Persistiremos. Hasta el triunfo final.

Persistiremos. Hasta el triunfo final.

Así aprobé las oposiciones de Lengua y literatura

Me escribe esta semana una opositora un correo en el que desmenuza perfectamente cómo se siente y cómo han afectado a su estudio y a su vida las novedades anunciadas en torno a la modificación del RD 276/2007 y muy especialmente al cambio de temario. Creo que esta persona ha sido capaz de sintetizar maravillosamente en su mensaje los sentimientos que muchas personas están experimentando estos días y considero que estas personas necesitan una voz que les dé serenidad y confianza ahora que la tormenta se adivina en lontananza. Este es su correo:

Las dudas de una opositora

Hola Eduardo. Las noticias de las últimas semanas sobre los cambios en el acceso me tienen muy preocupada y, lo que es peor, muy distraída. He leído la entrada que dedicaste a analizar la nueva situación y lo cierto es que detrás de tus palabras de ánimo, hay también una franqueza muy hiriente para los que estamos en esta situación. Intento abstraerme, pues no puedo cambiar nada con mis enfados y mis angustias, pero ya son varias las noches que no consigo dormir. No se trata de lo que pasará en 2018 (más puntos por experiencia, más ponderación a los méritos, etc.) ni por lo que se nos viene encima en 2020, el cambio de temario. Se trata de que ya tenía pocas opciones con el sistema que teníamos hasta ahora, pero en 2020 veía una posibilidad real, aunque fuera entre mil. ¿Qué va a ocurrir en los próximos años? No podemos saberlo, pero lo cierto es que la tendencia es la de favorecer a los interinos veteranos. Incluso se llegará al acuerdo de que las pruebas no sean eliminatorias. Entonces, ¿qué cartas podremos jugar nosotros que sólo contamos con nuestro tesón y dedicación al estudio y a los prácticos? Ni siquiera el inalcanzable 10 en todas las fases de la oposición nos garantiza nada. Es verdad, hay que seguir estudiando para que todo el camino recorrido hasta ahora no sea en vano, pero me temo que el sistema involuciona hacia unas condiciones de acceso que obliguen a los aspirantes a tener 1000 años de experiencia para obtener la plaza. 

En estos momentos me cuesta mucho encontrar la motivación, y es por eso por lo que cada vez tardo más en enviarte comentarios para corregir, y ya no digamos programación, que ya me cuesta bastante en condiciones “normales”.

Un saludo.

Natalia

Nuestra respuesta

Y ahora viene mi contestación:

Hola, Natalia:

Creo que comprendo cómo te sientes porque yo mismo sentí algo parecido en 1992 cuando comencé con las oposiciones. Entonces era la época de implantación de la malhadada LOGSE y el Gobierno PSOE (auxiliado por los sindicatos) implantó un sistema de tres años (de 1991 a 1993) que daba 10 puntos al concurso (a punto por año de antigüedad) y otros 10 puntos a la oposición. Se sacaban cuatro bolas (entonces el temario tenía 86 temas) y sólo había que hacer una encerrona de dos horas tras la que tenías una exposición de una hora en la que debías exponer el tema científicamente y una unidad didáctica aplicada a ese tema en el curso que tú deseases. Con sacar un 4 (sin ni siquiera aprobar) los interinos sumaban 10 puntos más por su antigüedad. En esa época y en Madrid (que es de cuándo yo puedo hablar) ni un solo libre obtuvo plaza en las tres convocatorias (1991, 1992 y 1993) que duró el sistema. Al no haber más que una prueba y sin comentario, casi todos los viejos interinos se presentaban sin estudiar, esperando que les cayera un tema estilo “El sintagma nominal” o «La Celestina» y con lo que explicaban en clase y poco más, poder sacar el 4. Y lo sacaban. La nota del último aprobado fue siempre 14 puntos. No te quepa la menor duda de que la mayor parte de los problemas que tiene el sistema educativo parten de esto y no de la financiación como es usual decir (es un buen chivo expiatorio).

Así que comprendo cómo te sientes. Mira lo que te he contado y sin embargo, flotamos, fuimos capaces de poner al mal tiempo buena cara y estudiar y tener fe y al final alcanzamos la recompensa merecida tras años de lucha.

