lengua castellana, te ayudamos con las oposiciones
Opolengua contacto de instagram

Testimonios Oposiciones de Lengua 2025

Ya van apareciendo las listas de aspirantes seleccionados de las oposiciones de Lengua 2025. Lo más característico de estas oposiciones ha sido el enorme número de plazas que han quedado desiertas, aspecto que ha sido noticia en la prensa nacional y sobre el que escribimos diferentes artículos. A pesar de todo esto, han obtenido plaza al menos 28 personas que realizaron nuestros cursos. Entre ellas están estas que amablemente nos han dado permiso para publicar sus nombres en esta lista. Alejandra García Pujol (Andalucía), Alba Úriz Malón (Navarra), Ana María Valverde Lupión (Ceuta), Carmen Millas Larios (Madrid), Eloy Fernández Cruz (número 1 de Castilla La Mancha), Irene Soler Porta (Comunidad Valenciana, número 1 de su tribunal), Julia Pérez Pérez (Andalucía), Laura Juárez González (Comunidad Valenciana, número 3 de su tribunal), Luis Calvo Castro (Madrid), Mari Carmen Gutiérrez Luque (Andalucía), María Virginia Lorenzana Fidalgo (Castilla León), Nerea Navarro Huici (Navarra), Pilar Galán Mateos (Madrid), Rocío Manzano Castro (Madrid), Virginia Marín Marín (Navarra) y Beatriz Domingues López (Andalucía). Puedes ver algunos de estos testimonios en este enlace Testimonios 2025.

Irene Soler Porta, número 1 de su tribunal (Comunidad Valenciana)

Irene Soler Porta. Opolengua. Preparador de Lengua.

Mi vocación siempre fue ser profesora de Lengua Castellana y Literatura

Mi nombre es Irene y, como muchos que estamos en este proceso, siempre he tenido clara mi vocación: ser profesora de Lengua Castellana y Literatura. Desde muy pronto supe que lo mío eran las palabras y su poder literario y que la docencia era mi canalización para expandir esa pasión. Por eso, cuando terminé el máster de formación del profesorado, no lo dudé: me lancé de lleno al aula como interina. Quería aprender desde dentro, sentir el pulso real del trabajo docente, saber a qué me enfrentaba y, por supuesto, seguir formándome para alcanzar el objetivo final: una plaza.

Las oposiciones de Lengua 2023: segunda de mi tribunal, pero sin plaza…

Mi primer intento fue en el proceso de estabilización en 2023 en la Comunidad Valenciana. Me lo tomé muy en serio, trabajé muchísimo y, aunque no fue un camino fácil, acabé contenta con el resultado: quedé segunda de mi tribunal. Sin embargo, como tantas personas nuevas en el sistema, me encontré con el muro de los méritos. La plaza se escapó por muy poco. Fue un golpe duro, porque sentía que había dado lo mejor de mí, pero también comprendí que en este tipo de procesos hay factores que no dependen solo de nuestro esfuerzo.

Un respiro activo en 2024

Tras esa experiencia, decidí tomarme un pequeño respiro activo. Me matriculé en un segundo máster, con el objetivo de sumar puntos, pero también de recargar energías antes de enfrentarme a una nueva convocatoria. A veces, parar de forma estratégica permite volver con más fuerza y claridad. Ese año me sirvió justo para eso: reafirmar mi compromiso con la docencia, seguir formándome y volver a conectar con el estudio desde otro lugar.

La disciplina y la organización de 2025 han sido claves en el camino a la plaza en las oposiciones de Lengua

Y así llegamos a 2025. Este ha sido, por fin, mi año. El año en que la plaza ha llegado. No puedo decir que haya sido un camino sencillo. Durante todo este tiempo no he dejado de trabajar como profesora y compaginar el día a día del aula con la preparación de la oposición ha sido un auténtico reto. Cada hueco libre se convertía en tiempo de estudio, cada momento robado al descanso era una oportunidad para repasar o avanzar. Sin duda, lo más difícil ha sido no poder desconectar nunca del todo, vivir con esa sensación de “deber pendiente” que nos acompaña a lo largo de todo el proceso.

Todos los apoyos son fundamentales para alcanzar la plaza en las oposiciones de Lengua

Por eso creo que es fundamental apoyarse en compañeros que están en el mismo barco. Tener cerca a personas que te entienden, que comparten miedos y objetivos, es un gran alivio emocional. También ha sido clave contar con un preparador accesible y comprometido como Eduardo. Su acompañamiento ha sido constante, humano y realista. No se trataba solo de corregir comentarios o enviar materiales, sino de entender que, detrás de cada entrega, hay un esfuerzo enorme y una persona que necesita también saber cuándo parar, cuándo descansar, cuándo confiar.

El apoyo de Opolengua

Durante este tiempo, he tenido que enfrentarme a inseguridades que arrastraba de intentos anteriores. Sabía que mi preparación era buena, que esta vez estaba dando todo lo que podía, pero aún así el “¿y si…?” siempre estaba ahí. En ese sentido, Opolengua ha sido una herramienta muy valiosa para consolidar mis conocimientos. Los temas tienen una estructura clara, un discurrir que facilita la comprensión y la memorización, y las correcciones de los comentarios literarios son pormenorizadas y muy útiles. En mi caso, me han permitido detectar errores recurrentes, ajustar mejor mis análisis y sentirme más segura en la prueba práctica. A las pruebas me remito: primera de mi tribunal en las dos fases (teórico y práctico + defensa de programación y situación de aprendizaje).

La satisfacción de ver que todo el esfuerzo ha merecido la pena

La oposición, lo sabemos, no siempre es un proceso justo. Hay muchos elementos en juego: experiencia previa, méritos, suerte incluso. Ser joven (yo tengo 26) y llevar poco tiempo en el sistema a veces complica aún más las cosas. Pero no es imposible. Es duro, sí, pero si uno proyecta su objetivo y se compromete con él, con inteligencia, constancia y el apoyo adecuado, se puede lograr. En mi caso, ha supuesto muchos sacrificios, pocas horas de sueño, menos tiempo para mí, pero también una enorme satisfacción al ver que todo ese esfuerzo ha merecido la pena.

Acompañar a nuestros alumnos en su descubrimiento del mundo es un privilegio

Porque, al final, todo esto lo hacemos por una razón muy sencilla y poderosa: queremos ser docentes. Queremos acompañar a nuestros alumnos en su descubrimiento del mundo a través de las palabras. Y eso, con todo lo difícil que tiene el proceso, sigue siendo un privilegio.

La cosmotravesía en las oposiciones de Amaya García Arregui

Amaya García Arregui. Oposiciones de Lengua. Opolengua

Cosmotestimonio

De las similitudes entre las oposiciones de Lengua, la navegación marítima y la espacial

Esto es opositar: navegar (Eduardo hace bien en usar el barco, la travesía, como metáfora) por un espacio inabarcable, sin remos y con oleaje. Tú contra los elementos. O si navegas por el espacio exterior, es decir en medio de la NADA (con lo que ello conlleva), se trata de una lección de humildad y sacrificio, dos virtudes que desarrollan los astronautas cuando practican un paseo espacial para arreglar cualquier chirimbolo de la Estación Espacial Internacional. Continuemos con lo del astronauta, pues aunque (spoiler) nunca he subido «allí arriba», sé algo más del tema.

¿Por qué se hace la gente astronauta?

¿Por qué se hace la gente astronauta? Por idealismo. Quizá, también, por curiosidad, afán científico y de trascendencia. No conozco a ningún astronauta que se apuntara a las pruebas de selección por el sueldo que pagan o por la «comodidad» del oficio; cada hora que están ahí afuera les carcome los huesos. A todos les va un poco el riesgo, pero no son yonquis de la adrenalina sin más (esos hacen balconing). Simplemente, están dispuestos a asumir los peligros que implica la exploración espacial para hacer avanzar nuestro conocimiento del cosmos. Tiene que ver con la evolución de la humanidad (o eso piensa la mayoría), y lo hacen «por la causa».

¿Por qué me lance a preparar las oposiciones de Lengua?

Estas razones, más o menos, son las que me movieron a mí a opositar, y sospecho que son las que incitaron a la mayoría de doctonautas que hoy ejercen en los centros públicos de enseñanza. Ser docente de la pública es un trabajo increíble, en el que puedes marcar la diferencia para una serie de alienígenas pequeños, desorientados y revoltosos, y en el que puedes descubrir e incluso producir tesoros (rescatar a alguien del absentismo, hacer crecer la sensibilidad lectora en los más reacios, mostrarles su potencial) que pueden cambiar –acumulativamente­– el rumbo de nuestra especie. Bueno, a veces los aliens muerden, cierto.

Y es que lo más difícil, pero a su vez lo más bonito, de la pública, es que se trata de una misión abierta. Su nave nos transporta a todos, exploradores y marcianitos, con nuestra singularidad a cuestas. La pilota la Administración, especie claramente exoplanetaria cuyos designios nadie ha logrado descifrar aún, pero… volvamos al tema.

