El curso 2007-2008 me demostró que, como preparador de Lengua, ya era muy conocido en la provincia de Cádiz y también en la de Sevilla. Durante el verano me llamaron muchísimas personas desde diferentes puntos de ambas provincias para informarse sobre mis cursos. Ello se debía por un lado a la fama que ya había adquirido por el boca a boca, pero también a las noticias que llegaban de la propia Junta de Andalucía.
El RD 276/2007 y su disposición transitoria.
Como había ocurrido cada vez que se había promulgado una nueva ley orgánica de Educación, el Gobierno había prometido una nueva etapa de regularización de interinos entre los años 2008 y 2010 que, como siempre, consistía en la supresión del ejercicio de comentario y en que las pruebas no fueran eliminatorias. Todo esto se incluyó como disposición transitoria en el nuevo RD 276/2007. A mí ese sistema no me gustaba ni como opositor (pues ya lo sufrí en su día cuando no tenía antigüedad) ni como preparador de Lengua, pues me parecía (y me parece) que el comentario es la prueba más importante de las oposiciones de Lengua, la que mide realmente la capacidad del aspirante y que por ello, si queremos profesores de calidad, esa prueba ha de estar presente.
Grandiosa oferta de plazas para 2008 y 2010
Pero además de la modificación del sistema, se rumoreaba que habría muchísimas plazas tanto en 2008 como en 2010 y eso atrajo, como es normal, la atención de miles de personas. Unas cuantas decenas de ellas se interesaron por mis cursos. Tuve que rechazar bastantes opositores porque no quería grupos grandes y eso que ya cobraba el curso entero por adelantado. Podía hacerlo, pues todo el mundo me conocía a través de alguien y confiaban en la calidad de los cursos y en mi honradez como preparador de Lengua y como persona.
Andalucia: ¡1200 plazas de Lengua!
Pronto hubo circulando un borrador de la convocatoria que luego se convirtió en realidad. ¡Habría en Andalucía 1200 plazas en las oposiciones de Lengua! ¡Jamás se habían convocado tantas plazas! Eso generó tal entusiasmo, sobre todo entre los interinos, que no dejé de recibir llamadas interesándose durante todo el año.
¿En qué consistieron las pruebas de las oposiciones de Lengua?
El otro elemento central de la convocatoria eran las pruebas, que no eran eliminatorias (por tanto, se podía aprobar la oposición suspendiendo el tema incluso con un 0) y consistirían en:
-Tema (4 puntos). Escribir un tema de los 72 del temario de oposiciones de Lengua de entre cinco bolas. Este aspecto aumentaba en más de un 10% las probabilidades de todos.
-Programación (3 puntos): Elaborar una programación y exponerla ante el tribunal en media hora.
-Unidad (3 puntos). Elaborar una unidad y exponerla ante el tribunal en media hora. El interino no necesitaría realizarla. Le bastaba con entregar un informe y su calificación sería la máxima si resultaba correcta. El no interino debía exponerla y obtendría la calificación que fuera.
¿Cómo favorecía este sistema a los interinos?
Las consecuencias de este sistema eran claras. Los interinos tendrían una gran ventaja, porque ya partían con 3 puntos de los 10 adjudicados y de hecho, muchísimos aprobaron con notas bajísima en el tema. Iba a ser rarísimo el interino que no fuera capaz de redactar una unidad didáctica que estuviera aceptable. De hecho, yo tuve ese año muchas personas pidiéndome que, como preparador de Lengua, simplemente les hiciera la unidad didáctica. Pero yo ya tenía mis grupos cerrados y además eso no me acababa de gustar, por lo que rechacé todas las ofertas y me centré en todas las personas que tenían los grupos.
El año de mi explosión como preparador de Lengua
El caso es que aquel año fue el de mi explosión como preparador de Lengua, pues llegué a preparar a treinta y seis personas. Como no quería hacerlo en un grupo grande, los dividí en tres grupos de doce personas. A los grupos les puse los nombres de los días de la semana: martes, jueves y viernes. Venían personas de Coria, de Utrera, de Sevilla, de Bornos, de Cádiz, de Ubrique, de Arcos de la Frontera, de Algodonales, de Chiclana, de Conil, de El Puerto de Santa María…
Fue muy grato que estuvieran en el grupo Carmen y Rosa, que ya habían formado parte de mi grupo de 1999, por lo que suponía de refrendo a mi trabajo. Rosa era la opositora que en 1999 me había dicho: «Eres buenísimo, un gran preparador de Lengua, pero te falta un látigo. Yo necesito que me metan caña para estudiar. Si no, no rindo. Y tú te crees que todas las personas somos como tú.” En 2008 ya tenía el látigo (el sistema semanal de controles y la HC) y yo se lo recordé un día bromeando. De hecho, a Mariluz la llegue a amenazar con no volverla a preparar si no estudiaba a tope. Este año era su gran oportunidad. Las tres sacaron la plaza.
