutables, al parecer. Tuve un pálpito y decidí que si el mundo se empeñaba en ponerme a dar clase de Lengua en vez de Latín, iba a prepararme las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura. Me presenté a la convocatoria de 2021 por probar y entrar en listas ordinarias y aprobé el comentario: estaba lista para ser interina y darlo todo en la siguiente.
Pero repito, los caminos del Señor son inescrutables y a mi pareja la destinaron al extranjero y… me fui. Pasé tres años en el extranjero, apartada por completo de la filología, de la enseñanza y de la literatura, disfrutando de otras cosas.
En agosto de 2024, recién llegada, estresadísima con la mudanza y reactivada en las listas, me dieron una media jornada y me dije: “es este año, tiene que serlo”. Así que necesitaba ayuda y me lancé a bucear en la inmensidad de preparadores que aparecen en Google.
Opolengua me pareció la mejor opción para preparar las oposiciones de Lengua
Después de mucho bucear y sopesar, Opolengua me pareció la mejor opción: seriedad, rigor y experiencia probada. Hoy, independientemente del resultado, puedo decir que no me equivoqué.
El equipo de Opolengua y Eduardo me han hecho el camino mucho más fácil
El equipo de Opolengua y Eduardo me han hecho el camino mucho más fácil, sobre todo porque los temas están muy bien resumidos sin escatimar contenidos (en mi tema saqué un 9.12) y los vídeos de comentario son detallados y con una profundidad que ya querrían muchos profesores de universidad (no sé qué habría sido de mí sin los vídeos del comentario filológico). Y las correcciones son exhaustivas y reales, diciéndote las cosas como son: si esto está mal, está mal. Así, cuando recibes una corrección positiva sabes que el criterio es real, que estás preparada para ponerte delante del tribunal. Eduardo no es tu padre ni Opolengua te va a dar las cosas mascaditas, esto es para aquellos que quieren trabajar y dejarse los codos, pero apoyados por profesionales rigurosos y flexibles que van a amoldar el curso a lo que vas necesitando porque la vida es imprevisible.
Un año duro y precioso: crecer estudiando las oposiciones de Lengua
Ha sido un año duro, de estudiar prácticamente todas las tardes hasta que me dolían los ojos y de sacrificar planes con amigos. Un año de replantearme mil veces las cosas y de desesperarme. Pero también un año precioso, porque he leído mucha literatura y he disfrutado aprendiendo. Además, he podido dar clase a mis alumnos estando mucho más preparada que nunca.
Mi consejo es contactar con Eduardo cada vez que flaqueen las fuerzas y dejarse guiar en el proceso
Sin duda ha sido un año para no olvidar. Un año en el que he tenido que confiar en que estaba haciendo las cosas bien, a pesar de que al principio parecía que no avanzaba apenas nada. Mi consejo es contactar con Eduardo cada vez que flaqueen las fuerzas y dejarse guiar en el proceso, porque realmente el equipo de Opolengua sabe lo que hace. Es emocionante ver cómo poco a poco todo empieza a cobrar sentido, cómo has sido capaz de aprenderte 25 temas en nueve meses, de realizar todos los tipos de comentario y de llevar preparada la programación.
¡Llegué a la cima y organizando a la vez mi boda!
Y ahora ya lo tengo, ya llegué a la cima. Diría que es el destino, que me ha regalado la plaza como regalo de la boda que estoy preparando para septiembre (una odisea para otro libro lo de organizar una boda al tiempo que se prepara una oposición). No obstante, voy a ser sincera: esto no me lo ha regalado nadie. Es fruto del sudor y las lágrimas de este año y del apoyo constante de Opolengua.
Un sueño cumplido: saber que me puedo dedicar para siempre a algo que me hace feliz
Ahora queda lo mejor: formar parte de la vida de mis alumnos y compartir con ellos nuestra literatura, hacerlo mientras disfruto y sigo aprendiendo (docendo disco, que dice el refrán), a la vez que me siento útil, porque la realidad es que la sociedad actual necesita de profesores comprometidos más que nunca. Para mí es un sueño cumplido saber que me puedo dedicar para siempre a algo que me hace feliz.









