Segunda de su tribunal en las oposiciones de Lengua en Andalucía 2025
Como ella dice más abajo sobre su travesía en las oposiciones de Lengua: “Aún me cuesta asimilar cómo he sido capaz de lograrlo con 45 años, tres hijos, trabajando a una hora de mi casa y cuidando a mi padre”.
Hoy traemos la singladura en las oposiciones de Lengua de Mari Carmen Gutiérrez Luque. Es otra vez una historia de triunfo, con paralelismos con la de Alba. Es una historia de fe, un ejemplo de responsabilidad y sacrificio y también es una historia muy familiar, pues su plaza no solo es merecidísima, sino que recompensa el esfuerzo de una familia que ha afrontado enormes dificultades muy unida y eso siempre resulta gratificante y emocionante.
Ser madre y opositora
Oímos hablar constantemente de la caída de la natalidad y oímos decir que es imposible para una mujer desarrollarse si es madre. Y es absolutamente cierto que es muy difícil, claro que sí, pero no es imposible. Afortunadamente en España hay muchas heroínas. Y la historia de Mari Carmen nos reconcilia con lo más ancestral y lo verdaderamente imprescindible para el mantenimiento de la propia especie humana: la maternidad.
Conozco a Mari Carmen desde hace años y tengo, además, que decir que es una gran persona. Humilde en su grandeza, trabajadora infatigable y, además, muy simpática. Siempre con una sonrisa y con un espíritu positivo, alegrando a los demás y sobrellevando lo que le va acaeciendo en su vida con valor y generosidad. Para mí la obtención de su plaza ha sido muy emocionante por todo lo compartido en este tiempo. Espero, como no, que sigamos manteniendo el contacto.
Si a todos estos valores humanos unimos su sabiduría, su capacidad de trabajo y su afán por desarrollar el progreso de sus alumnos, podemos decir sin equivocarnos que el sistema público de enseñanza de Andalucía y sus alumnos ganan una gran profesora. ¡Enhorabuena a todos!
La pasión de la enseñanza
Hola: mi nombre es Mari Carmen Gutiérrez. La docencia siempre ha sido mi pasión, me presenté en 2006, pero saqué un 4,89 en la primera prueba. Después comencé a trabajar en una empresa privada de mi pueblo y nacieron mis tres hijos. Pero la pasión me llamaba y en 2020 decidí dejar mi trabajo para poder preparar las oposiciones de Lengua de 2021. Además, el destino hizo que ese mismo curso me estrenara como profesora, ya que me asignaron un puesto de “Apoyo Covid”, pues en 2017 abrieron la bolsa extraordinaria y yo me había apuntado, aunque nunca pensé que me llamarían. Pero lo hicieron. A partir de empezar a trabajar, tuve más claro mi objetivo: sacar la plaza.
En 2021 contacté con Opolengua
En 2021 no tuve suerte y en agosto de ese mismo año contacté con Eduardo y comencé a estudiar y me matriculé en un máster en septiembre de 2021. En esa época mi madre falleció tras una dura enfermedad y estudiar, aunque parezca mentira, me sirvió de terapia. Aprobé las oposiciones de 2023 y 2024, pero sin plaza, y durante ese tiempo hice otro máster.
He preparado las oposiciones de Lengua todos los días
He preparado las oposiciones de Lengua todos los días. Unos días, ocho horas; otros días, cuatro horas y otros, dos horas; siempre en función de las circunstancias familiares que se presentaran. Pero he aprovechado al máximo cada minuto de estudio, al máximo. Todos estos años me he despertado a las cinco de la madrugada para poder estudiar, trabajar y dedicar tiempo a mi familia todas las tardes (unos días más horas y otros menos).
¡La segunda de mi tribunal!
Este año el trabajo de estos cursos ha dado sus frutos y he sido la segunda de mi tribunal, obteniendo la plaza. Aún me cuesta asimilar cómo he sido capaz de lograrlo con 45 años, tres hijos, trabajando a una hora de mi casa y cuidando a mi padre.
Las oposiciones de Lengua han sido una travesía muy dura
Este camino ha sido muy duro. En él, como he dicho antes, perdí a mi madre y mi padre enfermó el pasado verano. Además, le he robado tiempo a mi familia para poder estudiar, por lo que su apoyo ha sido crucial y esta plaza es tanto mía como de ellos.
Hay que afrontar la vida con una sonrisa
Pero todo sacrificio tiene su recompensa y a día de hoy puedo decir que todo tropiezo en la vida tiene una enseñanza. Hay que sacar el lado bueno de lo que nos sucede y no rendirse jamás. Hay que afrontar la vida con una sonrisa porque los momentos malos llegan solos y no debemos preocuparnos innecesariamente: si tenemos salud, podemos lograr nuestros objetivos, antes o después.
Lo importante es no rendirse
Además, para llegar aquí he contado con la ayuda de Eduardo. Sin su preparación (temas, programación, lecturas, comentario vivo…) y experiencia no lo hubiera logrado. Han sido cuatro años que me han servido, no solo para obtener la plaza, sino para ser mejor docente y comprobar que conseguir la plaza no tiene por qué ser a la primera: lo importante es no rendirse. Yo he llevado el ritmo de preparación que me han permitido mis circunstancias personales y familiares, pero contando siempre con su apoyo y comprensión.
Los sueños se hacen realidad
Así que aquí estoy con 45 años, mamá de tres niños, trabajando a una hora de mi casa y cuidando a mi padre, y logrando la plaza (después de tres años consecutivos aprobando). No vale rendirse, todo esfuerzo tiene su recompensa. Si se trabaja y se lucha, tarde o temprano, los sueños se hacen realidad.