Tres grupos: mi apuesta por la individualización como preparador de Lengua
Se trataba en realidad de apostar por la individualización, algo que como preparador de Lengua, como ya vimos en otras entregas de esta serie, siempre me preocupó. No unir a todos los opositores en un solo grupo me suponía trabajar tres tardes a la semana y además empecé ya con la preparación online, por lo que fue un año de trabajo muy duro. Daba las clases en el salón de mi piso de Jerez y todo se desenvolvía en un aire muy familiar. Teníamos café y agua para la sesión y luego, al finalizar, muchas veces nos bajábamos a alguna terraza a tomar algo, sobre todo con quienes eran de Jerez y no tenían que tomar carretera. De ahí surgieron amistades que aún perduran. Puede que el año que viene organice una fiesta para que nos rencontremos todos. ¡Sería fantástico!
Un grupo heterogéneo de opositores
Había tres tipos de opositores en realidad. Por un lado, estaban los interinos, que tenían muchas ventajas con esta convocatoria. De hecho, esta convocatoria estaba pensada para ellos. Por otro lado, estaban los que no eran interinos, que a su vez se dividían entre quienes provenían de Filología y quienes no, pues varias personas eran periodistas. La edad era también un factor importante, pues las personas más jóvenes, dada la convocatoria, se lo tomaron como una toma de contacto con la oposición para empezar a trabajar como interinos y asaltar la plaza en 2010. Y, luego, como es normal, había personas que estudiaban más y otras que estudiaban menos… De hecho, hubo personas que no asistieron con regularidad a los grupos y eso, lógicamente, repercutió en sus resultados.
El curso se desarrolló muy bien
El curso se desarrolló a la perfección. Era en realidad un curso sencillo, que con mi experiencia anterior como preparador de Lengua resolví con facilidad. Mucha atención al temario y la preparación del examen teórico y mucha atención a la elaboración y exposición de la unidad didáctica. Algunas personas se negaron a exponerla porque no querían que otras conocieran sus unidades. Yo lo vi normal.
2007: el año fundacional de Opolengua
También fue el año fundacional de Opolengua; es decir, de mi idea de preparar opositores a través de Internet. Como preparador de Lengua, siempre me he planteado mejorar y ese año ya conseguí que mi trabajo se difundiera por el boca a boca en personas de otras comunidades que se interesaron por mis cursos. Y así tuve tuve seis opositores no presenciales a los que preparé y corregí por Internet. En tres casos obtuvieron la plaza en Andalucía, Ceuta y la Comunidad Valenciana.
Los resultados de las oposiciones de Lengua 2008 fueron fantásticos para mí como preparador de Lengua
Al llegar las oposiciones, los resultados fueron fantásticos. Hicimos una cena en un restaurante de Jerez para celebrarlo. Nunca había sentido tal alegría como preparador de Lengua. Sobre todo por el gran número de personas que no eran interinas como Yolanda, Miriam o Teresa, que alcanzaron la plaza gracias a tener notas altísimas en el tema, la programación y la unidad didáctica. Y de los que no sacaron la plaza, casi todos empezaron a trabajar ese mismo año. Pongo aquí un extracto de la carta de evaluación que aquel año envié a las personas que preparé.
Por un lado, es conveniente valorar los resultados en su conjunto. Como sabéis, este año había en Andalucía 1200 plazas. Sabéis así mismo, que el sistema de acceso favorecía extraordinariamente a los opositores interinos. Esto se debía no sólo a los puntos de méritos sino al hecho de que en la fase de oposición y de forma encubierta, gracias al informe, los interinos partían con tres puntos de ventaja de los 10.
Esto se ha traducido en que, en todas las especialidades, los interinos han copado las plazas disponibles. Nuestra especialidad no ha sido una excepción, pero debido al extraordinario número de plazas, algunos opositores libres han conseguido meter la cabeza. Veamos los datos con más detenimiento.
Un dato significativo es que hay que remontarse a la plaza número 82 para encontrar al primer opositor que tenía menos de 9 en el concurso. 500 de los 1200 aprobados con plaza tenía los 10 puntos de méritos y casi 800 superaban el 8 en los méritos. Son datos que se comentan solos.
Por lo que se refiere a los opositores de nuestros grupos de este año, los datos son los siguientes. He puesto en amarillo los opositores preparados por mí de otros años, en verde los interinos con derecho a informe y en azul, los libres. Hay, por tanto, en Andalucía, 21 opositores con plaza, de los que 15 asistieron con regularidad a los grupos de 2008. Son los siguientes: Olvido, Mari Carmen de Jerez, Rosa, Mariluz, Ana, Teresa, Yolanda, Jéssica, Mari Carmen de Chiclana, Ángel, Míriam, Victoria, Verónica y Antonio.
