¿Cómo serán las próximas oposiciones de estabilización (vía 2)?

¿Cómo serán las próximas oposiciones de estabilización (vía 2)?

Carmen Rocío Sánchez. Testimonios Opolengua
Foto de Birti Ishar en Unsplash

En estas semanas han ido sucediéndose numerosas convocatorias de oposiciones de las distintas Comunidades Autónomas que hemos ido analizando en nuestro blog. Unas son por la vía de la reposición (según el modelo más antiguo, creado por el RD 276/2007 y otras por la vía de la estabilización (según el RD 270/2022). Esta doble posibilidad, más el concurso de méritos, no había ocurrido nunca antes en el mundo de las oposiciones y eso, lógicamente, genera incertidumbres. Vamos a dedicar algunas entradas a analizar este fenómeno inédito en las intentando solventar las dudas que, con toda lógica, están surgiendo. Hoy nos centraremos en establecer una perspectiva sobre cómo pueden ser estos procesos por la vía 2, aunque como es lógico, no tenemos una bola de cristal que nos permita asegurar que nuestros expectativas se vayan a cumplir. La semana que viene aconsejaremos sobre si es mejor ir por la vía 2 o la vía 3 dependiendo de tu caso.

Vamos primero a analizar (incluso para los neófitos) cuál es la clave que dio lugar a este problema.

¿Qué es un proceso de regularización o estabilización en las oposiciones?

Es un proceso que genera el Estado según el cual se facilita a los interinos el acceso a la plaza en detrimento de quienes no lo son. 

¿Por qué hay interinos en el sistema educativo público? 

En el ámbito de la Educación, y en el funcionariado en general, se da mucho trabajo temporal. Hay una temporalidad inevitable (bajas por enfermedad, comisiones de servicio, excedencias, etc.) y otra que es producto de que la Administración por diferentes razones no las saca a oposición (porque no haya presupuesto suficiente, porque no se sepa con certeza la evolución demográfica de una zona o por pura voluntad política). La UE indicó ya hace años que el tope de interinos debía estar en el 8%. España supera con creces esa cifra.

¿Cómo se llegó a las listas blindadas?

Cuando yo empecé a trabajar como interino en 1993, el territorio del Ministerio de Educación  (aún no había competencias educativas)  no tenía las listas blindadas. Es decir, nadie, absolutamente nadie, tenía la interinidad asegurada ni conservaba su número de orden en la lista. Si no aprobabas la oposición año tras año, te quedaban sin trabajo. Esto era muy duro para quienes éramos interinos, porque nos obligaba a estudiar como leones año tras año. Pero a la vez era muy bueno para el sistema porque, por un lado, nadie consideraba que su trabajo era una plaza en propiedad, y por el otro, los profesores estaban mejor preparados porque estudiaban más. Al blindar las listas se produjo el efecto contrario: los profesores sabían que sin estudiar seguían trabajando. ¿Y qué hizo la gente? Dejar de estudiar. Esto tuvo como efecto que se generó una bolsa de personas muy grande que cada año era mayor y que cada vez estudiaba menos. ¿Qué no apruebo? No pasa nada. Seguiré trabajando igual. ¿Qué no sacan plazas? Mientras yo siga trabajando, me da lo mismo. Además , cada año estoy más cerca de mi casa porque siempre hay jubilaciones y la lista corre. ¡Patada adelante y a ver qué ocurre!

¿Por qué se blindaron las listas?

Por las presiones de los sindicatos de izquierda y la aprobación de los gobiernos del PSOE. Yo mismo abandoné la UGT en 1994 por estar en contra de esta política del sindicato. Junto con otros compañeros de UGT y CCOO monté otro sindicato, AICEP, cuya principal demanda era luchar contra las listas blindadas.

¿Por qué el problema de la temporalidad y los interinos se resuelve convocando procesos de regularización?

Es una decisión política que siempre han tomado gobiernos del PSOE y que ha sido alentada siempre por los sindicatos de izquierda. Habría otras formas de solucionar el problema de la interinidad. Si se convocasen esas mismas plazas de forma igualitaria, el problema de la interinidad desaparecería igualmente; pero los sindicatos consideran que los interinos que acceden a esas plazas (aunque nunca hayan aprobado una oposición) tienen derechos sobre ellas y los gobernantes del PSOE les han hecho caso. 

¿Son legales esos procesos? 

Sí, porque en las últimas décadas las leyes se han ido cambiando para que lo fueran y porque la doctrina del Tribunal Supremo (cuyos jueces están designados por los partidos políticos) se ha modificado también. 

Los dos procesos de regularización de oposiciones que ya hemos sufrido marcan una tendencia

Para comprender cómo puede ser el proceso de regularización de este año, lo primero  es saber cómo fueron los dos procesos similares a este que ya hemos vivido, porque de esos hechos podemos extraer interesantes conclusiones que nos sirvan para hacernos una idea de lo que nos espera este año. No hay ninguna seguridad de que esto se repita, pero lo que ha ocurrido una vez, puede ocurrir otra con más facilidad que lo que no ha ocurrido nunca.  

