lengua castellana, te ayudamos con las oposiciones
Opolengua contacto de instagram

Maialen Lázaro (País Vasco, 2024): De suspender por equivocarme en la bola a sacar la plaza

Oposiciones de Lengua 2024. Maialen Lázaro. Opolengua.

Siempre quise ser profesora de Lengua Castellana y Literatura

Siempre quise ser profesora de Lengua (desde bien joven), y toda la vida llevo trabajando en ello. En 2015 tuve mi primer contacto con el mundo de las oposiciones: vivía en Extremadura y allí estuve en una academia durante cinco meses. No fue mucho y, aunque aprobé el tema, en el práctico no me fue nada bien. Me vino bien la experiencia, eso sí, para conocer a qué me tenía que enfrentar; pero cometí un error grave también: en los años en los que no hubo convocatoria de oposición abandoné el estudio por completo. Esto hacía que cada vez que trataba de retomar el estudio tuviese la sensación de empezar de cero. Los temas estudiados los tenía olvidados por completo y esto hacía que mis ganas de luchar disminuyesen cada día.

Mi primera sustitución en mi tierra

En 2017 me llamaron para hacer una sustitución en el País Vasco, de donde soy originariamente. ¡La alegría fue total! Para poder presentarme en Euskadi a las oposiciones, debía aprobar el examen de euskera del C1. Así que, entre trabajar a jornada completa y tener que preparar dicho examen, seguí sin estudiar para las oposiciones durante varios años. Me alegré al obtener el nivel requerido -¡una cosa menos!- y empecé a retomar poco a poco el estudio; pero se me hizo complicado prepararme sin tener a nadie a quien poder consultar mis dudas, sin tener a alguien que me guiara. Fui al examen en 2021 y, obviamente, no supe contestar casi nada del ejercicio práctico. 

Cómo contacté con Eduardo: mi preparador de Lengua

Necesitaba ayuda: pregunté por redes sociales y así conocí a Eduardo. Otras personas se habían preparado con él y estaban a gusto con su método, así que me decidí a probar. Recibí el material en pocos días y me vi los vídeos para entender el sistema de estudio y me puse al lío. En cuanto surgían dudas, Eduardo me explicaba aquellos puntos que no conseguía comprender bien para que luego memorizar fuese más sencillo. También me calmaba cuando era preciso y me animaba a seguir creyendo en mi estudio y en mí misma cuando a la mente solo le da por enviarte mensajes negativos, cuando crees que tardas mucho en estudiar, cuando crees que estás perdiendo el tiempo, que no lo conseguirás… Para los ejercicios prácticos, me ha venido muy bien asistir a sus clases online de comentarios de texto (Curso Comentario Vivo). Estas sesiones me ayudaron primero a tener un esquema claro que seguir el día del examen en el análisis; las explicaciones de Eduardo y las ideas que exponían mis compañeras también eran muy útiles y me servían de inspiración. 

Se convocan las oposiciones en 2023 y decido ir por las dos vías

Llegó el día. En Euskadi se convocaron oposiciones tanto por reposición como por estabilización. Decidí presentarme a las dos, aunque mi primera opción siempre fue la vía de la reposición, pues esta tenía más plazas convocadas. Llevaba muy poquitos temas, pero confiaba en mí y logré apartar de mi cabeza la idea que siempre me ha venido persiguiendo, la del todo o nada: si salía un tema que llevara preparado, genial; si no era así, no tiraría la toalla, intentaría defenderlo de la mejor manera posible. Sabía que tenía que tener mucha suerte… ¡lo que se me olvidó fue pedir que esa suerte fuera buena! 

La oposición se realizaba en la enorme sala BEC

El primer examen que hicimos fue el tema para la vía de la reposición. En el País Vasco el examen se realiza en una sala enorme, Bilbao Exhibition Center, donde se hacen conciertos y exposiciones, todos a la vez, todas las asignaturas… Esto de por sí ya me parece negativo: ver a miles de personas nerviosas en la misma sala no ayuda a nadie. A esto hay que añadirle otro factor negativo: el número de los temas se dice por megafonía y no se escribe en ningún sitio. ¿Qué podía salir mal? Pues todo. Entre los nervios, el hecho de que todos los aspirantes no tenemos el mismo número de temas, que primero dicen estos números en euskera y luego en castellano… 

El error al anotar las bolas

La primera bola fue la 74. Me descuadró por completo. ¿Cómo la 74 si solo hay 72 temas? Era para los docentes que se presentaban, por ejemplo, por la especialidad de Euskara. Deben seguir saliendo bolas hasta completar las vuestras. Yo fui apuntando los números que iban saliendo en la lista que nos dieron. Número 30. Lo apunté. ¿Salió ese número? Sí; pero ya no era válido para mi especialidad. Ya habían salido cuatro números anteriores que completaban los cuatro temas que yo podía desarrollar. Me equivoqué. 

Salí del examen y me encontré con una compañera que, al decirle que había hecho el tema 30, me dejó caer que esa bola no había salido. No le di importancia, creí que quizá ella, al haber elegido otro tema, ni se acordaría del resto. A los dos días me di cuenta de mi error: la bola había salido, pero no era válida para mí, era para otras especialidades. Fue muy doloroso cuando me enteré, pues el práctico me había salido bien -saqué un 6,5-, y si hubiese hecho medianamente bien el tema podría haber continuado yendo a la defensa. 

No voy a buscar culpables: al fin y al cabo, creo que la responsable era yo y la que he sufrido las consecuencias de todo sigo siendo yo; pero esta historia espero que os pueda servir a los que os presentéis en el futuro en Euskadi: aseguraos siempre de qué números son los válidos. Parece de perogrullo y que es imposible que os pueda pasar algo así. Pero pasa… Aquí tenéis el ejemplo. 

Sin desanimarme… ¡a por la plaza de estabilización!

Con el tema del examen de estabilización tuve mucha más suerte. Salió, entre otras, la bola 47. Sabía que ese tema lo llevaba muy bien preparado, y en el resultado está la confirmación: ¡Me pusieron un 10 en el examen! No me lo podía creer. Me dolió pensar que era por la vía de estabilización porque solo había 19 plazas y lo veía imposible. Hice la defensa de la unidad y aprobé también esa parte. Los demás aspirantes tenían notas muy buenas y, realmente, no me esperaba poder conseguir la plaza; pero no dejé de soñar, de mantener la ilusión viva. Había que esperar aún a la fase del concurso. 

¡Y una plaza fue para mí!

Cuando empezaron a salir las notas y comparé con el resto de aspirantes, vi que era posible. Y cuando salieron las listas definitivas ahí estaba mi nombre: ¡una plaza es mía! Me costó días asimilar que eso era así. No me lo esperaba. No podía reír, ni llorar, ni gritar de alegría. Me quedé en shock. Estoy muy emocionada y agradecida a todas las personas que me han acompañado en mi camino, que han aguantado mis días buenos y no tan buenos, mis nervios, mis negativas a algunos planes. Era por un buen motivo. 

Confiad y, como dice Eduardo, a por ello con fe.