Después de esto, en 1999 comencé a preparar opositores y ya he visto muchas vicisitudes. La más espectacular, en 2008 y 2010, otro gobierno del PSOE (lo siento, pero siempre han sido ellos quienes han tenido tendencia a obedecer a los sindicatos) volvió a ese sistema. Pero fueron tantas las plazas que hubo esos años (nada que ver con los noventa) que hasta muchísimas personas que no eran interinas obtuvieron plaza directa. Como dato te diré que, en esos años, más del 60% de la gente que yo preparaba alcanzó su plaza de forma directa. Muchos eran interinos, pero otros no. Puedes ver sus testimonios en la sección “Testimonios”.

Esta situación es cíclica en España

Con esto, lo que te quiero decir es que esta situación es cíclica en España. Los sindicatos, muy singularmente los de izquierda (y me duele mucho esto, porque fue la razón por la que yo abandoné FETE-UGT hace muchos años) apoyan que se obtenga plaza con la mayor facilidad posible. Esa tendencia solo concluirá cuando estos sindicatos estén disueltos. Es más fácil que pase un transatlántico por el hueco de una rosquilla que estos sindicatos cambien de posición.  Y te lo digo porque yo he estado dentro, no como simple cotizante, sino como activista.

Conseguiras tu objetivo

Saldrás adelante, además, porque hay otras personas que te marcan el camino. Son muchas las personas que se han enfrentado a este muro y lo han acabado derribando. ¿Cómo? A fuerza de persistir. Creo que de todas las personas que yo he preparado y que han persistido, no hay nadie que no haya obtenido la plaza. La persona que fracasa en esta oposición es una excepción.  Yo he preparado a centenares de personas desde 1999 y de ellos más de doscientas han obtenido la plaza.

¿Por qué hay personas que no sacan la plaza?

El que no la ha obtenido es porque no ha persistido. ¿Por qué? ¿Por qué una persona deja de persistir? Por mil razones. No se persiste por desencanto ante el injusto sistema de oposición. No se persiste por falta de fe en uno mismo. No se persiste por creer que los demás son mucho mejores que uno. No se persiste porque no se quiere o no se pueden dedicar las horas que la oposición exige. No se persiste porque la vida nos ofrece otras alternativas más seguras o más atractivas. Por lo que sea. Hay millones de razones para no persistir. El caso es que muchas personas no persisten y por eso no obtienen plaza.

Persistir en las oposiciones es vencer

Y solo hay dos razones para persistir. Pero son las más poderosas. Y los que sí persisten (y cualquiera puede hacerlo) obtienen plaza con toda seguridad. Esa es mi experiencia como opositor y como preparador. Por lo que te digo que, a pesar de todo, saldrás adelante. Segurísimo. ¿Y sabes por qué? Porque tú tienes en tu interior las dos razones que te llevarán al triunfo. En lo más hondo de ti, en tu corazón y en tu cerebro, tienes un motor que es mil veces más poderoso que las inclemencias que te puedan salir al paso. Tu esfuerzo y tu fe. Dice Dios en la Biblia: “Cuando te rodeen tus enemigos y te sientas flaquear, ten valor y esfuérzate.” Algo parecido te digo yo: “Ten valor y esfuérzate” y lo demás se te dará por añadidura. Tienes el valor y el esfuerzo. Persiste.

En este trayecto pasarán mil cosas y enfrentarás mil aventuras. Y claro que puede haber cambio de temario y cambio en la ordenación de listas. Pero ten muy en cuenta esto que te digo ahora: Si cambia el temario, cambiará para todos. Si cambian las listas, cambiarán para todos. Y muchas personas se desanimarán y dejarán su puesto a otras que, con más fe, acabarán triunfando. Que haya cambios y dificultades puede ser vivido de dos maneras: como un castigo o como una oportunidad. Vívelo de la segunda manera y conseguirás lo que te propongas. Persistiremos.

Y en ese camino, no te quepa duda, tus aliados serán las personas queridas y todas las personas que pueden alumbrar tu camino y tu esfuerzo. Ojalá persistas, estemos contigo hasta el final y veamos tu triunfo.