El proceso de regularización de oposiciones de la LOGSE 

El primero fue entre 1991, 1992 y 1993 y tuvo una oferta masiva de plazas que sirvieron además para dar cabida a muchos profesores de la concertada cuyos centros cerraron o les despidieron. Lo promulgó el PSOE cuando aprobó la LOGSE y consistió en que a los interinos se les daban 10 puntos por antigüedad (un punto por año) y a eso se sumaban la nota de la oposición (no hacía falta aprobar), la de los méritos de carrera y las publicaciones (pues entonces lo de los cursillos aún no lo habían inventado los sindicatos para sacar dinero). Este proceso no tuvo tema escrito y se limitaba a una encerrona de dos horas detrás de la cual exponías el contenido de un tema sobre cinco bolas (entonces el temario de  profesor de Bachillerato tenía 86 temas). Yo hice el tema de La Celestina (que entonces era el tema 37, pues había mas temas de literatura que ahora) y saqué un 9,75 y a eso le sumé 1,75 por notas de carrera. Total: 11,50. La nota de corte todos esos años en Madrid fue un 14. Mi magnífica profesora de Literatura de COU (a la que me encontré viendo las notas) sacó plaza con un 4 en la prueba. Nadie que no fuera interino hizo plaza en esos años. Ni una sola plaza para personas como yo.

El proceso de regularización de 2008-2010

El segundo lo promulgó también el PSOE (¡qué casualidad!) y fue un proceso parecido al actual. Ya habían metido diente en el sistema los pedagogos y había que hacer un tema entre cinco bolas, una programación y una unidad. Los méritos eran básicamente como ahora. A los interinos se les calificaba la unidad solo por presentarla y que contuviera todos los elementos legales, la máxima nota. Era apto: 10 puntos. ¿Cuál era la diferencia con este año? Que la oferta era mucho más masiva. En Lengua Castellana y Literarura, Matemáticas o Geografía e Historia en Andalucía sacaron 2000 plazas en cada área entre las dos convocatorias. En Lengua, una de 1200 plazas en 2008 y otra de 800 en 2010. Para que pueda hacerse una idea el lector del artículo, en esos dos años sacó la plaza el 75% de las personas que yo preparé en Cádiz.

¿En qué coincidieron ambos procesos?

Los dos procesos coincidieron en que las notas de todos los aspirantes fueron muy altas. Bien fuera porque la Administración presionase a los tribunales o bien por su propia voluntad, lo cierto es que los tribunales suspendían a muy pocas personas. ¿Por qué podría ser eso? Quizás porque en los tribunales sabían que los interinos si sacaban un 5 tenían plaza, ya que sumaban toda su antigüedad y se hacían con ella. Y entonces, los tribunales tenían mala conciencia si ponían una nota más baja que el 5 porque sabían que eso era dejarles sin plaza en una oportunidad única. Y hay que tener en cuenta que muchos de los miembros de los tribuanles son ex interinos que también entraron en procesos de regularización previos y por eso son comprensivos con otros a los que sienten como compañeros suyos. Eso daba lugar a un efecto dominó. Si a un opositor que ha hecho un mal ejercicio le has puesto un 5 por compasión, el aprobado real se convierte en un 6,5, el opositor que merece un 7 pasa a ser un 8,5 y el que merece un 8 recibe un 10. El resultado es que las notas fueron altas para todo el mundo y los que sacaron notas muy altas, aunque no fueran interinos, como había muchas plazas, pues también consiguieron la suya. Por eso yo saqué en 1993 un 9,75 en mi primera exposición oral ante un tribunal. Mi exposición estuvo bien y yo la preparé bien, pero yo luego hice otras cinco encerronas de tema entre 1994 y 1998 y nunca alcancé esa nota haciéndolo objetivamente mejor. ¿Por qué? En 1993, había más interinos con todos los puntos y menos plazas que en 2008. Por eso en 2008 y 2010, los libres podían sacar plaza y en 1993, no. 

¿Cómo serán los procesos de estabilización de este año?

No tenemos una bola de cristal para saber cómo serán los procesos de oposiciones de estabilización, pero si todo se da como en las dos ocasiones anteriores, podemos prever que el aprobado será fácil y obtener una nota alta también. Es decir, se facilitará que los interinos puedan obtener su plaza. Esta, creo, es la razón por la que las unidades didácticas en muchas convocatorias sean muy breves o el tiempo de exposición sea de quince minutos en otras convocatorias: convertir la oposición en un trámite de forma que lo que más pese sean los méritos. De este modo, las administraciones y los sindicatos solucionan la patata caliente de los interinos, pues muchos de ellos son personas que no piensan estudiar sino esperar en sus puestos de trabajo temporales hasta que un día se les aparezca un aprobado por arte de magia. Es decir, la Administración está convencida de que estas personas  no van a sacar su plaza nunca si no es por un proceso de este tipo.

¿Y entonces qué hago?

Cada persona se encuentra al integrarse en el sistema con una situación determinada y a ella debe amoldarse buscando lo mejor. Mi consejo es, por tanto, analizar atentamente cuál es la vía que más puede interesarte. Justo de esto tratará el artículo de la próxima semana.  Y en todo caso, no desistas nunca. Una plaza es para ti. Mi propia travesía en las oposiciones (que empezó en 1992 y acabó en 1998) y la de centenares de personas a las que he ayudado en su preparación lo demuestran. Quien persiste, vence.

Saludos y ánimo.