Pues efectivamente, el texto correspondía al capítulo LVIII de la segunda parte del Quijote y es la famosísima y encendida defensa de la libertad que realiza don Quijote tras salir del castillo de los duques. Allí, Sancho y don Quijote han encontrado el regalo y la comodidad palaciegas por parte de los duques. Pero, a pesar de las riquezas y como contraposición a ellas, don Quijote recuerda qué es la libertad, cuál es su sagrada procedencia (pues es un don divino) y cuál es su valor, tan alto, ,que debe ser defendida con riesgo de la propia vida. Probablemente no hay en la cultura occidental un texto más emotivo y que mejor explique, desde la Antigüedad griega hasta hoy, la importancia de la libertad, valor supremo de la humanidad.
Entre los acertantes de esta semana están Inma Yuste Gómez (que sitúa bien el fragmento, pero no el capítulo) y en la propia página de www.opolengua.com, María acierta plenamente y Mariela acierta la situación pero falla el capítulo.
–La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en metad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve, me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos; que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recebidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquél a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!