Asistentes | Aprobados | Plaza | % | |
Grupo Lunes | 10 | 9 | 6 | 60% |
Grupo Miércoles | 12 | 11 | 5 | 40% |
Grupo Viernes | 8 | 6 | 4 | 50% |
TOTAL | 30 | 26 | 15 | 50% |
Es decir, han obtenido plaza quince personas, de las que siete no pudieron presentar informe; es decir, casi no tenían puntos de méritos. Todos los interinos que asistieron a los grupos obtuvieron plaza y además otras siete personas que no eran interinos obtuvieron plaza.
Por otro lado, han obtenido también la plaza seis opositores de los dos años anteriores, todos ellos con diez puntos de méritos. Son Cipriano, Carmen, Pilar, José Eduardo, Patro y Filo.
Fuera de Andalucía y a través del seguimiento realizado durante este curso de la programación, unidad didáctica y corrección de exámenes por Internet, han obtenido plaza también Patricia (a la que algunos conoceréis personalmente pues asistió a los grupos de 2006) en Ceuta, Maria Jesús en Castilla La Mancha y Maria en la Comunidad Valenciana.
Puedes leer incluso los testimonios de Ana Dolores y Míriam en esta sección
El año en el IES El Convento: problemas con el Equipo Directivo
El curso 2007-2008 siguió la misma tónica que el año anterior. El Departamento ya no era una piña, aunque Rafael, Santiago y yo seguíamos teniendo una gran relación. Yo tuve frecuentes fricciones con la Jefatura de Estudios (que era quien realmente mandaba en el instituto, por encima del director) por la enorme carga burocrática que se nos echaba encima y la gestión que de ella se hacía. Llevaba el instituto como un cortijo. Decidió que los equipos educativos se reunieran una semana al mes. Cada día de la semana un nivel.
Para las personas que vivían en Bornos, era un contratiempo (aunque ella se lo evitaba a sus amigas poniéndoles los grupos para que fueran compatibles con su vida y costumbres. Pero para quienes venían desde Cádiz o Sevilla, era una verdadera tortura, porque a lo mejor tenían una reunión un lunes a las 19:30 por un 1º, luego otra un martes a las 18’30 por un segundo y así sucesivamente. Si tenían muchos grupos, por ser de Inglés o Música, se volvían locos. Se pasaban una semana entera en el instituto. Muchos se quedaban a dormir porque acababan a las 21:00 y entraban a las 8 al día siguiente.
Como yo siempre había tratado muy bien a los interinos de mi departamento repatiendo equilibradamente los cursos y hablaba siempre en los claustros, los profesores me convirtieron de facto en su delegado sindical y todos venían a contarme su triste situación. La gente tenía miedo a enfrentarse a la Jefa de Estudios, pues conocían su carácter y su manera de hacer las cosas. Yo sí me atrevía porque estaba blindado como Jefe de Departamento porque mis compañeros siempre me votaban.
Le di a la Jefa de Estudios diferentes alternativas. Hacer las reuniones por internet. No quiso. Hacerlas en los recreos. No quiso. Hacerlas concentrándolas en dos días. No quiso. Simplemente torcía el gesto, parpadeaba nerviosa (era como un tic cuando yo le hablaba) y decía que no. Además, entré un día en el aula de Informática y la vi haciendo los horarios con el Jefe de Estudios adjunto. Entre cuando se lo estaban haciendo a una amiga suya de Bornos y las palabras literales de ellas (que no recuerdo exactamente) eran para favorecerla. Se quedó totalmente cortada cuando se dio cuenta de mi presencia… La discusión llegó a la Comisión Pedagógica. Allí yo dudé de su capacidad para gestionar el centro. Se levantó y se fue dando un portazo. Se avecinaba tormenta.
En el Departamento también hubo fricciones. La Jefa de Estudios elevó al grado de Responsable de Actividades Extraescolares a una de mis queridas compañeras, de forma que tenía un caballo de Troya en el propio departamento. El año anterior esta compañera ya había intentado ser Jefa del Departamento de Lengua, pero fue descartada en la votación. Santiago hizo una encendida defensa de mi labor y además no dudó en descalificar a la susodicha profesora. Santiago era un castellano viejo de Palencia con una autoridad enorme en el pueblo y no tenía pelos en la lengua. Le dijo abiertamente: “Y es que aunque no estuviera él (refiriéndose a mí), yo no te votaría jamás.”
La experiencia del ámbito
Yo ya había dado Diversificación y aquel año se decidió en el centro que se ampliarían los ámbitos a 1º y 2º ESO. Yo y Santiago seríamos los encargados de darlos. Fue una experiencia que también me sirvió como preparador de Lengua.
Y de premio, Italia
Pensé que me merecía un fantástico premio tras un año de durísimo trabajo. Y me fui con mi familia a recorrer Italia en caravana. Fue un viaje fantástico en el que fuimos a ver a mis tías a Zaragoza y de ahí a Barcelona, desde donde embarcamos hasta Italia y allí visitamos Pisa, San Gimigiano, Ferrara, Arezzo, Venecia y Roma. Fue el merecido broche para el año de mi explosión como preparador de Lengua.