Esta semana el Ministerio de Educación ha anunciado sus planes para los próximos meses. Lo más destacable de los mismos, de cara a las oposiciones, es la reforma de la LOMCE, cuestión ya anunciada desde su propia promulgación por el PSOE y los partidos políticos que apoyan su Gobierno. Es decir, que lo anunciado esta semana se podía prever con facilidad desde este verano.
Volver a la LOE
Ahora bien, lo que quedaba por dilucidar era el alcance y la forma en que la LOMCE sería reformada. Por un lado, el Gobierno había anunciado su supresión, pero esto no era posible debido a que retirar una ley orgánica implica tener otra a punto para sustituirla y eso, dado el reparto de escaños actual y la disparidad de fuerzas que apoyan al Ejecutivo era muy complicado. Todos están en contra de la LOMCE, pero no están de acuerdo hoy por hoy en la ley que la sustituiría, por lo que la reforma de la LOMCE pasa por una vuelta a la LOE, que ya aprobaron en 2006. Eso quiere decir que este cambio anunciado a bombo y platillo tampoco supone un cambio en profundidad de la situación actual ya que la LOMCE, en esencia, no era sino una LOE más algunos aspectos puntuales, importantes quizá desde algunos presupuestos ideológicos, pero no modificaba la esencia de la LOE (que al fin y al cabo no era más que la continuación de la LOGSE). En el fondo, a pesar de que se habla de que ha habido sucesivas leyes educativas desde 1990, en verdad solo ha habido una, la LOGSE que dio lugar a la ESO (obligatoria y común hasta los 16 años) y a un bachillerato de dos años. Eso no se ha alterado.
Cambios en la ley que nos afectan a los opositores
Cómo podemos ver en este documento que el Ministerio ha hecho público, esa vuelta a la LOE afecta a la concertada, a la asignatura de Religión y, sobre todo, a la cuota de poder de las autonomías (que aumenta con mayores competencias lingüísticas y curriculares). Esto tiene sus efectos sobre todo el sistema, por supuesto; pero ¿cómo afecta a las oposiciones?
El cambio más importante que ha anunciado el Ministerio es que se van a suprimir de la ley las alusiones a los estándares de aprendizaje evaluable y a la metodología. Esto quiere decir, por lógica, que se van a mantener criterios y contenidos, pero no estándares. Este es el aspecto al que debemos atender.
¿Qué hacer con nuestras programaciones?
Ante esta pregunta que hoy puede suscitar dudas hay que responder con cautela. Hay varios factores a tener en cuenta y el primero de ellos es cuándo son las oposiciones a las que nos vamos a presentar.
Si son en 2019, pues nos vamos a presentar en la Comunidad Valenciana, debemos estar preparados para modificar o construir una programación sin estándares de aprendizaje, siempre y cuando estas medidas del Gobierno entren en vigor con la suficiente celeridad. Si ello es así, habremos de estar muy atentos al nuevo decreto que surgirá acto seguido desde la comunidad autónoma en el que se desmontará también la estructura organizativa de la ley suprimiendo estándares y elementos metodológicos.
En realidad, es una simplificación de la programación que nos facilitará la tarea, pues ya no tendremos que aludir o realizar las complejas tablas a las que la LOMCE (con su centenar de estándares), nos obligaba, por lo que el apartado de evaluación será más sencillo, ya que incluiremos los criterios de evaluación marcados por la ley. Quien tenga ya hecha su programación deberá también quitar, por tanto, toda alusión y rastro de los estándares suprimidos en la redacción o en los porcentajes de la calificación.
Por lo que se refiere a la metodología bastará con suprimir las alusiones que pueda haber en la nuestra a la de la ley. Podemos mantener el punto tal y como lo teníamos, pues no se dice que la metodología planteada sea incorrecta sino que se quiere dejar mayor libertad a los centros y dentro de esa libertad también estará la de nuestra programación, por lo que aquí no hace falta tocar nada.
Como vemos son cambios menores que no nos deben preocupar. Sintetizando, esperar al decreto autonómico, suprimir los estándares y toda alusión a ellos y suprimir las alusiones a la metodología. En algunos casos, será preciso incluir objetivos para que la estructura sea objetivos, contenidos y criterios; pero eso lo veremos más claramente al ver el nuevo decreto autonómico. En todo caso, en Opolengua podremos dar una solución rápida y sencilla a quienes tengan dificultades a la hora de realizar este proceso pues contamos con nuestro curso de programación LOMCE y también el curso antiguo de programación LOE, que usamos durante los años que esta ley estuvo en vigor.
¿Y si me presento a las oposiciones en 2020?
En este caso la respuesta es bastante más compleja, pues como sabemos la inestabilidad política es la nota dominante en el panorama actual. No podemos garantizar que el Gobierno actual pueda llegar las elecciones en las navidades de 2020 como es su intención. Bastará con que cualquiera de sus apoyos se lo niegue (y son muchos y variados) para que se vea forzado a la convocatoria de elecciones. Una sentencia muy dura en el caso catalán, una exacerbación de la tensión soterrada en las calles de Cataluña, un escándalo más en o un mero cambio de estrategia de algún partido puede cambiarlo todo. Inicialmente el empeño de las fuerzas gobernantes no es solo mantenerse en el poder sino ampliar su coalición de facto tras las siguientes elecciones, pero esto queda por ver.
Si el Gobierno se mantuviese hasta entonces, simplemente se trataría de hacer en nuestra programación los cambios ya analizados para las oposiciones de 2019. Si no fuera así, tendríamos que ver cuál sería el nuevo Gobierno, pero seguramente, fuera cual fuere no tocaría la ley en tan breve plazo de tiempo, por lo que lo más probable (insistimos en que se trata de una probabilidad y no de una certeza) es que el nuevo Gobierno no tuviera tiempo para aprobar una nueva ley orgánica y mantuviese la situación actual. En síntesis, lo mas probable es que para 2020 la situación sea igual.
Hay una escasa probabilidad de que el Gobierno sea capaz de elaborar una nueva ley educativa antes de las oposiciones de 2020, pero en mi opinión esto es harto difícil porque lo que nos demuestra la actualidad política es que los partidos coaligados no son capaces ni siquiera de pactar los Presupuestos generales del Estado (que es una norma más sencilla de consensuar que una ley orgánica de educación).
Así pues y como síntesis de todo lo anterior, hacemos aquí un llamamiento a la calma de los opositores. No hay cambios sustanciales en el horizonte. Los opositores de 2019 pueden seguir haciendo su programación simplemente olvidándose de los estándares y estando atentos a las novedades normativas de su comunidad. Los opositores de 2020 deben esperar para programar. Pueden ir avanzando la secuenciación y construyendo proyectos y actividades, pero deben esperar para armar en relación con ellos sus contenidos, objetivos y criterios a la espera de que se consolide el nuevo marco legal o se produzcan cambios antes del invierno de 2019. En todo caso, y como siempre en los últimos veinte años, desde Opohispania tendremos la solución adecuada a las diferentes eventualidades que se vayan produciendo. Saludos y ánimo.