¡Ponte a prueba! 15/2017 (Solución) Oposiciones de Lengua

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El texto que proponíamos esta semana en www.opolengua.com era complicado, pues no era de un poeta archiconocido, aunque como veremos ahora, tan poco se trate de un desconocido. Nuestros concursantes en la página de Facebook de Opolengua, nuevamente, han dado en la diana. No hay ningún acierto absoluto y es lógico, por la dificultad del texto. Pero se han acercado bastante y han aportado datos para poder realizar el comentario de forma adecuada. Tanto Fran Risueño, como Inés Donaire Maldonado, Maria José Peral o Lorenzo Rif han acertado la época y han razonado sus juicios de forma acertada. Enhorabuena para todos ellos.

El poema era, efectivamente, «Al Cielo», una obra compuesta por Francisco de Aldana, seguidor de la escuela de Garcilaso, muerto en la batalla de Alcazarquivir en 1578 y nacido probablemente en 1539. Se trata de un poeta que, al estilo de Garcilaso, encarnó el ideal de la época del poeta-soldado. Sus composiciones están muy influidas por el neoplatonismo. Esto es perceptible en el hecho de que dedique el poema al Cielo y lo identifique como la «casa de la verdad», por ejemplo. El otro tema que nos daba la pista de la época era el orgullo patriótico evocado de forma optimista que, desgraciadamente, casi desaparece de nuestra poesía tras el reinado de Carlos I. El ideal imperial es aún perceptible también en el soneto y no es perceptible ni la decadencia ni la desesperación que luego veremos en Quevedo, por ejemplo.

Clara fuente de luz, nuevo y hermoso,
rico de luminarias, patrio Cielo,
casa de la verdad sin sombra o velo,
de inteligencias ledo, almo reposo:

¡oh cómo allá te estás, cuerpo glorioso,
tan lejos del mortal caduco velo,
casi un Argos divino alzado a vuelo,
de nuestro humano error libre y piadoso!

¡Oh patria amada!, a ti sospira y llora
esta en su cárcel alma peregrina,
llevada errando de uno en otro instante;

esa cierta beldad que me enamora
suerte y sazón me otorgue tan benina
que, do sube el amor, llegue el amante.