Jorge Mendoza Puertas (Andalucía): Una plaza a la primera.

Jorge Mendoza Puertas (Andalucía): Una plaza a la primera.

Jorge Mendoza testimonio 2023

Hoy publicamos otra historia impresionante que nos habla de decisión, de persistencia y también de generosidad. Porque Jorge se ha enfrentado a una situación familiar muy dura y ha logrado obtener su plaza en las oposiciones de Lengua a la primera mientras daba lo mejor de si mismo a su familia. Ha demostrado una valentía, una presencia de ánimo y una humanidad que, unido a su gran conocimientos de la lengua y la literatura española, le van a convertir en un gran profesor de Lengua Castellana y Literatura. Los más afortunados serán sus alumnos. Desde aquí queremos homenajear a Jorge y congratularnos de su éxito, que es el de todo el sistema educativa andaluz. ¡Enhorabuena!

Un salto al vacío, una carrera de obstáculos y una plaza a la primera.Por qué decidí opositar?

Si me pongo a pensar, no sé qué fue exactamente lo que me llevó a tomar la decisión de saltar al vacío (cumplidos mis cuarenta y dos años), y opositar. Pudo ser la famosa crisis de los cuarenta, el punto de inflexión que supuso la pandemia para los que vivíamos en el extranjero o el cansancio de llevar casi diez años trabajando en Asia Oriental. De cualquier modo, en septiembre de 2021, durante una cuarentena de quince días en un hotel de Taichung, decidí dejarlo todo atrás y regresar a España para presentarme a oposiciones. 

Buscar un preparador de Lengua en línea

En mi situación, debía buscar un preparador en línea (todavía tenía un año de trabajo en la isla antes de poder renunciar a mi plaza fija en la universidad) y, entre búsqueda y búsqueda en internet, encontré excelentes referencias sobre Eduardo López Prieto y Opolengua, sobre su método y preparación

Me decidí por el Curso Opolengua Oro 

Decidí informarme mejor, así que les escribí un correo y unos días más tarde estaba llamando a Eduardo. Sus palabras fueron realistas (algo para mí muy importante), pero siempre alentadoras. Tras esta conversación, la decisión estaba tomada: quería empezar lo antes posible el Curso Opolengua Oro

Comienzo a estudiar las oposiciones de Lengua en Taiwán

Pocos días después, ya estaba desengrasando la maquinaría de mi memoria que llevaba sin emplearse a pleno rendimiento desde que acabé la carrera. El primer año fue duro: llevar adelante mis clases, mi investigación, proyectos y compromisos con los ministerios de Educación y Ciencia y Tecnología de Taiwán, la vida diaria y las oposiciones. 

Mis dificultades con la velocidad de escritura

Recuerdo que, en el primer simulacro de examen teórico, me dio un ataque de ansiedad al descubrir que había perdido motricidad manual y que no podía escribir tan rápido como lo hacía años atrás. Mi mano se había vuelto lenta, pesada, mi escritura fluía densa… no alcanzaba el número de palabras deseado por minuto. Fue difícil volver a adquirir ligereza, pero con el tiempo y los consejos de Eduardo resolvería este problema. 

Decidí centrarme en el temario por la incertidumbre legal

Pocos meses más tarde, mi carga de trabajo diaria, unida al aumento progresivo en el número de temas, me llevó a tomar la decisión de centrarme en el temario y dejar los comentarios y la programación (estábamos en pleno cambio de ley) para el curso siguiente. 

Estudiar las oposiciones de Lengua por tierra, mar…y aire.

Durante los últimos meses del curso, se avecinaba otra prueba importante: organizar la mudanza internacional, que más allá de los pertinentes envíos, implicaba visitas a notarios, viajes a la embajada, ministerios… para hacer oficiales en España mis documentos taiwaneses. Esto me restaría aún más tiempo. Sin embargo, intentaba estudiar y repasar en cada hueco que tenía. Recuerdo que incluso la noche antes de tomar los vuelos de regreso estuve estudiando.

La difícil llegada a España

La llegada a España, que prometía ser relajada, se convirtió en poco tiempo en una pesadilla. Un inesperado y complejo problema familiar estallaría, haciendo de ese año, que yo pensaba dedicar por entero al estudio, una verdadera carrera de obstáculos totalmente agotadora. Tenía que seguir con el temario, las lecturas, preparar los comentarios, la programación y las situaciones de aprendizaje… Todo eso, debido al panorama que se abría ante mí, me resultaba abrumador. Por las noches, intentaba sacar el tiempo que me faltaba durante el día, así que fueron muchas madrugadas de intenso trabajo. 

Mi capacidad de resistir me llevó al triunfo

Solía mandarle a Eduardo mis comentarios a primera hora de la mañana cuando estaba acabando mi jornada. Muchas veces pensé en tirar la toalla, otras veces tenía unas ganas infinitas de llorar y otras, me invadía un humor de perros y un desánimo que me turbaba completamente. Pero no dejé de estudiar ni un solo día. Mirar hacia atrás y ver aquello a lo que había renunciado me daba más vértigo que mirar hacia delante y perseverar. Decidí enfocarme en el futuro y mantener el rumbo de mi brújula.

La rápida resolución de dudas en las oposiciones en fundamental

Poco a poco fui aumentando mis temas, interiorizando la técnica de los comentarios (algo que para mí resultó fundamental) y avanzando en la programación y situaciones de aprendizaje. Cuando tenía dudas, recurría a Eduardo. Eduardo respondía en pocas horas a mis correos y, si estaba demasiado confuso (sobre todo debido a la nueva ley y cuestiones relacionadas con las situaciones de aprendizaje), lo llamaba por teléfono.

El temido día D: el examen de las oposiciones de Lengua

Así fueron pasando las semanas y, en un abrir y cerrar de ojos, llegamos al día D. El temido día, con sus aglomeraciones de opositores entrando al edificio, la búsqueda de los tribunales, la entrada en las aulas, los nervios, la espera, el sorteo, las cuatro bolas… ¡De cuatro, me sabía tres! Los comentarios que escogí fueron muy largos y uno bastante complejo, pero saqué en ellos más nota de la que me esperaba. 

¡Obtuve la plaza a la primera!

De más de ochenta, treinta personas pasamos a la segunda parte de la oposición, veintiuna la aprobamos por completo y yo ¡conseguí plaza a la primera! Cuando recibí un mensaje de Eduardo felicitándome, no podía creerlo. Todavía no sabía que tenía plaza y corrí al ordenador a comprobarlo. Allí estaba mi nombre. Tanto esfuerzo, tanto sacrificio, tantos obstáculos y sinsabores habían merecido la pena. 

Persistir, mantener el ánimo y confiar en el preparador 

Por eso, desde este testimonio, animo a todos los opositores de Opolengua a que no desfallezcan, a que mantengan el ánimo, a que sigan los consejos de Eduardo y a que sostengan su mirada fija en sus objetivos y la esperanza viva, porque la constancia constituye una parte muy importante de este proceso, y es la parte que depende directamente de nosotros. Esa constancia y un ánimo firme serán los que os lleven al triunfo. ¡Un abrazo y mucho ánimo a todos!