Esta semana ha habido una acertante. Lola Gómez Jiménez ha situado exactamente el fragmento. Se trata de uno de los pasajes más importantes del Quijote pues es en él donde se articula gran parte del procedimiento narrativo del «narrador editor» que tanta profundidad y lecturas le da a la obra y que además ha sido tan fructifero para la literatura posterior. No cabe duda de que gran parte del éxito del Quijote se debe a este procedimiento genial que, no sabemos en qué circunstancias exactas, se le ocurrió a Cervantes. Enhorabuena a Lola Gómez Jiménez y hasta el próximo fin de semana.
Cuando yo oí decir “Dulcinea del Toboso”, quedé atónito y suspenso, porque luego se me representó que aquellos cartapacios contenían la historia de don Quijote. Con esta imaginación, le di priesa que leyese el principio, y, haciéndolo ansí, volviendo de improviso el arábigo en castellano, dijo que decía: Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo. Mucha discreción fue menester para disimular el contento que recebí cuando llegó a mis oídos el título del libro; y, salteándosele al sedero, compré al muchacho todos los papeles y cartapacios por medio real; que, si él tuviera discreción y supiera lo que yo los deseaba, bien se pudiera prometer y llevar más de seis reales de la compra. Apartéme luego con el morisco por el claustro de la iglesia mayor, y roguéle me volviese aquellos cartapacios, todos los que trataban de don Quijote, en lengua castellana, sin quitarles ni añadirles nada, ofreciéndole la paga que él quisiese. Contentóse con dos arrobas de pasas y dos fanegas de trigo, y prometió de traducirlos bien y fielmente y con mucha brevedad. Pero yo, por facilitar más el negocio y por no dejar de la mano tan buen hallazgo, le truje a mi casa, donde en poco más de mes y medio la tradujo toda, del mesmo modo que aquí se refiere.