Ser docente de la pública es un privilegio

Así pues, ser docente de la pública es un privilegio, pero para conseguirlo hay que opositar. Y para eso se necesita, como para cualquier tarea muy especializada, un alto grado de preparación.

¡Ojo! Años y años de estudios no bastan. Esto requiere un entrenamiento específico, que solo ciertos maestros están en condiciones de proporcionar. Y ahí es donde entran en juego Eduardo y la preparación que ofrece Opolengua.

Mi contacto con Eduardo y el Curso Opolengua Oro 2025

Yo había estudiado un máster en el extranjero, había hecho un doctorado con mención internacional y había escrito tres libros. Hablo cuatro idiomas, vivo rodeada de académicos y siempre me ha gustado estudiar. Nada de esto me habría dado (aunque sí ha ayudado para los méritos) la plaza. Por suerte, decidí buscar asesoramiento y contacté con Eduardo para hacer el Curso Opolengua Oro 2025. Empecé en septiembre de 2024 y me zambullí a fondo en el trabajo. Tuve la fortuna de poder dedicarme por entero a la oposición a lo largo del curso pasado: si yo fui doctonauta durante diez meses, mi marido fue el malabarista (trabajo, tres niños, recados, etc.). ¡Pobre!

Yo no era filóloga de formación

Al no ser filóloga de formación, tenía muchas lagunas y dudas. Cuanto más avanzaba, más crecían las lagunas, pues iba descubriendo todo lo que aún ignoraba. Muy agobiada, el cénit de dificultad me lo encontré de bruces el 17 de diciembre de 2024. Había salido a correr y, mientras lo hacía, me estaba metiendo mucha presión porque lo había dejado todo para opositar. En concreto, la escritura. También había invertido tiempo y dinero en el máster y en la preparación y me estaba diciendo a mí misma que no podía fallar-no podía fallar-no podía fallar-y-no podía fallar cuando ¡pum!: no vi un coche al cruzar la calle y este me atropelló.

Opositando se viven momentos muy duros porque a nadie le gusta que su destino dependa de tantos factores aleatorios sobre los que no se puede tener ningún control, como las bolas que salen ese día, la gente que compite contigo en tu tribunal o la idiosincrasia de quienes leen tu examen y escuchan tu defensa. En mi caso, esa ansiedad acabó en una fractura múltiple del pómulo y una prótesis de titanio que sujeta el desaguisado. De doctonauta pasé a ciborgprofe.

El accidente me hizo tomar conciencia de mis límites y me ayudó a redefinir mi ritmo de trabajo.

El accidente me hizo tomar conciencia de mis límites y me ayudó a redefinir mi ritmo de trabajo. La ansiedad reapareció a veces (sobre todo al final), no voy a engañar a nadie. Pero durante un tiempo pude distanciarme del estudio y, al volver a él, conseguí ser más pragmática e ir a lo importante.

De cómo acaba mi cosmotravesía opositora-espacial

No obstante, el mayor acierto, sin duda, fue recurrir a Opolengua. No estuve sola en ningún punto del camino, y Eduardo tiene una especial habilidad para «estar ahí» siempre y sin embargo ser discreto y funcional. Siguiendo con la metáfora espacial, él es el ordenador de a bordo, del que el astronauta lleva una interfaz en la muñeca, para no perderse.

Pero no es solo eso: también es el traje con sus muchas capas, que te protege del vacío; es la maqueta de los paneles exteriores de la nave, con la que tú te entrenas antes de salir a repararlos de verdad; es la piscina que simula las condiciones gravitatorias de la prueba y el piloto del vuelo parabólico que te lanza en picado para darte unos segundos de ingravidez; también es la máquina que rueda y te voltea sin parar hasta que tu estómago logra resistir la fuerza del despegue; es el instructor puntilloso que te hace repetir los chequeos de seguridad hasta que los automatizas y los realizas hasta en sueños; es la cuerda que te une a la nave y la mochila propulsora por si la cuerda se rompe; es la humanidad entera, allí abajo, expectante por conocer el resultado de tu hazaña y, sobre todo, es Houston.

Un auténtico Control de Misión permanentemente conectado para ofrecerte, a ti, toda su experiencia, que es inmensa.

Si te lanzas al espacio, él te llevará a buen puerto seguro. Disfruta del camino y, por supuesto, mira antes de cruzar.

Opolengua. Oposiciones de Lengua, Julia Pérez

Una plaza a la primera

Mi nombre es Julia Pérez, tengo veinticuatro años y he cumplido un sueño: he conseguido mi plaza como profesora de Lengua Castellana y Literatura en tan solo un año. Sin embargo, aunque haya aprobado a la primera, ha habido mucho esfuerzo detrás.

Desde tercero de carrera ya comencé a buscar preparadores

Soy graduada en Filología Hispánica por la Universidad de Cádiz, pero, antes que filóloga, siempre quise ser profesora. Y es por ello por lo que, ya en tercero de carrera, durante el curso 2021/2022 comencé a buscar preparadores y academias de oposiciones. Ese año fue muy duro para mí y lo único que me animaba a terminar el grado era el deseo de, en el futuro, poder estar en un aula, así que, cuando me topé con la web de Opolengua y con su Ponte a prueba. Me convertí en una fiel seguidora y, semana a semana, leía cada publicación, a pesar de que no me podía presentar aún a las oposiciones porque ni había terminado la carrera ni tampoco el máster. Sin embargo, esto me acercaba un poco al aula, a la enseñanza, conectaba con mi vocación.

Obtener la plaza a la primera en las oposiciones de Lengua es una suerte pero no un regalo.

Como os decía, aprobar a la primera es una suerte, pero no un regalo. Contacté con Eduardo en enero de 2024 y, en julio de ese mismo año, tras finalizar el máster de educación, comencé a estudiar. Para cuando llegó septiembre, llevaba dos temas estudiados.

Mi objetivo era llegar a las oposiciones de Lengua de 2025 con, al menos, la mitad del temario

Mi objetivo era llegar a las oposiciones de 2025 con, al menos, la mitad del temario. Aunque estudié en verano, no fue hasta septiembre cuando empecé a establecer una rutina de estudio que me permitía dedicar entre 6 y 8 horas al día a la preparación. Cada jueves entraba en la plataforma y realizaba absolutamente todos los ejercicios del Curso Total y, sin duda, mi parte favorita era la programación.

He intercambiado con Eduardo cien correos

Durante este año, he intercambiado casi 100 correos (sí, los he contado: ¡vaya pesada!) con Eduardo sobre corrección o dudas de la programación y las unidades. Le dedicaba tanto tiempo a pulir mi propuesta que, para el mes de marzo, la tenía totalmente acabada y podía dedicarme únicamente a afilar detalles. Todo esto, por supuesto, sin dejar a un lado el estudio de los temas, los repasos y la prueba de comentario.

Llegué al día de las oposiciones con más de la mitad del temario estudiado

Para el día del examen, no solo había cumplido mi objetivo, sino que además lo había superado: llegaba con más de la mitad del temario estudiado. Esto fue posible gracias al insuperable método de repasos que, aunque al principio posponía por aburrimiento, pronto entendí que era la única forma de alcanzar el éxito.

El miedo a salir de casa me creaba ansiedad

Sin embargo, lo más duro de preparar la oposición de 2025 no ha sido este año de estudio, en el que por supuesto ha habido momentos de todo tipo: alegrías, llantos, ansiedad, desmotivación, ilusión… No creo que nada de esto os sorprenda si habéis pasado por aquí. Pero sí me gustaría compartir con vosotros un trocito de mi historia personal, por si puede ayudar a alguien: en 2019, cuando tenía que irme fuera de mi pueblo a estudiar la carrera, comencé una batalla contra mí misma. Aunque parezca difícil de creer, a mis 18 años de entonces, nunca había salido de casa: nada de viajes escolares, ningún finde con amigas, ni siquiera una fiesta de pijamas infantil.

Y aquí viene mi enemigo del momento: una ansiedad enorme provocada por el miedo a salir de casa. El primer día que me quedé en el que sería mi piso de estudiantes fui un mar de lágrimas: no quería estar allí, pero sabía que no tenía otra opción. En algún momento tenía que superar el miedo irracional que me suponía el estar lejos de casa, y ese momento era entonces. Por si os lo preguntáis: sí, conseguí superar la ansiedad y todos los temores que mi mente imaginaba pero que, en realidad, no existían. Y, después de lograr algo que me atormentaba y que para cualquiera no es más que una experiencia cotidiana, lo más difícil ya estaba hecho.

