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Un preparador de Lengua en auge: el curso 2005-2006

preparador de lengua curso 2006
Foto de Eleni Afiontzi en Unsplash

Debido a los buenos resultados obtenidos en las oposiciones de 2004, mi fama como preparador de Lengua aumentó considerablemente en Cádiz y en Sevilla, por lo que durante el verano de 2005 recibí muchas llamadas para formar parte del grupo de opositores.

El grupo de oposiciones de Lengua de Cádiz

El grupo de Cádiz se acabó conformando con doce personas. Todas ellas venían por el boca a boca. Me conocían a mí (dos eran compañeros del instituto) o habían conocido a alguien (un interino o un funcionario) que les había hablado de mí y por eso se habían interesado. Se trataba de un grupo heterogéneo, en el que había interinos de más de treinta años de edad junto con personas recién salidas de la carrera y que no se habían presentado nunca a las oposiciones.

El grupo de oposiciones de Lengua de Sevilla

De Sevilla se apuntaron cuatro personas, todas ellas amigas o conocidas de las personas que habían aprobado en las oposiciones de 2004, todas venían por el boca a boca. En un principio intenté que se apuntaran más personas para ir yo a Sevilla y tener los grupos desdoblados. Ir una vez a la semana a Sevilla, con el coste que conllevaba la gasolina, el peaje y el pago de un local donde dar las clases solo me resultaría rentable económica y personalmente si el grupo tenía al menos seis o siete personas. Pero no se apuntaron más personas y me encontré con la disyuntiva de si aceptar o no a los opositores sevillanos. Dos de ellos eran estudiantes brillantes, amigos de mis opositores de 2004, y me apetecía mucho prepararlos. Opté por decirles que vinieran a Jerez y aceptaron.

Un preparador de Lengua en el IES La Granja de Jerez 

Al tener el grupo dieciséis personas, no cabíamos en mi piso de Jerez, por lo que comencé a buscar un local donde dar las clases. Fui a varios institutos y colegios de Jerez presentándome como preparador de Lengua y pidiendo contratar un aula. Al final, la mejor oferta, tanto económica como por sus instalaciones, fue la del IES La Granja, con cuyo director simpaticé nada más conocerle. 

Elementos de continuidad en mi labor como preparador de Lengua

Había algunos elementos que habían funcionado muy bien durante la preparación de las oposiciones de 2004, así que decidí mantenerlos. 

Los controles semanales y los exámenes se mantuvieron

Por un lado, la realización de controles semanales. Todas las sesiones comenzaban con la realización de un control siguiendo nuestros esquemas de repaso. Cada opositor realizaba el suyo, pues cada persona llevaba un ritmo diferente de estudio y una secuencia diferente de temas. También mantuvimos, lógicamente, los simulacros de exámenes. Todo esto se mantiene en el Curso Total y en el Curso Oro por medio de los autocontroles.

También mantuvimos los comentarios de texto

También decidí mantener la forma en que estábamos tratando los comentarios, con una batería de preguntas basadas en las que habían aparecido en 2004. De entre mis anotaciones de aquel año como preparador de Lengua, he extraído estas preguntas que, como se puede apreciar, son bastante parecidas a las que hoy en día siguen apareciendo en las oposiciones andaluzas.

  1. Analice los distintos niveles del texto en relación con la tradición literaria, el género, el autor y la obra.
  2. Analice el texto en relación con la Teoría de la Comunicación
  3. Analice la presencia en el texto de lenguajes no verbales.
  4. Comente las diferencias entre el sistema fonológico presente en el texto y el del castellano actual.

Y la programación…

También mantuvimos la forma en que diseñamos la programación y preparamos la prueba oralmente. Ya indicábamos en entregas anteriores de esta serie que teníamos un CD en el que aparecía toda la información necesaria para realizar la programación y que gracias a mis explicaciones como preparador de Lengua y a estos materiales base, se iban realizando las programaciones. Empezábamos las exposiciones orales en abril, lo que generó algunas críticas entre los opositores que consideraron que debía empezarse más pronto.

La mejora y la evaluación de mis cursos como preparador de Lengua

Como preparador de Lengua, cada curso siempre he intentado mejorar mi formación y aquel año presté especial atención a las críticas que recibía de los opositores, viendo en ellas siempre una oportunidad de mejora. Sobre todo, debo darle las gracias a David y a Olga, que aquel año me dieron utilísimos puntos de vista.

Cambios en la resolución de dudas

Uno de los problemas que se planteó al tener un grupo tan heterogéneo y numeroso fue el de las dudas. Había licenciados brillantes en Filología, otros licenciados menos brillantes e incluso periodistas, por lo que las dudas que se planteaban en torno a los temas (espacio al que dedicábamos un buen rato cada sesión), eran muy diferentes. Algunos, los de menos nivel, no entendían ni las preguntas ni las respuestas, y los otros, no soportaban que se preguntasen cosas sencillas. Como preparador de Lengua, tenía que arbitrar una solución y decidí que las dudas se enviarían por correo electrónico durante la semana y yo las resolvería durante los recreos o al finalizar la sesión a las 21 horas de forma individualizada. Esto se sigue manteniendo hoy día en los grupos.

