La entrada de hoy no va a tratar sobre la actualidad opositora, pues hoy me quiero centrar en la importancia de preparar a conciencia las pruebas de las oposiciones, pero tampoco quiero dejarla de lado. Simplemente apuntar que todavía no están aprobados los presupuestos de 2017 y ya estamos a 22 de marzo. Eso quiere decir que la espada de la incertidumbre sigue pendiendo sobre la cabeza de muchos opositores en España. Es una verdadera pena que a las dificultades que entraña el estudio del temario haya que sumar los inconvenientes generados por la situación política. Pero esta es la vida del opositor: nuestros jefes son los políticos (representantes de la sociedad) y por ello, estamos al albur de sus decisiones.
Y ya entrando en materia, hoy quiero centrarme en la importancia de practicar. Ya dice el refrán que «la experiencia es la madre de la ciencia» y esto también es así en las oposiciones.
Conocer las pruebas del día D
Más pronto o más tarde, nos vamos a tener que enfrentar a un día D, a ese día temido y deseado a la vez, en el que habremos de demostrar nuestros conocimientos y capacidades ante el tribunal. Lo primero que nos dicta la lógica es, por tanto, conocer qué tipo de pruebas habremos de sortear y en qué consisten. Si veis nuestra entrada anterior, podréis haceros una idea más precisa de las mismas. En todo caso, ya sabemos que el temario es idéntico para toda España y que la programación y la unidad didáctica también han de ser defendidas de forma muy similar. La diferencia estriba sobre todo en el ejercicio práctico, que cada comunidad desarrolla de forma distinta. Más en concreto, podríamos decir que en España hay tres modelos básicos. Uno de pregunta abierta (predomina en la zona norte) al estilo de «Realice un comentario literario de este texto»; otro en el que hay varios textos entre los que se puede elegir con pregunta más cerradas y precisas (que suele tratar de uno solo de los niveles del lenguaje) al estilo de «Comente el léxico y los recursos léxico semánticos presentes en este texto» y finalmente, otro modelo en el que aparecen varios textos con preguntas muy concretas (como en Madrid), al estilo de «Señale las metáforas presentes en el texto y clasifíquelas». Mi consejo en este sentido es que preparemos todos los modelos pues cada comunidad puede cambiar de uno a otro cuando lo desee. ¿Y si cambia justo el año en que nos presentamos nosotros allí? De hecho, Madrid lo ha cambiado en los últimos diez años.
Preparar las oposiciones en la práctica
Y una vez que conocemos las pruebas que vamos a enfrentar, lo lógico es prepararlas con rigor. Como decía Julio César, un ejército combate igual que entrena. Y solo puede entrenarse para combatir realizando las pruebas en las mismas condiciones con las que nos encontraremos el día D. Es decir, mismo tipo de textos, mismos tipos de preguntas, mismo tiempo para realizarlas. Y a ser posible, contar con alguien con experiencia para que nos corrija los comentarios que realicemos. Una persona sabia, con experiencia en tribunales, es la candidata perfecta. Pero es más importante que sea sabia y tenga sentido común a que haya estado en tribunales. ¿Tenemos entre nuestros amigos a esta persona? Si es así, ¿por qué no le planteamos que nos eche un cable? Yo tuve la fortuna de tenerla (mi amigo Jesús Felipe Martínez Sánchez) y fue de una ayuda inestimable. Si no es un amigo de verdad, será difícil que nos ayude de forma sistemática, porque le supondrá un esfuerzo grande quedar con nosotros de forma sucesiva para ver diferentes tipos de textos. Otra solución para quien no cuente con amigos es recurrir a comentarios que hay colgados por la Red o comprar libros especializados, pero ojo, siempre teniendo muy en cuenta que en la mayoría de las ocasiones son ejercicios muy largos, inservibles como modelos para las oposiciones. Es asimismo imprescindible tomar conciencia de que es en la corrección individualizada como veremos nuestros errores (que seguro que los tenemos) y podremos solventarlos.
Hacer prácticas sistemáticas de las pruebas de las oposiciones
Tomemos la decisión que tomemos, lo que es seguro es que solo realizando pruebas similares de forma sistemática aprenderemos a soportar la presión y la angustia en los comentarios y en las otras pruebas para estar acostumbrados a ella, pues la sufriremos seguro, el día de la oposición. Nervios, manos temblorosas, quedarnos en blanco, no saber qué hacer si no identificamos la obra. desesperarse mientras pasan los minutos, tomar una decisión (¿será la lectura correcta o estaré tirando todo por la borda?). Si no sentimos esa tensión previamente, lo que ocurre es que perdemos una oportunidad para madurar como opositores, porque una de las cuestiones clave del día D es precisamente manejar la tensión en el comentario, en el examen y en la encerrona.
Podemos y debemos buscar lo mejor como opositores y, no nos quepa duda alguna, la realización de prácticas similares a las que enfrentaremos es una de las claves del éxito. ¿O es que a alguien se le ocurriría ir al examen de conducir sin dar ni una sola clase práctica?
Por favor, que nadie se arriesgue a presentarse sin haber practicado antes, sea como sea y en las condiciones que sean. Que nadie experimente por primera vez la presión de las oposiciones el mismo día de la prueba. Los experimentos, con gaseosa. Esa es la razón por la que hacemos cada semana nuestro concurso ¡Ponte a prueba! a través de nuestra página de Facebook: poner un escenario posible a los opositores para que sean ellos quienes se pongan a prueba y vean por dónde lanzarían su comentario.