Apoyo incondicional de mis padres, mi hermano y mi pareja

Esto fue mucho más sencillo con el apoyo incondicional de mis padres y mi hermano, que también han sido mis pilares durante esta travesía hacia la plaza, junto con mi pareja. Sin ellos, este año hubiera sido mucho más difícil de llevar a cabo, sin su confianza ciega, sus mensajes de ánimo y sus hombros en los que llorar. Del primer día al último. Y, por supuesto, sin la ayuda de Eduardo: atento siempre a los correos de dudas, la corrección exhaustiva de cada una de las entregas y la calidad y el rigor de todo su material de estudio. Aunque contacté con él en 2024,cuando por fin podía prepararme, siempre fue mi elección, desde que lo descubrí en 2021.

Gané la batalla a la ansiedad

Para acabar, contaba antes la historia de la ansiedad porque quien la ha sufrido sabe que nunca te suelta. Y así ha sido también durante este año: una compañera más, a la que a veces he sabido controlar y otras veces me ha controlado ella a mí, pero una vez más he ganado yo.

Y esta es la lección más importante que extraigo de mi año opositando: si ya había lidiado con otras situaciones que en su momento me hacían ver los molinos de viento como gigantes, el estudio y la falta de disciplina no podían ser piedras en mi camino hacia la plaza, y en esto he basado mi motivación de este año: lo que un día fue una debilidad, me hizo más fuerte y me ha empujado a estar sentada, día a día, en el escritorio delante de cientos de folios subrayados con una certeza: una plaza tenía que ser mía.

Una plaza en las oposiciones de Lengua puede ser tuya también

Y a ti, que estás aún en el camino, una plaza también puede ser tuya si es tu decisión vital: la preparación empieza hoy. A por todas y, como dice Eduardo, ¡a por la plaza! Nos vemos en las aulas.

Determinación en las oposiciones de Lengua. Laura Juárez (Comunidad Valenciana)

Laura Juarez. Opolengua. Preparador de Lengua

Plaza en las oposiciones de Lengua con veinticuatro años y al primer intento

Me llamo Laura Juárez, tengo veinticuatro años y he conseguido plaza de profesora de Lengua Castellana y Literatura quedando tercera de mi tribunal. Era la primera vez que me presentaba. Sé que parece el comienzo de la típica historia que te cuentan cuando estás opositando y que tanta frustración genera (“pues yo conozco a alguien que a la primera se la sacó…”). Pero es real. Totalmente real, aunque me cueste creérmelo. Eso sí, hay mucho trabajo detrás.

Ya en segundo de Bachillerato (2018) sabía que las oposiciones de Lengua de 2025 eran mi objetivo

Desde que estaba en segundo de Bachillerato (2018) sabía que las oposiciones 2025 de Lengua eran mi objetivo. Cada paso que iba a dar estaba encaminado a ello. Salí de la carrera en 2022 y directamente hice el máster de Educación. Recuerdo lo nerviosa que me ponía al escuchar hablar de las oposiciones en clase o contar los meses que quedaban.

En 2024 entré en contacto con la docencia en el instituto

Estuve trabajando en una academia hasta que en febrero de 2024 entré en la bolsa de Latín (tengo la mención en Filología Clásica). Y justo ahí supe que tenía que empezar a prepararme porque dar clase en un instituto era tan increíble como lo había imaginado y quería que ese fuera mi trabajo. 

La búsqueda de un preparador para las oposiciones de Lengua: Opolengua

Justo cuando entré a trabajar en el instituto empecé a buscar preparador para las oposiciones 2025. Quedaba más de un año, pero me daba igual. Al ser la primera vez que me enfrentaba a esto, no quería que el tiempo se me echara encima, así que empecé a hacer las primeras sesiones de Opolengua. Pero claro, cuando llegó el final de curso, con sus evaluaciones finales, informes de tutoría y demás burocracia, tuve que hacer una pausa que duró hasta septiembre. 

Cuando el 1 de septiembre me senté en el escritorio, sabía que no iba a dejar de estudiar hasta el día de antes del examen. Y así fue.

Mi pareja, mis condiciones de estudio y mi esfuerzo han sido la clave

Mis condiciones de estudio han sido relativamente buenas: un sitio tranquilo donde estudiar; una pareja que me apoya sin dudarlo… Pero combinar trabajo (a 45 minutos de casa en coche) y estudio ha resultado ser tremendamente complicado. Toda mi rutina giraba en torno a estudiar: preparar clases corriendo; comer corriendo; entrenar corriendo; vivir corriendo para asegurarme de que estudiaba todo lo que podía. Y hay días en que eso significaba estudiar solo 1 hora porque mi mente estaba agotada.

También hubo momentos de duda al estudiar las oposiciones de Lengua

Pero lo más duro era, sin duda, los días en los que creía que estaba perdiendo el tiempo; que era imposible sacarlo a la primera; que yo sabía menos que el resto porque me faltaba experiencia. También la presión económica y laboral, porque en la Comunidad Valenciana no hay manera de subir en la bolsa por puntos. O sacas plaza, o te quedan años de recorrer institutos sin la certeza de que al siguiente año tendrás vacante.

He aprendido que puedo cumplir cualquier cosa que me proponga

He aprendido que puedo cumplir cualquier cosa que me proponga. Tener el objetivo sacarme la plaza sonaba tan inviable que cada vez que se me pasaba por la mente la posibilidad de que fuera cierto dudaba de mí misma y de mi capacidad.

Ah, y he entendido que debo confiar en mi criterio, por encima de todo. Porque yo sabía que el primer texto del práctico era La Lozana andaluza y no lo puse porque no confié totalmente en mí. Aun así debí hacerlo bien porque fui cuarta de mi tribunal en la primera parte. Nunca más me volverá a pasar.

¿Cómo me ha ayudado Opolengua?

Eduardo siempre está detrás. Desde el primer día que contacté con él sabía que iba a estar respaldada. Yo ya tenía hábito de estudio porque, en realidad, llevaba sin dejar de estudiar desde los 12 años. De hecho, creía que en lo que al método de estudio se refería  no iba a descubrir nada nuevo. Pues todo lo contrario. El método de Opolengua es infalible. Sé con total certeza que pasarán años y me seguiré acordando de los puntos de los esquemas del archivo. 

Eduardo contesta emails, da igual que sea el quinto del día o que sean las 23:00 de un domingo. Corrige, ayuda y acompaña. Y estaré siempre muy agradecida.

La enseñanza de este maravilloso viaje ha sido aprender a creer en mí

Tengo 24 años y estoy segura de que no soy totalmente consciente del impacto vital que esta plaza tendrá en mi vida. Creo hacerme una idea, pero sé que me daré cuenta con el paso del tiempo. Pero lo que sí sé es que, si pudiera hablar con Laura de hace un año, le daría un abrazo y le diría: “confía”. 

Cada lágrima; cada hora de escritorio; cada día en que le aseguraba a mi pareja o a mis padres que iba a dejar la oposición ha tenido una recompensa muy valiosa: aprender a creer en mí. Porque la plaza es el objetivo cumplido, pero el aprendizaje y la madurez son un éxito vital. Así que, si me estás leyendo, sigue, hasta el final.

Antes de irme, te dejo por aquí una cita de Sanderson que me ha acompañado este año:

Vida antes que muerte. Fuerza antes que debilidad. Viaje antes que destino.

¡Nos vemos en las aulas!

Opolengua. Testimonio Luis. Oposiciones de Lengua
Esta es la mesa en la que Luis estudió la oposiciones de Lengua

De cómo mi amigo Luis obtuvo su plaza en Madrid

Todos sabemos lo difícil que ha sido sacar plaza este año en las oposiciones de Lengua en Madrid. Nosotros hemos preparado unas cuantas personas que lo han conseguido a pesar de los pesares. Y Luis es una de ellas. Para mí ha sido una enorme satisfacción que lo haya conseguido.

¿Cómo es Luis?

De Luis puedo decir muchas cosas, porque lo conozco bastante bien, pues he tenido mucho contacto con él en los últimos años.

Supe de Luis hace ya dos años. Él quería preparar las oposiciones de Lengua y estaba buscando ayuda para encarar su travesía personal. Nos pusimos de acuerdo y acabó realizando el Curso Oro, que es nuestro curso más completo y con más tareas. En diciembre de 2024 nos conocimos personalmente, pues vino a la presentación en Madrid de mi novela El espíritu de la frontera, ya que él me había ayudado a publicarla, dándome además diferentes juicios sobre la misma que me resultaron muy útiles al realizar la versión final. En estos dos años, por tanto, hemos tenido tiempo de muchas cosas, de intercambiar miles de correos, bastantes llamadas telefónicas y hacer una amistad que, Dios lo quiera, dure toda la vida.

Hay otras tres cosas que aún no he dicho, pero que son palpables en este artículo. Es muy generoso (y de ahí sus halagos a nuestro trabajo), tiene talento literario (como puede verse en su escrito) y le gusta pasar inadvertido (y por eso no quiere. poner su apellido).