Soluciones de los comentarios de texto por escrito

Realizábamos un comentario en clase cada dos semanas. Yo llevaba un texto con sus preguntas y lo hacíamos en el tiempo estipulado en la convocatoria. Yo, aunque era el preparador de Lengua, lo hacía con ellos y en el mismo tiempo que ellos, pues me parecía incorrecto mostrar a los opositores comentarios perfectos que les llevasen a pensar que lo que se pedía en la oposición era inalcanzable para ellos. Y además, por principios, yo nunca he pirateado nada, ni como alumno, ni como profesor, ni como preparador de Lengua. Una vez hecho el comentario, yo me los llevaba a casa y los corregía y en la clase siguiente les explicaba mi solución y comentaba las suyas. La novedad de este año consistió en que les daba también por escrito mi solución. Esto también se mantiene en la actualidad en nuestros cursos.

Resultados magníficos en las oposiciones de Lengua

De las diecisiete personas que hicieron el curso aquel año, obtuvieron la plaza Olga, Braulio y Antonio del grupo de Cádiz y David, Patricia, Iván y Carmen del grupo de Sevilla (todos). Tambíén la obtuvo Ana, la periodista que seguía yéndome a ver una vez a la semana a mi instituto. Ocho personas, de las cuales dos no eran licenciados en Filología Hispánica. De los demás, una gran parte obtuvo la plaza en la siguiente convocatoria, pero eso ya lo trataremos en otra entrada. Era un porcentaje del 50% Yo lo viví, como preparador de Lengua, como un éxito. Decidimos además celebrarlo con una cena a la que asistió gran parte del grupo.

IES El Convento

En el IES El Convento proseguí mi labor como jefe de departamento, acompañado de mis amigos y compañeros. Proseguimos con nuestra labor cultural y así organizamos nuevamente el concurso de relatos, que incluía la participación de todos los alumnos como un trabajo obligatorio de la asignatura y un reparto de premios en metálico que encantaba a los niños. 

El fútbol y la épica

Por otro lado, realicé lo que hoy se llamaría una situación de aprendizaje y que entonces yo simplemente diseñé como una serie de actividades relacionadas coherentemente entre sí dentro de una unidad didáctica. Se llamaba el fútbol y la épica y en ella tratábamos los paralelismos entre el fútbol y la épica, tomando conciencia de cómo se construían héroes a partir de los futbolistas y cómo los narradores deportivos empleaban los mismos artificios lingüísticos que empleaban los juglares. Lo hacíamos a partir de la figura de Maradona, héroe argentino y de las campañas publicitarias realizadas por la cerveza Quilmes. Las actividades fueron un éxito y a partir de aquel año yo las usé siempre en 3º de ESO. 

Y como premio, viaje a Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Alemania y Suiza.

Como ya dije en entradas anteriores, como preparador de Lengua siempre recomiendo a mis opositores que se den regalos cuando hayan conseguido objetivos o para premiar su tremendo esfuerzo. Yo en este año decidí hacer un viaje turístico histórico que consistiría en hacer el mismo recorrido que hizo el Ejercito Aliado desde las playas de Normandía hasta Berlín. Antes había estado con mi hija en Disneyland París.

Me quedo solo antes de iniciar el viaje

 Pero dos días antes de iniciar el viaje, mis dos amigos acompañantes me dijeron que no vendrían, así que decidí hacerlo yo solo. Como ya conocía el recorrido hasta París del año anterior, decidí modificar mi plan pasando por los lugares de la Primera Guerra Mundial y fui a Verdún y a la Línea Maginot. Luego estuve en Luxemburgo, Bélgica y Holanda visitando los escenarios de la batalla de las Ardenas y finalicé el recorrido en Colonia. 

Cosas maravillosas

Me pasaron cosas realmente increíbles y conocí a personas inolvidables para mí, como Jean Paul, un belga prisionero de guerra de los alemanes con el que conversaba cada noche en Dierkich mientras estuve allí. Aprendí muchísimas cosas de mí y de la bondad humana. Y comencé en Gante una novela que remataría siete años después y que quiero editar este año. En Holanda, el coche me dejó tirado y tuve que llamar a la grúa dos veces. Estaba casi a 3000 kilómetros de casa y el coche iba fatal: no podía con la caravana. Pero lo peor era que si durante la vuelta me volvía a quedar tirado, el seguro no me cubriría fuera de España, por lo que tendría o bien que abandonar el coche con la caravana o pagar la grúa yo. 

La vuelta a España

Para volver, opté por visitar Berna, Ginebra y luego Lyon. El coche renqueaba y se calentaba constantemente, por lo que vine con preocupación todo el viaje de vuelta. Pero Dios me acompañó y crucé la frontera de La Junquera, sano y salvo en agosto de 2006. De ahí viajé a Zaragoza a ver a mis tías y luego a Madrid y Jerez. Por el camino, el coche me volvió a dejar tirado camino de Soria, pero ahí ya no había problema pues ya tenía grúa nacional y el seguro me cubría.

En fin fue un remate extraordinario para un año extraordinario en mi formación como persona y como preparador de Lengua.