Hoy es viernes nuevamente. En muchos casos, ya han pasado las evaluaciones en los institutos en este trimestre larguísimo. Ya está ahí la Semana Santa. Tempus fugit.
Y como es viernes, nosotros volvemos con nuestro ¡Ponte a prueba!, el amable acertijo con el que desde 2015 retamos de forma divertida a las valientes y nobles personas que preparan la prueba de comentario de texto de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura. Como saben bien nuestros seguidores, el reto está abierto a todos aquellos que aman nuestra común lengua hispana y su literatura inmortal.
La propuesta de la semana: un texto perfectamente posible
Hoy traemos un texto que perfectamente podría aparecer en junio de 2025, porque quien lo escribió ya ha aparecido en otras ocasiones. Y, como bien dice la lógica y demuestra la historia una y otra vez, lo que ya sucedió puede perfectamente volver a suceder antes que lo que no ha sucedido nunca. Como siempre, se trata de reconocer obra y autoría; pero si ello no fuera posible el día de la prueba, no hay que desanimarse, porque si comprendemos y explicamos bien el texto y lo adscribimos razonadamente a un género, movimiento y época, podemos hacer un gran comentario.
¿Por qué y cómo participar en el Ponte a prueba?
Siempre es bueno seguir el reto en la página de Facebook de opolengua.com, porque quienes participan desarrollan siempre interesantes ideas. Y es mejor áun participar en el ejercicio, porque nos sitúa emocionalmente en un grado de implicación que nos puede anticipar lo que sufriremos el día de la prueba. Para participar, simplemente hay que dejar un comentario en nuestra página de Facebook (no en la mía personal). La única norma es usar nuestra competencia literaria sin echar mano de la Red y sin leer los comentarios anteriores. Nosotros publicaremos el lunes la solución del acertijo y la lista de acertantes.
Y nada más por hoy. Nuestro recuerdo a las víctimas de Valencia y sus familiares. Saludos y ánimo.
Te quiero.
Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;
Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;
Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;
Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.