Yo quiero ser como el genio de la lámpara de Aladino

La verdad es que, como digo a los opositores cuando contratan el curso, yo soy como el genio de la lámpara de Aladino. Tal y como decía Amaya en su testimonio del otro día, si se me pone un correo o se me hace una llamada, quiero estar siempre.  Aparezco e intento ayudar a resolver el problema o las dudas. Y me gustan los opositores rigurosos y meticulosas que plantean de forma abierta sus dudas. Una duda que resuelve el propio opositor por sí mismo puede ser un acierto, pero también puede resultar un error. Una duda compartida tiene más posibilidades de convertirse en un momento de crecimiento en la preparación. Y como digo yo siempre, la segunda persona más interesada en que un opositor obtenga la plaza soy yo.

Yo soy un preparador de Lengua completamente profesionalizado

Yo no soy un diletante que mantiene la plaza en el instituto y en sus ratos libres se dedica a preparar para redondear sus ingresos mensuales. No. Nunca me lo planteé así. Yo estoy absolutamente profesionalizado. Me gusta cómo vivo y me gusta mucho lo que hago. Y solo hay una manera de garantizarme esta forma de vida. Y es que los opositores saquen la plaza. Igual que a un delantero centro le avalan sus goles, a mí me avalan el número de personas que obtienen la plaza en las oposiciones de Lengua. Gracias a Dios desde 1999 han sido centenares y desde hace ya años, sus éxitos me permiten estar en excedencia completa.  

Una plaza muy azarosa

La plaza de Luis ha resultado, como muchas otras este año, muy azarosa. El cambio en los ejercicios y la rigidez de su plantilla de evaluación (no me gusta llamarla rúbrica) llevó a una tasa de suspensos elevadísima en Madrid, que la ponía en las mismas condiciones de 2016, cuando se dio una circunstancia similar. Luis había hecho un tema soberbio, pero no había contestado a algunas de las preguntas del práctico pues eran a todo o nada y prefirió concentrarse en otras. La escabechina llevó a los tribunales (tal y como anunciamos en nuestra entrada de aquellos días) a ser más ecuánimes en las reclamaciones y Luis consiguió aprobar. Fue una de las mejores noticias de este año para mí.

La plaza de Luis es una gran noticia para todos

Y lo fue porque Luis es una persona muy meticulosa y exigente, que siempre quiere llegar al fondo de las cuestiones y resolverlas acertadamente. De ahí que haya realizado todas las tareas del Curso Oro (y no es fácil porque es un curso muy denso).

Y lo fue porque yo sabía que su programación era magnífica y estaba llena de grandes hallazgos. Luis es una persona inteligente, muy creativa y con una gran capacidad para conectar con lo que le resulta atractivo a un adolescente. Su creación era rigurosa y tradicional en cuanto a sus contenidos, pero era a la vez era muy novedosa y original, con un gran equilibrio entre las nuevas tecnologías aplicadas con gran sentido común y el amor por la literatura. Tenía todas las unidades del curso completamente desarrolladas sesión a sesión. Yo estaba convencido de que, si llegaba a la encerrona, la plaza era segura. Y así fue.

Por todas estas razones, estoy encantado de que haya obtenido la plaza. Pero queda una más: estoy convencido de que la Comunidad de Madrid ha ganado un activo inmejorable para alumbrar sus aulas, por lo que nos tenemos que dar la enhorabuena todos nosotros.

Oposiciones de Lengua. Opolengua. Alba Úriz
En la imagen, mi hija y yo al día siguiente de que salieran las notas definitivas. Nuestra primera excursión juntas en mucho, mucho tiempo. Qué felicidad.

“Esto es una opotortura”

Si me hubieran dado un euro por cada vez que he dicho esa frase, ahora estaría montada en un velero rumbo a Grecia. Y es que lo he sentido así: las oposiciones me han parecido una tortura. Como las gotas de agua de un grifo mal cerrado que caen y caen por la noche mientras intentas conciliar el sueño. Lo que pasa es que el premio no tiene precio.

Ofrecerle una vida mejor a mi bebé

Nunca había pensado en opositar. Me parecía una gesta comparable a entrar en Hogwarts o alcanzar un arcoíris. Pero me convertí en mamá monoparental, surgió la oportunidad del tiempo y, con la fuerza que me daba querer ofrecerle la mejor vida a mi bebé, en enero de 2024 me puse a estudiar para las oposiciones de estabilización de mi comunidad, Navarra. Con mucha, muchísima ayuda familiar y mucho, muchísimo esfuerzo personal (ni siquiera recordaba cómo se estudiaba, cómo se memorizaba, y además me sentía una intrusa en mi campo, porque, con los años, mis conocimientos filológicos se habían ido deslizando hasta las uñas de los pies), logré entrar en la lista preferente y pude trabajar cerca de casa, que es lo que yo quería.

Oposiciones de Lengua 2025: No hubo opotregua en Navarra

Cosas de la vida, no hubo opotregua tras eso, porque a finales de ese 2024, en Navarra volvieron a convocarse oposiciones para Secundaria: esta vez, las de toda la vida, las duras, las de reposición. Y yo no sabía ni por dónde empezar: no hacía un comentario de texto en condiciones desde la carrera y tampoco sabía cómo programar con la nueva ley (en las oposiciones de estabilización había sacado muy buena nota en el tema, pero muy floja en la unidad didáctica). Así que sabía que necesitaba ayuda.

Levantarme todos los días a la 4:00 para estudiar las oposiciones de Lengua

Navegando por Internet, llegué a Opolengua. Me encajaban la actitud alentadora y luchadora de Eduardo, además de su firmeza y claridad, y me encajaba que el material lo pudiese estudiar y visionar a mi aire, porque sobre todo he tenido que opositar de madrugada, mientras mi hija dormía en la habitación de al lado. Todos los días hacia las 4:00 de la mañana, como un reloj, arriba. Sin día de descanso, porque no me lo podía permitir. Sin ver a mis amigas y a mis amigos durante meses, porque tampoco me lo podía permitir. Y, lo más doloroso, sin pasar todo el tiempo que me habría gustado con mi pequeña. Por suerte, soy afortunada: mientras yo esquematizaba temas, reaprendía a comentar, corregía exámenes y trabajos del instituto, mandaba correos con dudas a Eduardo, jugaba al “¡Ponte a prueba!” de la web, lidiaba con la ansiedad y los criterios de evaluación, y aprendía de las correcciones que me hacían Virginia y Eduardo. Mi familia se encargaba de que mi hija me echase solo un poquito de menos.

Nunca pierdes si inviertes en un futuro mejor

Ha sido una época muy dura, una carrera de fondo de profundo sacrificio. Pero, sin duda, ha merecido la pena. Y aunque no hubiera sacado la plaza esta vez, porque soy consciente de que a la constancia y el duro trabajo debe acompañarlas la suerte (y sabemos que ese factor es clave en una oposición como la nuestra), también habría merecido la pena, porque nunca pierdes si inviertes en un futuro mejor.

Ánimo para todas las personas que se plantean opositar

Así que ánimo. Hay que abrazar los miedos que nos dicen que es imposible, que no valemos para esto, que los demás son mejores, porque con tesón, confianza y el tiempo que sea necesario para cada persona, de verdad que se puede.

Suerte y, como dice Eduardo, ¡a por la plaza!

PD: en la imagen, mi hija y yo al día siguiente de que salieran las notas definitivas. Nuestra primera excursión juntas en mucho, mucho tiempo. ¡Qué felicidad!

Mari Carmen Gutiérrez Luque (Andalucía): 45 años, tres hijos, un padre y un gran marido.

Opolengua. Oposiciones de Lengua. Mari Carmen Gutiérrez Luque.

La pasión de la enseñanza

Hola: mi nombre es Mari Carmen Gutiérrez. La docencia siempre ha sido mi pasión, me presenté en 2006, pero saqué un 4,89 en la primera prueba. Después comencé a trabajar en una empresa privada de mi pueblo y nacieron mis tres hijos. Pero la pasión me llamaba y en 2020 decidí dejar mi trabajo para poder preparar las oposiciones de Lengua de 2021. Además, el destino hizo que ese mismo curso me estrenara como profesora, ya que me asignaron un puesto de “Apoyo Covid”, pues en 2017 abrieron la bolsa extraordinaria y yo me había apuntado, aunque nunca pensé que me llamarían. Pero lo hicieron. A partir de empezar a trabajar, tuve más claro mi objetivo: sacar la plaza.

En 2021 contacté con Opolengua

En 2021 no tuve suerte y en agosto de ese mismo año contacté con Eduardo y comencé a estudiar y me matriculé en un máster en septiembre de 2021. En esa época mi madre falleció tras una dura enfermedad y estudiar, aunque parezca mentira, me sirvió de terapia. Aprobé las oposiciones de 2023 y 2024, pero sin plaza, y durante ese tiempo hice otro máster.

