Hoy tratamos en el blog un tema muy importante, que afecta a miles de mujeres que quieren preparar las oposiciones de Lengua. ¿Se puede sacar la plaza con hijos? ¿Cómo hacerlo? Hoy realizamos un nuevo acercamiento a esta cuestión.
Tener hijos es maravilloso
Lo primero que debemos señalar es que traer un nuevo ser humano al mundo es una experiencia única y maravillosa, solo al alcance de las mujeres. Es quizá el momento más importante en nuestras vidas y fuente de orgullo, alegría y satisfacciones durante toda la vida. Sin la maternidad, sin hijos, no existe futuro, pues es la forma de preservar la especie y, por tanto, todo lo demás, como los elementos materiales y culturales, va detrás.
Problemas que nos traen los hijos
Pero esto no es óbice para que reconozcamos que la crianza de los hijos también nos acarrea problemas. Lógicamente el número y la edad de los hijos va a ser determinante en este sentido. No supone la misma carga un recién nacido, que bebé de un año, un niño de ocho años o un adolescente de quince. Pero todos ellos nos suponen tiempo y preocupaciones. Y esto nos resta tiempo para la preparación de las oposiciones de Lengua y también capacidad de concentración, pues siempre estamos pensando en ellos. Es por ello, que muchas mujeres y parejas deciden vivir la maternidad después de obtener la plaza. Yo mismo hice esto de acuerdo con la madre de mis hijas. No las tuvimos hasta que no sacamos la plaza los dos.

¿Es posible preparar las oposiciones de Lengua y sacarse la plaza teniendo hijos?
Pero eso no quiere decir que no se pueda sacar la plaza con hijos. La respuesta a la pregunta de más arriba es un sí absoluto. Y esto no es solo una impresión, sino una realidad que demuestran los datos. Nosotros hacemos una encuesta anual a quienes preparan con nosotros los cursos sobre las circunstancias en las que han obtenido la plaza. En la última realizada, en verano de 2025 y teniendo en cuenta los datos acumulados desde 2016, el 47% de las personas que obtuvo su plaza tenía hijos. Y podemos acudir a los Testimonios de 2025 para ver que, efectivamente, muchas funcionarias cuentan su experiencia compatibilizando su papel como madres y como opositoras de Lengua.
Tomar la decisión de preparar las oposiciones de Lengua tras reflexionar serenamente
Así pues, es posible sacar la plaza teniendo hijos, pero es una decisión que debemos tomar serenamente, pues el 90% de las personas que abandonan la preparación de las oposiciones de Lengua lo hacen porque no son capaces de adecuar su vida a las oposiciones, pues no acaban de encontrar las horas que exige la preparación. Esta es, por tanto, una decisión que no puede tomarse a la ligera. Nosotros tenemos un formulario predictor que te puede ayudar para saber si estás en condiciones de afrontar la preparación de las oposiciones de Lengua.
Desterrar el complejo de mala madre
Una cuestión importante es desterrar el complejo de mala madre en general y, en particular, cuando preparamos las oposiciones de Lengua. Esto es básico. Muchas mujeres sienten que el tiempo que están dedicando a las oposiciones va en detrimento de los hijos. Incluso si los niños son muy pequeños o muy demandantes de atención se puede llegar a un bloqueo de la opositora debido a sus sentimientos de culpa que, en ocasiones, conducen al naufragio.
¿Cómo desterrar el complejo de mala madre?
Lo primero que hemos de pensar es que preparamos la oposición y queremos obtener la plaza para ofrecer a nuestros hijos un mejor futuro. Este presente de horas de estudio y de renuncia al placer de estar con nuestros hijos se debe al sueño de poderles ofrecer en el futuro una mayor estabilidad económica, una mayor seguridad vital y más tiempo. No es lo mismo, como saben tantas interinas, ir cada año a un centro diferente a muchos kilómetros de distancia de tu lugar de residencia que estar en un destino cercano. Es decir, el tiempo que no compartes con él en la preparación lo vas a recuperar con creces cuando tengas la plaza.
No somos malas madres, sino madres buenas e inteligentes
En este sentido el testimonio de Alba Úriz Malón es esclarecedor: “me convertí en mamá monoparental, surgió la oportunidad del tiempo y, con la fuerza que me daba querer ofrecerle la mejor vida a mi bebé, en enero de 2024 me puse a estudiar para las oposiciones de estabilización de mi comunidad, Navarra”. También lo expresa C con toda claridad: “Esta tenía que ser mi última convocatoria porque no quería perder más tiempo con mi hija, quería disfrutar con ella y verla crecer. Estar ahí para ella. Ese fue mi motor durante todo el curso.”
Serás mejor persona y mejor madre
Además, si encaras la preparación de las oposiciones de Lengua como debe ser, como un proceso de crecimiento personal, verás crecer en ti unas virtudes que, repercutirán positivamente en tus hijos. Tu capacidad de organización, tu constancia, tu fe, tus sacrificio, tu serenidad, tu aprendizaje de un método de estudio y tantas otras son virtudes que serán ejemplo para tu hijo y te harán más segura de ti misma y con más capacidad para educarle y orientarle.
