Hoy es lunes y comienza nuevamente otra semana de preparación. Como siempre, lo hacemos publicando la solución de nuestro ¡Ponte a prueba!, el acertijo con el que acompañamos a las nobles y esforzadas personas que las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura en su prueba más difícil, la del comentario de texto.
Nunca nos cansaremos de recomendar a los opositores que sigan acertijo a través de nuestra página de Facebook. Los comentarios de los participantes siempre recuerdan rasgos muy interesantes sobre las obras, géneros, movimientos y épocas literarias que nos pueden ayudar el día D. En esta ocasión, me he encontrado con una sorpresa. Yo creía que esta obra iba a ser fácil de reconocer y, sin embargo, la participación ha sido menor y eso, probablemente, quiere decir que no era tan fácil como yo creía.
Así y todo, Cristina Olea García ha señalado acertadamente el género y el tema del texto. Y es que ciertamente la obra es una reflexión esperpéntica sobre el tema del honor calderoniano. A partir de esto, María Pilar Carbonero Muñoz y nuestras seguidoras destacadas Eva López Santuy y Lidia Parra González aciertan al señalar su autoría y el subgénero literario. Y es que el estilo inconfundible de su autor las ha guiado acertadamente hacia la solución ¡Enhorabuena a todos ellas y ojalá que el día D tengan la misma fortuna!
Y es que, efectivamente, se trataba de una escena magnífica (como todas las de esta obra) de Los cuernos de don Friolera (1921) (cuyo texto podéis leer aquí) de Ramón del Valle Inclán (1866-1936), que, como dijo el autor en su célebre entrevista a Rivas Cherif, traduce esperpénticamente en los espejos cóncavos el mundo dramático de Calderón y sus tragedias de honor y celos a través de personajes ridículos. Esta obra apareció en las oposiciones de Lengua de Andalucía de 2006.

Y nada más por hoy. Feliz semana de estudio.
Saludos y ánimo.
(NOCHE ESTRELLADA: FRAGANCIA SERENA DE UN HUERTO DE NARANJOS CON EL CLARO DE LUNA SOBRE LA TAPIA: ABRE LOS BRAZOS EL PELELE EN LA COPA DE LA HIGUERA. Cantan los grillos y se apagan las luces de algunas ventanas. El barbero, encaramado a un árbol, apunta el tajamar de la nariz acechando una reja vecina, en las frondas de otro huerto. Doña Loreta, con peinador lleno de lazos, sale a la reja, y el galán saca la figura sobre la copa del árbol, negro y torcido como un espantapájaros.)
DOÑA LORETA.- ¡Pachequín!
PACHEQUÍN.- ¡Prenda adorada!
DOÑA LORETA.- ¡Qué compromiso!
PACHEQUÍN.- ¿Te llegó mi mensaje?
DOÑA LORETA.- ¡Estoy volada! A mí poco me importa morir, pero me sobrecoge pensar que peligra la vida de un sujeto de las circunstancias de usted, Pachequín.
PACHEQUÍN.- ¡Así habla el amor! Por lo demás, un hombre es como otro, y servidorcito no le teme al Teniente.
DOÑA LORETA.- ¡Es un sanguinario!
PACHEQUÍN.- ¡Yo soy alicantino!
DOÑA LORETA.- ¡Ay, Pachequín, qué negra estrella! Si tomó una resolución de matarnos, la cumplirá, es muy temoso.
PACHEQUÍN.- Yo, donde le vea venir frente a mí, le madrugo.
DOÑA LORETA.- Y se pierde usted, Pachequín.
PACHEQUÍN.- Nada me importa, si salvo la vida de una esposa mártir.
DOÑA LORETA.- ¡Mi destino es morir degollada!
PACHEQUÍN.- ¡O de un tiro traidor…!
DOÑA LORETA.- Lleva una faca.
PACHEQUÍN.- Pues el sujeto que me avisó de andar con cautela le ha visto aceitar un pistolón.
DOÑA LORETA.- Morir, no me importa.
PACHEQUÍN.- Ahora digo yo lo que me dijeron en cierta ocasión. La vida es muy rica.
DOÑA LORETA.- Cuando hay felicidad, Pachequín.
PACHEQUÍN.- Tu felicidad es ser mi compañera.
DOÑA LORETA.- No puedo abandonar mi obligación de esposa y madre.
PACHEQUÍN.- ¿Eso quiere decir que al considerarme correspondido me equivocaba?
DOÑA LORETA.- Usted necesita una mujer sin compromisos.
PACHEQUÍN.- ¡Loretita, todo nos une!
DOÑA LORETA.- ¡Mi honra nos separa!
PACHEQUÍN.- ¿Y la vida?
DOÑA LORETA.- ¡Prefiero la honra a todo!
PACHEQUÍN.- ¡Mujer extraordinaria!
DOÑA LORETA.- Como debo de ser.
PACHEQUÍN.- Mi corazón enamorado no puede consentir que una esposa modelo sufra pena que no merece. Si ese hombre demente se satisface con beberse mi sangre, me avistaré con él. ¡Se la ofreceré en holocausto, a cambio de salvarte!
DOÑA LORETA.- ¡Yo soy quien debe morir!
PACHEQUÍN.- Morir o matar, a mí me sale por nada.
DOÑA LORETA.- ¿Y no vernos más? ¡Ay, Pachequín, esas no son palabras de un hombre que ama!
PACHEQUÍN.- Lo son de un hombre desesperado.
DOÑA LORETA.- ¡No me sobresaltes! ¿Qué pretendes?
PACHEQUÍN.- Que mires de salvar tu vida.
DOÑA LORETA.- ¡Dame tú el remedio!
PACHEQUÍN.- ¿Acaso no está manifiesto? ¡Pídele alas al amor! ¡Deja ese calabozo, deja esas tinieblas!
DOÑA LORETA.- Calla. ¿Qué hombre eres tú? ¡Si me amas, calla! ¡No me ofusques! ¡Soy una débil mujer enamorada!
PACHEQUÍN.- ¡Muéstralo!
DOÑA LORETA.- ¿Y tú sabes a lo que te obligas? ¿Por ventura lo sabes? ¡Una mujer es una carga muy grande!
PACHEQUÍN.- Una mujer, si media amor, es un peso muy dulce!