He preparado las oposiciones de Lengua todos los días

He preparado las oposiciones de Lengua todos los días. Unos días, ocho horas; otros días, cuatro horas y otros, dos horas; siempre en función de las circunstancias familiares que se presentaran. Pero he aprovechado al máximo cada minuto de estudio, al máximo. Todos estos años me he despertado a las cinco de la madrugada para poder estudiar, trabajar y dedicar tiempo a mi familia todas las tardes (unos días más horas y otros menos).

¡La segunda de mi tribunal!

Este año el trabajo de estos cursos ha dado sus frutos y he sido la segunda de mi tribunal, obteniendo la plaza. Aún me cuesta asimilar cómo he sido capaz de lograrlo con 45 años, tres hijos, trabajando a una hora de mi casa y cuidando a mi padre.

Las oposiciones de Lengua han sido una travesía muy dura

Este camino ha sido muy duro. En él, como he dicho antes, perdí a mi madre y mi padre enfermó el pasado verano. Además, le he robado tiempo a mi familia para poder estudiar, por lo que su apoyo ha sido crucial y esta plaza es tanto mía como de ellos.

Hay que afrontar la vida con una sonrisa

Pero todo sacrificio tiene su recompensa y a día de hoy puedo decir que todo tropiezo en la vida tiene una enseñanza. Hay que sacar el lado bueno de lo que nos sucede y no rendirse jamás. Hay que afrontar la vida con una sonrisa porque los momentos malos llegan solos y no debemos preocuparnos innecesariamente: si tenemos salud, podemos lograr nuestros objetivos, antes o después.

Lo importante es no rendirse

Además, para llegar aquí he contado con la ayuda de Eduardo. Sin su preparación (temas, programación, lecturas, comentario vivo…) y experiencia no lo hubiera logrado. Han sido cuatro años que me han servido, no solo para obtener la plaza, sino para ser mejor docente y comprobar que conseguir la plaza no tiene por qué ser a la primera: lo importante es no rendirse. Yo he llevado el ritmo de preparación que me han permitido mis circunstancias personales y familiares, pero contando siempre con su apoyo y comprensión.

Los sueños se hacen realidad

Así que aquí estoy con 45 años, mamá de tres niños, trabajando a una hora de mi casa y cuidando a mi padre, y logrando la plaza (después de tres años consecutivos aprobando). No vale rendirse, todo esfuerzo tiene su recompensa. Si se trabaja y se lucha, tarde o temprano, los sueños se hacen realidad.

Rocío Manzano Castro (Madrid): plaza en su primer intento en las oposiciones de Lengua

Rocío Manzano. Oposiciones de Lengua. OpolenguaScreenshot

Una profesora vocacional

Mi nombre es Rocío, y aunque tengo solo 24 años, se podría decir que llevo toda la vida dando clase. Empecé a los 16 años siendo profesora particular, y hasta ocho años después he continuado curso a curso formándome en esta profesión.

Siempre he sido una gran lectora–mi madre, cuando era pequeña, me castigaba sin leer–y fue esa gran afición lo que me hizo estudiar la carrera de mis sueños.

Hice la carrera de Estudios Hispánicos con la meta clara: dedicarme a la docencia. Cuando terminé, cursé el Máster de Profesorado en la misma universidad, la Universidad Autónoma de Madrid. Terminé en el año 2023, y sabiendo que quedaban dos años para poder presentarme a las oposiciones, empecé a estudiar por mi cuenta.

Mis primeras oposiciones de Lengua, curso 2023-2024

Durante el curso 2023-2024 trabajé como profesora de Inglés en una academia y traté de prepararme de manera autónoma, pero me costaba mucho retener los temas que iba estudiando. No sabía cómo preparar la prueba de comentario y escribía la programación a ciegas.

Curso Total 2025: una inversión para obtener la plaza en las oposiciones de Lengua

Cuando me encontré con Opolengua, en mayo de 2024, supe que debía aprovechar la oportunidad. El contratar el Curso Total supuso una fuerte inversión, pero viéndolo ahora con perspectiva, no pudo merecer más la pena.

La importancia del esfuerzo y la disciplina en las oposiciones de Lengua

Este curso 2024-2025 he trabajado como profesora de Lengua y de Latín en un centro educativo privado. Mi jornada laboral era de 8:30-17:00, por lo que, para poder estudiar unas 3 o 4 horas por la tarde, me levantaba a las 6:30 para ir al gimnasio. Ha sido la disciplina y la mirada hacia el futuro lo que me ha impulsado a no salirme de esta rutina.

El Curso Total de Eduardo es intenso y no precisamente fácil. Requiere mucha constancia, repetición de tareas, y días buenos y malos. Lo más duro para mí han sido los días de repaso, aunque a la larga, creo que han sido la clave para llegar a conseguir la plaza.

26 temas estudiados y un 9,47… ¡la mejor nota de mi tribunal!

Llegué a junio con 26 temas estudiados. No eran muchos, teniendo en cuenta que hay 72: tenía un 80% de posibilidades de que cayera alguna bola que me sabía. Decidí confiar en la suerte y finalmente cayeron dos que conocía: el tema 1 y el tema 14. Decidí escribir el tema 1 y saqué un 9,47, ¡la mejor nota de mi tribunal!

Decepción en el comentario: ¡justo para pasar a la siguiente fase!

Con la prueba de comentario, no tuve tanta suerte. Cierto es que no realicé todos los del curso de Eduardo, y tenía mis puntos fuertes y débiles. En estas oposiciones de Lengua, además, jugué con la desventaja de que no existían puntuaciones intermedias. En este punto llegó una gran desilusión: obtuve un 2,52, y la media ponderada me salía suspensa. Decidí reclamar y me subieron al 3,11, ¡justo para pasar a la siguiente fase!

Una programación muy innovadora y un 7,44: tercera de mi tribunal

En cuanto a la programación, decidí aportar un toque más “moderno” que el que me había recomendado Eduardo. Fue una decisión arriesgada, ya que dependía de la opinión de los miembros del tribunal. Jamás me había enfrentado a una encerrona, y no salí satisfecha de la defensa. Sin embargo, cuando salieron las notas, me llevé una gran alegría: mi nota era de 7,44, y me coloqué como la tercera de mi tribunal.

¡Mi agradecimiento a Opolengua!

A la espera del listado definitivo de plazas en estas oposiciones de Lengua 2025, no tengo sino palabras de agradecimiento para todo el equipo de Opolengua. Gracias por los materiales, recursos, explicaciones y correcciones, pero sobre todo gracias por la resolución de dudas y por todo el acompañamiento en el proceso.

¡Gracias por animarme y también por exigirme, porque gracias a vosotros he logrado aprobar las oposiciones de Lengua a la primera y cumplir mi sueño!

Una brillante travesía que finaliza en boda: Pilar Galán Mateos (Madrid)

Pilar Galán Mateos. Opolengua. Preparador de Lengua.

Dos elementos fundamentales en las oposiciones de Lengua

Hay en su testimonio dos elementos que me ha encantado. Por un lado, remarca el crecimiento personal que supone preparar a conciencia las oposiciones; por el otro, subraya la importancia de dirigirse con asertividad hacia nosotros cuando flaquean las fuerzas. Es fundamental hacerlo porque lo que no expresamos, no existe. Y sin esa manifestación de dudas, es imposible ayudar hasta el punto que sea preciso.

Todo esto es Pilar. Por ello ha obtenido la plaza, por ello va a ser una gran profesora para la Comunidad de Madrid y por ello nos alegramos y les damos a todos (padres, alumnos, profesores y a ella misma) nuestra enhorabuena.

¡Ah y también para su boda! ¡Qué seáis muy felices!

Filóloga por vocación

Soy Pilar, filóloga por vocación y profesora por el bendito destino. Conseguir la plaza ha sido como subir a la cima de la montaña que se ve en la foto: un camino largo, empedrado y cuesta arriba. Como en la subida a esa cima, en el camino hacia la plaza me he dejado apoyar por los mejores. Déjame que te cuente mi historia.

Estudié Filología Clásica y, enamorada del mundo de la filología y de la investigación, decidí hacer el Máster de Investigación para quedarme en la universidad. En ese año me di cuenta de que la investigación no era todo lo que me habían prometido y decidí buscar otros caminos profesionales al acabar. 

Docente por el bendito destino

Había renegado de la enseñanza siempre. SIEMPRE. Pero hice el Máster de Profesorado por tenerlo ahí, porque estaba un poco perdida. Entonces, llegaron las prácticas. Y lo encontré. Encontré ese “clic” al encajar las piezas: tenía que saber mucho para poder dar clase, así que había que investigar y empaparse; se me daba bien traducir conocimientos técnicos al lenguaje de los alumnos; y, sobre todo, me sentía muy realizada enseñando y conectando con ellos, aportando mi granito de arena a la sociedad. 

En esas prácticas, no solo di Latín; di Lengua de 3º. de ESO y me descubrí disfrutando muchísimo al enseñar La Celestina. Al año siguiente, a través de las listas extraordinarias, me asignaron solo a Lengua Castellana y Literatura. Y otra vez un año increíble redescubriendo la mística española y las Soledades de Góngora para un primero de Bachillerato que me ponía contra las cuerdas porque siempre querían saber más. 