La organización personal es decisiva
En el párrafo anterior hemos tocado un punto clave: la organización personal. La crianza, el cuidado y la educación de los hijos es un elemento que debe ser gestionado con realismo e inteligencia. Debemos buscar qué lapsos de tiempo podemos estar solas y concentradas en la preparación. Es decir, debemos realizar planes semanales y mensuales que tengan en cuenta el tiempo real que vamos a pasar con nuestros hijos. Sus horas lectivas, sus actividades extraescolares y su horario de estudio y descanso son elementos que hay que tomar en consideración al realizar nuestros planes. Un ejemplo de esto es Mari Carmen Gutiérrez Luque que nos dice: “he sido capaz de lograrlo con 45 años, tres hijos, trabajando a una hora de mi casa y cuidando a mi padre” o Virginia Marín, que dormía a su hijo de dos años mientras repasaba.
Buscar el apoyo de la pareja
Como puede verse en nuestros testimonios de este mismo año y más concretamente en el de Amaya García Arregui que dice textualmente “mi marido fue el malabarista (trabajo, tres niños, recados, etc.). ¡Pobre!” o el de Virginia Marín “Tenía muy claro que este era el año para luchar por la plaza ya que, aunque mis circunstancias fueran complicadas, el número de plazas ofertadas (35 en Navarra) iba a ser mi gran motivación. Mi marido me apoyó en esta decisión y decidió embarcarse conmigo. Su ayuda diaria ha sido esencial para llegar hasta el final.” Es imprescindible hablar con claridad con nuestra pareja. Obtener la plaza requerirá de su amor y apoyo. Una pareja es un proyecto común y es importante hacer ver a la nuestra qué es lo que ganaremos cuando tengamos nuestra plaza. Y el apoyo verdadero ha de concretarse en compromisos claros de tiempo y disponibilidad. Como dice el refrán español: “hechos son amores y no buenas razones”.
Apoyo de la familia
También hay que contar con el apoyo de la familia. Muchas veces, los abuelos son un apoyo fundamental, pues pueden sustituirnos. Lo van a hacer, además, con todo el amor del mundo porque somos su vida y su legado, tanto nosotros como nuestros hijos. Eso también se evidencia en nuestros testimonios, por ejemplo, nuevamente en el de Alba Úriz Malón: “Mi familia se encargaba de que mi hija me echase solo un poquito de menos.”
Elegir un modelo de preparación adecuado
Y una vez que decides prepararte, es fundamental pensar cómo hacerlo. Lógicamente, para una madre el mejor sistema es el de hacerlo en remoto, a través de Internet pues nos plantea una ventaja decisiva: el tiempo. No te tienes que desplazar y puedes gestionar tu tiempo como necesites. Si además consigues que te den un trato personalizado y un curso que puedas adaptar a tus necesidades, ¡bingo!
Cómo te ayudamos desde Opolengua
Y justamente eso es lo que intentamos en Opolengua. Nuestros cursos están diseñados por tareas y se personalizan según las necesidades de cada opositor. No solo porque cada uno puede avanzar a su ritmo sin presiones ni agobios que plantea la enseñanza en grupo, sino porque puedes gestionar tu horario semanal de estudio como precises. Tal y como dice Alba:
Navegando por Internet, llegué a Opolengua. Me encajaban la actitud alentadora y luchadora de Eduardo, además de su firmeza y claridad, y me encajaba que el material lo pudiese estudiar y visionar a mi aire, porque sobre todo he tenido que opositar de madrugada, mientras mi hija dormía en la habitación de al lado. Todos los días hacia las 4:00 de la mañana, como un reloj, arriba. Sin día de descanso, porque no me lo podía permitir. Sin ver a mis amigas y a mis amigos durante meses, porque tampoco me lo podía permitir. Y, lo más doloroso, sin pasar todo el tiempo que me habría gustado con mi pequeña. Por suerte, soy afortunada: mientras yo esquematizaba temas, reaprendía a comentar, corregía exámenes y trabajos del instituto, mandaba correos con dudas a Eduardo, jugaba al “¡Ponte a prueba!” de la web, lidiaba con la ansiedad y los criterios de evaluación, y aprendía de las correcciones que me hacían Virginia y Eduardo. Mi familia se encargaba de que mi hija me echase solo un poquito de menos.
Nosotros siempre estamos ahí para echarte un cable hasta que consigas la plaza. Tenemos tres cursos para que puedas elegir el que más se ajuste a tus necesidades y además todo el Equipo Opolengua y yo mismo (que soy el único preparador de Lengua en España en excedencia total) estamos para personalizar tu curso y responder a todas tus necesidades. Así que si, tras tu reflexión, crees que es el momento de opositar, hazlo. ¡A por la plaza!










