Alcanzar la plaza en las oposiciones
Cuando una persona alcanza la plaza es una explosión de alegría enorme. Son tantos años de constancia, fe y sacrificio que se nos vienen encima… Es tal la sensación de paz y sosiego que se nos echa encima que podemos sentirnos exhaustos, extasiados, serenos. Y hasta nos puede producir un cierto bajón emocional. A otras personas les da por hacer una serie de celebraciones intensas en las que las personas queridas les manifiestan su cariño. Es todo precioso e inolvidable.
Para que una persona alcance la plaza hacen falta muchas cosas. La mayor parte de ellas son virtudes personales que el opositor contiene en sí mismo y que en el proceso de opositar van germinando, creciendo hasta dar su fruto. Somos una semilla de inteligencia, fe y sacrificio y durante los años en que opositamos necesitamos tierra, agua, aire y sol para crecer.
Un opositor no está solo Su familia, su pareja, sus amigos deben comprenderle y apoyarle: crear las condiciones que hagan posible la plaza. Yo me conformo con ser una molécula de agua, un soplo de aire, un grano de tierra o un rayo de sol que sirva para fortalecer ese proceso. Si lo he conseguido, poco o mucho, me doy por satisfecho.
Resultados de las oposiciones 2016
En estos días se publican las listas de plazas de oposiciones en las distintas comunidades autónomas. El resultado que han obtenido las personas que han hecho uso de www.opolengua.com ha sido magnífico, pues han obtenido diez plazas en Andalucía y nueve en Madrid. Muchas me han escrito para agradecerme mis servicios. Pero el mérito es de ellas.
La finalidad del estudio de las oposiciones es, lógicamente, obtener la plaza. Para eso trabajamos todos. Así que cuando una de las personas preparadas por Opolengua obtiene la plaza es una gran alegría. Una avalancha de recuerdos se nos viene encima. Cómo conocimos a esa persona, qué circunstancias se han ido dando en su singladura hasta alcanzar el objetivo y cómo han sido capaces de obtener el éxito final. Yo conozco una pequeña parte de lo que han tenido que sufrir para alcanzar su sueño. Y ha sido mucho… De donde partían, de qué trabajos vivían, cómo se abrieron paso y cómo alcanzaron la meta. También me acuerdo, lógicamente, de la alegría que yo mismo sentí cuando alcancé la plaza en 1998, después de presentarme desde 1992. Todos esos recuerdos de sacrificio y abnegación se despiertan cada vez que un opositor alcanza la plaza.
Este año en Andalucía han sido diez las personas que han obtenido la plaza. Pilar Guzmán Santos, Mar Martiñan Toscano, Nuria Rodríguez Roca, Fátima Gómez Escarraza, Sofía Rivero Galán, Cristina Alonso González, Chiara Scarabattieri, Almudena Arrebola Trujillo, Ángela Figueroa Abrio y Rebeca de Caso Parra. En Madrid, la lista alcanza nueve personas. Entre ellas están: Sonia Rodríguez Llamas y Julio Álvarez Garrido.
Con algunas de estas personas tengo trato desde 2008 y con otras desde este mismo curso. Con algunas de ellas el trato ha sido más intenso y continuado porque han mandado todos sus ejercicios y han consultado más dudas con regularidad; con otras el trato ha sido más lejano. Con algunas la relación se ha mantenido en el tiempo y ha dado lugar a un trato amistoso y muy cercano; con otras la relación se ha enfriado más por la distancia. Yo he procurado siempre estar en el plano que ellas me han querido poner y siempre, desde luego, respondiendo a las necesidades que me hayan interpuesto. Así es también la vida del preparador: somos servidores y cada opositor hace uso de nosotros en función de sus necesidades. Lógicamente nos alegran más los opositores con los que hemos tenido un trato más directo durante muchos años, pero no nos dejamos de alegrar (sería estúpido no hacerlo) de aquellos que han hecho uso de nuestros materiales pues también hemos puesto nuestro granito de arena a su fe, inteligencia y trabajo. Nuestra razón de ser es la utilidad y el servicio.
A todas estas personas les he dado la enhorabuena y les he aconsejado lo mismo: que en este momento de felicidad no olviden que acceden a una posición de privilegio (en un país con tantos parados) pero también de servicio a la sociedad y de defensa de nuestra lengua y nuestra cultura. Somos servidores públicos y nuestra plaza no debe ser jamás un parapeto desde el que hacer lo que nos dé la gana.
Los aprobados sin plaza también han triunfado.
No quiero olvidarme tampoco de la veintena de personas preparadas por mí que han superado el proceso opositor pero que no han alcanzado la plaza por no tener ni un solo punto de antigüedad. Algunos han sido números 1 de su tribunal y eso tiene un mérito enorme. Serán grandes profesores en el futuro, pero el sistema de acceso, como todos sabemos, no les favorece. Son los grandes triunfadores morales del proceso. Tendrán que seguir trabajando, buscándose la vida y estudiando a la vez hasta que cuando les toque, la Administración les llame como interinos. Seguirán estudiando hasta que un día, cuando ya tengan puntos, al cabo de varios años, alcancen la plaza. Este largo camino, injusto desde luego, y muy tortuoso, es el que han seguido casi todas las personas que han alcanzado la plaza hoy. Les he pedido a muchas de ellas que escriban su periplo para la sección “Testimonios” de forma que otros opositores se puedan inspirar en ellos.
La fe y la constancia son fundamentales en esa plaza. Y en este camino, yo siempre intento ayudar de la forma que el opositor necesite y animarle siempre a perseverar y conseguir la meta. Ese creo que es mi papel. A todas estas personas, un fuerte abrazo.