Los caminos del Señor son inescrutables y acabé dando Lengua

Los caminos del Señor son inescrutables, al parecer. Tuve un pálpito y decidí que si el mundo se empeñaba en ponerme a dar clase de Lengua en vez de Latín, iba a prepararme las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura. Me presenté a la convocatoria de 2021 por probar y entrar en listas ordinarias y aprobé el comentario: estaba lista para ser interina y darlo todo en la siguiente. 

Pero repito, los caminos del Señor son inescrutables y a mi pareja la destinaron al extranjero y… me fui. Pasé tres años en el extranjero, apartada por completo de la filología, de la enseñanza y de la literatura, disfrutando de otras cosas. 

En agosto de 2024, recién llegada, estresadísima con la mudanza y reactivada en las listas, me dieron una media jornada y me dije: “es este año, tiene que serlo”. Así que necesitaba ayuda y me lancé a bucear en la inmensidad de preparadores que aparecen en Google. 

Opolengua me pareció la mejor opción para preparar las oposiciones de Lengua

Después de mucho bucear y sopesar, Opolengua me pareció la mejor opción: seriedad, rigor y experiencia probada. Hoy, independientemente del resultado, puedo decir que no me equivoqué.

El equipo de Opolengua y Eduardo me han hecho el camino mucho más fácil

El equipo de Opolengua y Eduardo me han hecho el camino mucho más fácil, sobre todo porque los temas están muy bien resumidos sin escatimar contenidos (en mi tema saqué un 9.12) y los vídeos de comentario son detallados y con una profundidad que ya querrían muchos profesores de universidad (no sé qué habría sido de mí sin los vídeos del comentario filológico). Y las correcciones son exhaustivas y reales, diciéndote las cosas como son: si esto está mal, está mal. Así, cuando recibes una corrección positiva sabes que el criterio es real, que estás preparada para ponerte delante del tribunal. Eduardo no es tu padre ni Opolengua te va a dar las cosas mascaditas, esto es para aquellos que quieren trabajar y dejarse los codos, pero apoyados por profesionales rigurosos y flexibles que van a amoldar el curso a lo que vas necesitando porque la vida es imprevisible. 

Un año duro y precioso: crecer estudiando las oposiciones de Lengua

Ha sido un año duro, de estudiar prácticamente todas las tardes hasta que me dolían los ojos y de sacrificar planes con amigos. Un año de replantearme mil veces las cosas y de desesperarme. Pero también un año precioso, porque he leído mucha literatura y he disfrutado aprendiendo. Además, he podido dar clase a mis alumnos estando mucho más preparada que nunca. 

Mi consejo es contactar con Eduardo cada vez que flaqueen las fuerzas y dejarse guiar en el proceso

Sin duda ha sido un año para no olvidar. Un año en el que he tenido que confiar en que estaba haciendo las cosas bien, a pesar de que al principio parecía que no avanzaba apenas nada. Mi consejo es contactar con Eduardo cada vez que flaqueen las fuerzas y dejarse guiar en el proceso, porque realmente el equipo de Opolengua sabe lo que hace. Es emocionante ver cómo poco a poco todo empieza a cobrar sentido, cómo has sido capaz de aprenderte 25 temas en nueve meses, de realizar todos los tipos de comentario y de llevar preparada la programación. 

¡Llegué a la cima y organizando a la vez mi boda!

Y ahora ya lo tengo, ya llegué a la cima. Diría que es el destino, que me ha regalado la plaza como regalo de la boda que estoy preparando para septiembre (una odisea para otro libro lo de organizar una boda al tiempo que se prepara una oposición). No obstante, voy a ser sincera: esto no me lo ha regalado nadie. Es fruto del sudor y las lágrimas de este año y del apoyo constante de Opolengua.

Un sueño cumplido: saber que me puedo dedicar para siempre a algo que me hace feliz

Ahora queda lo mejor: formar parte de la vida de mis alumnos y compartir con ellos nuestra literatura, hacerlo mientras disfruto y sigo aprendiendo (docendo disco, que dice el refrán), a la vez que me siento útil, porque la realidad es que la sociedad actual necesita de profesores comprometidos más que nunca. Para mí es un sueño cumplido saber que me puedo dedicar para siempre a algo que me hace feliz.

El éxito de Ana Valverde (Ceuta) en las oposiciones de Lengua

Ana Valverde. Opolengua. Oposiciones de Lengua. Preparador de Lengua

“Conseguir la plaza ha sido el mayor logro de mi vida personal y profesional”

Enseñar Lengua Castellana y Literatura es un privilegio

Mi nombre es Ana Valverde y soy profesora de Lengua Castellana y Literatura en Ceuta, mi ciudad natal. Desde que tengo uso de razón he sentido fascinación por el lenguaje, por su capacidad de nombrar el mundo y de transformarlo mediante el diálogo. Por eso decidí dedicarme a la docencia: porque enseñar Lengua no es solo trabajar con palabras o literatura, es trabajar con personas, con sus ideas, sus emociones, sus aspiraciones. Es ayudarles a encontrar su voz en medio del ruido. Y eso, para mí, es un privilegio.

Mi travesía en las oposiciones de Lengua comenzó en 2019, antes de la pandemia

Mi camino en las oposiciones de Lengua comenzó hace ya cinco años, en 2019. Me preparaba entonces para la convocatoria de 2020, pero llegó la pandemia y lo cambió todo. Las pruebas se aplazaron hasta 2021 y, como muchas personas, tuve que reajustar mis planes y mis fuerzas. Me presenté a las oposiciones en 2021, en 2023 y, por fin, en 2025 he logrado mi plaza. Ha sido un proceso largo, exigente, pero profundamente transformador.

Nunca me ha salido tema en las tres convocatorias de oposiciones de Lengua

Algo curioso de mi trayectoria es que nunca me ha salido tema en ninguna de las tres convocatorias a las que me he presentado. Nunca. Y, sin embargo, eso no me ha impedido seguir avanzando. Siempre he llevado muy bien preparado el comentario de texto y el oral, y ha sido esa parte la que me ha dado salvado siempre. 

La importancia de la adaptación y la flexibilidad en las oposiciones de Lengua

En ese sentido, quiero romper una lanza en favor de la flexibilidad, de la capacidad de adaptación y de confiar en los conocimientos adquiridos durante la carrera, durante la experiencia docente y durante la preparación. Porque en las oposiciones de Lengua no se trata solo de memorizar temas, sino de tener una buena base, una mirada amplia sobre la materia, y la picardía de saber montar un tema con lo que ya sabes, de relacionar contenidos, de vincular unos temas con otros, de tirar del hilo y construir un discurso sólido, aunque el título no sea exactamente el que esperabas. Esa habilidad se entrena, y es lo que marca la diferencia entre quedarse a medias o avanzar.

Mis años como interina me han permitido ganar experiencia y consolidar mi vocación

Desde 2021 he trabajado como interina, lo que me ha permitido no solo sumar puntos en el baremo, sino sobre todo crecer como docente. He conocido centros distintos, realidades educativas muy diversas y alumnados con necesidades muy variadas. Aunque no me llevara la plaza en los primeros intentos, el proceso me ha permitido trabajar, ganar experiencia y consolidar mi vocación. Cada convocatoria, cada curso, cada día de clase han sido parte del camino que me ha traído hasta aquí. Y todo suma.

Curso Total 2023: segunda mejor nota de mi tribunal

En 2023 me preparé con Eduardo y su Curso Total de Opolengua. Ese año conseguí un 9,6 en el oral, la segunda mejor nota de mi tribunal. Fue un resultado que me dio mucha fuerza y me confirmó que iba por el buen camino, aunque la plaza no llegara aún. Este último año, 2025, no he estado directamente en preparación con él, pero el curso completo que realicé en 2023 ha sido una pieza clave para la consecución de la ansiada plaza. Su acompañamiento ha sido determinante, tanto a nivel académico como personal.

El Método de Estudio Opolengua es clave para estudiar bien, con estrategia y resultados las oposiciones de Lengua

Una de las cosas que más me ayudaron en las oposiciones de Lengua fue el método de estudio para memorizar los temas. Hasta entonces, reconozco que no tenía un sistema realmente eficaz, pero con su método logré algo que me parecía impensable: memorizar solo un par de carillas como máximo y, a partir de ahí, ser capaz de verbalizar diez o doce completas. Una auténtica pasada. Te enseñan a construir, a hilar ideas, a automatizar los repasos… y eso da una seguridad increíble. También quiero destacar la organización del curso y herramientas como el Excel de repasos, la HC (Hoja de Control), que me pareció superútil para llevar un control real de los avances. Todo está pensado para que no solo estudies, sino que estudies bien, con estrategia y resultados.

Mi agradecimiento a Eduardo

Quiero agradecerle profundamente a Eduardo todo su apoyo, su rigor, su cercanía y su implicación constante. Es un preparador de Lengua atento, motivador, entregado como pocos. Siempre encuentra la forma de animarte sin dejar de exigir lo mejor de ti, y eso marca la diferencia. Las tareas, los comentarios, los simulacros orales, todo estaba cuidado al detalle. Pero lo más valioso fue saber que tenía a alguien al otro lado que creía en mí, incluso en los momentos de mayor inseguridad.

Las oposiciones de Lengua son una carrera de fondo

Opositar es una carrera de fondo. He estudiado durante años, en momentos muy distintos de mi vida. He tenido que compaginar el estudio con el trabajo, con los compromisos personales, con la frustración de no alcanzar el objetivo a la primera. He vivido días de motivación plena y otros de agotamiento absoluto. Y he aprendido que la clave está en no rendirse, en confiar, en tener un plan, pero también en saber adaptarse.

Una travesía llena de incertidumbres, avances y esfuerzo

Lo más duro ha sido la incertidumbre. Ese no saber si vas por buen camino, si lo que estás haciendo será suficiente. Aprender a convivir con esa sensación, sin dejar que te paralice, es parte del proceso. Pero también ha sido hermoso descubrir que cada pequeño paso cuenta, que incluso en los días más grises hay avances, y que cuando por fin llega la recompensa, todo cobra sentido.

Durante estos años, la preparación con Opolengua me ofreció un modelo de trabajo serio, exigente, y profundamente humano. Y aunque este año final haya sido más autónomo, todo lo aprendido con Eduardo ha estado presente.

¡Sí estás pensando encarar las oposiciones de Lengua, hazlo!

Por eso, si estás leyendo esto y te estás planteando opositar, hazlo. No esperes el momento perfecto porque nunca llega. Empieza con lo que tengas, cree en ti, apóyate en quienes pueden ayudarte y rodéate de personas que te impulsen. El camino es largo, sí, pero vale la pena. Porque no se trata solo de conseguir una plaza, sino de convertirte en la persona capaz de merecerla.

La plaza supone orgullo, trabajo, confianza y agradecimiento

Hoy puedo decir con orgullo que he conseguido la plaza. Que después de años de trabajo, esfuerzo y aprendizajes, mi nombre está en esa lista definitiva. Y lo más bonito es que no he llegado sola: he llegado de la mano de todos los que han creído en mí, especialmente mi preparador de Lengua, que ha puesto su alma en cada propuesta, en cada orientación, en cada mensaje de ánimo.

Así que gracias, de corazón. Gracias por creer, por enseñar con pasión, por no rendirte cuando a veces nosotros flaqueamos. Gracias por acompañarme hasta aquí.

Muchísimas gracias por ofrecernos el paseo en velero. Si paso por allí no dudaré en llamarte. Gracias de nuevo por todo. 

Un abrazo,

Ana Valverde

Virginia Marín. Opolengua. Oposiciones de Lengua. Preparador de Lengua.

Mi pasión por la literatura

Me llamo Virginia Marín, tengo 37 años, soy doctora en Filología Hispánica y he conseguido plaza en Lengua Castellana y Literatura. Siempre he tenido claro que las letras eran mi escenario. Desde muy pequeña me ha encantado leer y escribir y me apuntaba a todos los concursos literarios que iba encontrando. Sabía con certeza la carrera que quería estudiar y durante esos años de formación fui reafirmando mi pasión hacia la literatura, por eso no dudé en hacer el doctorado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada tras acabar el MUP. Al finalizar esta etapa, estuve compaginando la dirección de TFGs y TFMs en la universidad y la docencia en un colegio concertado en Pamplona.

Trabajo, hijos y oposiciones de Lengua: el apoyo de mi marido ha sido esencial

Sin embargo, hace dos años e impulsada por la necesidad de estar cerca de mi familia en Tudela, decidí entrar en listas de lo público.  En 2024 no tuve ocasión de presentarme a las oposiciones de Navarra ya que la convocatoria había salido mucho antes, así que tenía que esperar a la de 2025. La situación en la que me encontraba era la siguiente: el deseo de seguir vinculada a la universidad, querer trabajar durante ese curso en las aulas, cuidar de tres niños pequeños y prepararme las oposiciones.  Tenía muy claro que este era el año para luchar por la plaza ya que, aunque mis circunstancias fueran complicadas, el número de plazas ofertadas (35 en Navarra) iba a ser mi gran motivación. Mi marido me apoyó en esta decisión y decidió embarcarse conmigo. Su ayuda diaria ha sido esencial para llegar hasta el final.

La competitividad en las oposiciones de Lengua

Sabía que las oposiciones eran un camino largo, arduo y desafiante. Siempre me ha gustado estudiar, pero ahora debía hacerlo añadiendo un elemento que siempre me había bloqueado: la competitividad. Debía preparar con rigor un número elevado de temas, abordar un práctico complicado y elaborar un trabajo con unas características muy diferentes a las que estaba acostumbrada. Y, además, todo esto debía hacerlo mejor que los demás.  Los requisitos para superar este proceso me parecían tan elevados que necesitaba la seguridad de alguien exigente y preparado para estar a la altura del destino al que debía llegar.

Opolengua y sus materiales me han proporcionado seguridad

Entonces, mi amiga María, que hacía unos años había sacado la plaza, me recomendó Opolengua. Le estaré siempre agradecida. La atención es diaria,  rigurosa e inmediata. Eduardo tiene una ética de trabajo intensa, centrada en la perseverancia y el esfuerzo constante. Esas cualidades conectaron rápidamente conmigo. Creo que la disciplina es la clave para una buena preparación de oposiciones. Sin embargo, mi gran adquisición con este programa ha sido el poder recibir un sistema de apoyo estratégico para competir con garantías. Esto me ha proporcionado mucha seguridad. Gracias a Opolengua he tenido acceso a un material actualizado y de calidad que me ha ayudado a trabajar desde un enfoque más directo de lo que iba a ser la prueba real.

El trabajo y el sacrificio diario han sido la llave del éxito en las oposiciones de Lengua

El trabajo y el sacrificio diario han sido la llave del éxito: madrugar para estudiar antes de ir al trabajo, comidas rápidas de veinte minutos, sustituir el tiempo de ocio de los fines de semana por tiempo de calidad con los materiales de las oposiciones, aprovechar cualquier resquicio del horario en el instituto para ir a la biblioteca. Durante meses he dormido a mi hijo de dos años mientras repasaba temas en mi cabeza.

Además, el instituto en el que he trabajado estaba a cuarenta minutos de casa y era un tiempo que no podía desperdiciar, por lo que incluso en esos trayectos de ida y vuelta he aprovechado para escuchar los temas que previamente había grabado. Había días que lograba estudiar diez horas y otros una, porque mi cerebro estaba realmente agotado. El ejercicio, aunque sea simples paseos, es necesario. Preparar unas oposiciones genera un alto nivel de presión, por ello necesitas liberar estrés para mejorar tu rendimiento.

Es muy importante rodearte de personas que valoran tu crecimiento personal

En numerosas ocasiones me ha fallado la determinación y la resistencia.  El cansancio, los errores cometidos durante la preparación, el sacrificar tiempo en familia por un destino incierto, te arrastran a la desmotivación y al deseo de abandonar.  Por eso, es muy importante rodearte de personas que te recuerden la heroicidad de quien escoge el camino de las oposiciones y decide recorrerlo entregando todo el esfuerzo y el trabajo del que es capaz. Creo que es lo más valioso que he recibido de este proceso; el saber que puedo conseguir todo lo que me proponga con esfuerzo, trabajo y seguridad en mí misma.

Plaza a la primera en las oposiciones de Lengua

Mi deseo era poder disfrutar de enseñar Lengua y Literatura sin la responsabilidad de tener que estudiar para ser evaluada por un Tribunal. Por eso me propuse una meta muy clara: conseguir la plaza a la primera. Y lo he logrado.

Creo que las circunstancias en las que uno se encuentra dentro de un proceso de oposición son importantes, pero lo realmente determinante es el espíritu que uno decide tener mientras lidia con esas circunstancias y afronta el desafío de alcanzar su meta.

Alejandra García Pujol (Andalucía): su viaje a Ítaca en las oposiciones de Lengua

Alejandra G Pujol. Opolengua. Oposiciones de Lengua. Preparador de Lengua.

Del periodismo a las oposiciones de Lengua: se abría un mundo nuevo

Mi nombre es Alejandra y, antes de decidir ser profesora, me gradué en Periodismo. Después de algunos años trabajando en el sector de la comunicación y tentada por la idea de un trabajo estable y unas condiciones laborales óptimas, me matriculé en el máster de profesorado. ¿Qué mal podría hacerme probar en otro ámbito también interesante? Se abría para mí una nueva etapa, un mundo nuevo diría ahora.

Realicé el Curso Total con Opolengua

Después de terminar el máster, en septiembre de 2022, ya había decidido que el siguiente paso sería opositar y para ello tendría que prepararme lo mejor posible. En la búsqueda de preparadores di con Opolengua y opté por el Curso Total que, aunque luego amplié con el curso de Comentario Vivo, me brindó todo el material que necesitaba para prepararme todas las partes de las pruebas. Además, contar con la disponibilidad constante de Eduardo para la resolución de dudas ha sido algo que agradezco enormemente pues no solo me ha ayudado a enriquecer conocimientos, también me ha aportado tranquilidad y seguridad en este arduo proceso.

En las oposiciones de Lengua de 2023 no tuve suerte con las bolas

El primer año me sentía “muy pequeña”, no tenía tantos conocimientos de lengua y literatura y realizar un buen comentario en poco tiempo se me antojaba improbable. Con tesón, curiosidad y la ayuda de Opolengua fui rebajando estas inseguridades. En aquella convocatoria de 2023 no tuve demasiada suerte (tan necesaria también en estos casos), pues no cayó ningún tema de los que llevaba preparados y no pude realizar una buena prueba. Pero no por ello debía decaer, como recuerda la expresión latina festina lente, debía seguir, aprendiendo y apresurándome lentamente.

Mi crecimiento como opositora y profesora de Lengua

Ese año comencé a trabajar en un bonito proyecto, dando clases de refuerzo de Lengua en institutos públicos del Polígono Sur de Sevilla. Esta experiencia para mí fue clave, ya que no solo me permitió seguir creciendo y ampliando conocimientos, también me sirvió para reafirmar la idea de ser profesora. Me gustaba dar clase. Así, continué preparándome, compaginando estudios y trabajo.  

La oposición de Lengua, una yincana con diferentes pruebas

La protagonista de la última novela de Sara Mesa, titulada Oposición, compara el proceso de oposición con una carrera de obstáculos. Debo decir que así lo he sentido yo también en este periodo y en esta convocatoria. Una yincana en la que debía superar diferentes pruebas (entrega de la programación, prueba escrita, defensa, cuidado absoluto con la ortografía y otros aspectos para evitar invalidaciones, etc.). Y quizás lo más difícil no ha sido la preparación y perderme ciertos momentos con amigos y familiares, sino confiar en mí misma, hacer frente a las inseguridades que van apareciendo en el camino, imagino, de cualquier opositor.

Sintiendo el dulce vértigo de iniciar una nueva etapa

Veía que iba superando las distintas pruebas, con gran cansancio físico y mental ¿Merecía la pena llegar hasta el final? Merecía la pena. Todavía lidiando con la incredulidad y la alegría, puedo decir que sentir la satisfacción del trabajo realizado, llegar al objetivo y celebrar lo aprendido con la familia y los amigos que me han apoyado en este tiempo aplaca (y tanto) ese cansancio acumulado. Gracias a ellos, a la perseverancia y a la ayuda de Eduardo, me encuentro ahora en un momento de vértigo y ganas, el dulce vértigo que supone el inicio de nuevas etapas, con el entusiasmo de dedicarme a algo que me gusta y me motiva a ser mejor.

c opolengua preparador de lengua oposiciones de lengua

La pasión por enseñar llevó a C hasta su plaza en las oposiciones de Lengua (Madrid)

Me encanta enseñar y empecé enseñando Alemán

Me encanta enseñar. Aunque no siempre lo he sabido, pues mientras realizaba mis estudios de Filología Alemana renegaba totalmente de la enseñanza. Sin embargo, durante el último año de la carrera empecé a dar clases de Español para extranjeros y fue una experiencia que me cambió: encontré mi pasión.

¿Por qué me decidí por Lengua Castellana y Literatura?

Así que decidí estudiar el Máster del Profesorado y empecé a trabajar como profesora de Alemán en un colegio privado. Durante ocho años fui profesora de Alemán en tres colegios distintos. Impartí docencia en Infantil, Primaria, Secundaria; di clases particulares, en academias, en campamentos… Había encontrado el trabajo que me gustaba, pero había dos aspectos que necesitaba cambiar. Por un lado, las condiciones de la privada no eran las mejores y, además, sentía que al impartir clase en otra lengua no podía conectar con los alumnos como si lo hiciera en su lengua materna. La solución a ambos problemas era opositar para trabajar en la pública por la especialidad de Lengua Castellana y Literatura.

Mi encuentro con Opolengua

De eso hace cinco años. Buscando por internet encontré Opolengua y me pareció un método serio con experiencia y que no solo se basaba en el conocimiento, sino también en la técnica necesaria para afrontar un proceso de oposiciones. Un año antes me había hecho con el temario de una academia que, sinceramente, me había servido de poco, pues aparte de contener temas inabarcables, de poco servía llevar los temas perfectamente sin saber realizar un comentario o hacer una buena programación.

Oposiciones de Lengua 2021: las oposiciones tras la pandemia

El primer año que me presenté, lo hice llena de inseguridades porque era muy consciente de que me enfrentaba a una especialidad que no era la mía. Hasta tal punto fue así, que solo preparé unos veinte temas y no realicé más que un par de comentarios del curso de Opolengua. De la programación ya ni hablamos. Cuál fue mi sorpresa cuando tras realizar la primera parte del examen (el tema y el comentario) aprobé con bastante buena nota. No llevaba la programación preparada, y aunque pasé diez días casi sin dormir intentando prepararla, no logré aprobar. Por supuesto, me acordé de Eduardo, que contempla la preparación de la programación y la defensa desde el primer momento, pero ya sin remedio.

Oposiciones de Lengua 2023: aprobado en estabilización, pero sin plaza

En 2023 me volví a presentar por reposición y estabilización. No me había vuelto a matricular en el curso de Opolengua, pero tenía el temario, había adquirido el método de estudio y los consejos más importantes estaban en mi cabeza. Esa fue una convocatoria muy difícil para mí, ya que mi padre, la persona que más había creído en mí y más me había apoyado junto a mi pareja, había fallecido unos meses antes. Además, acababa de ser mamá y me tuve que incorporar a un instituto para cubrir una baja en los meses de mayo y junio, justo coincidiendo con “la recta final”. Gracias a mi pareja pude sacar algo de tiempo para poder estudiar y presentarme. Caí en reposición porque no me salió ningún tema y tomé malas decisiones en el examen, pero ¡logré aprobar estabilización con más de un 7! Eso sí, no fue suficiente para conseguir la plaza.

2025: el curso definitivo. Mi familia es mi motor

Al año siguiente, ya con una vacante para todo el curso, pensé que lo mejor era dedicar ese año a disfrutar de mi familia, de mi pareja y de mi hija, y coger fuerzas para dar el máximo en la siguiente convocatoria. Llegó septiembre de 2024 y como ya conocía el método de Opolengua y me había dado tan buenos resultados me volví a matricular. Esta tenía que ser mi última convocatoria porque no quería perder más tiempo con mi hija, quería disfrutar con ella y verla crecer. Estar ahí para ella. Ese fue mi motor durante todo el curso, sobre todo los últimos meses antes del examen, en los que sacrifiqué todo el tiempo con ella.

El precio de la plaza en las oposiciones de Lengua: el sacrificio

Después de las clases del instituto me quedaba por las tardes en el departamento para estudiar (ha habido personal de limpieza que me ha visto quedarme dormida encima de los apuntes); volvía a casa para acostar a mi pequeña mientras repasaba los temas o trazaba el plan de estudio para el día siguiente; me quedaba por las noches hasta la una o dos de la madrugada estudiando y los fines de semana los pasaba en la biblioteca. Esta tenía que ser la mía.

El turbulento proceso de oposiciones de Lengua en Madrid y su prueba de comentario

No salí muy contenta de la prueba del comentario, que este año ha sido particularmente extraña, pero creía que tenía alguna posibilidad. Además, al salir me encontré con un mensaje de Eduardo y eso me dio ánimos para afrontar la prueba del tema. Pasé la primera parte y aunque esta vez sí había preparado el grueso de la programación, aún no la tenía pulida. No me lo podía creer, otra vez iba a caer en la última parte. No podía ser. Así que decidí contactar con Eduardo, quien no solo revisó mi programación y me dio algunos consejos muy útiles, sino que también me dio ánimos y esperanzas para poder encarar la defensa con seguridad. Su respuesta fue determinante. ¡Por fin había conseguido mi plaza!

Algo que me parecía inalcanzable se convirtió en realidad: tengo mi plaza

Dos cosas importantes cambiaron en esta convocatoria con respecto a las anteriores. La primera fue la confianza en mí misma, y eso fue en gran parte gracias a ver los resultados que había obtenido con el método de Opolengua. Algo que en un principio se me presentaba como inalcanzable, se fue desgranando y organizando en el curso hasta hacerse asequible. La segunda, fue la feliz decisión de pedir ayuda y encontrar a alguien al otro lado dispuesto a darme ánimos, confianza y buenos consejos.